El término ‘buena’ o ‘mala’ madre no existe. No existen buenas madres y malas madres. Existen madres, a secas. Y todas los hacemos lo mejor que podemos, que sabemos y que queremos hacerlo.

No estamos aquí para criticar o alabar la manera en la que tú críes o eduques a tus hijos, sino para ayudarte a identificar qué tipo de madre eres. Permisiva, demasiado autoritaria, respetuosa… Tu personalidad, y tu infancia, tienen mucho que ver en el modelo de crianza que das a tus pequeños, ya que todo está conectado.
Tanto una como la otra te ayudarán a identificar cuáles son tus puntos y fuertes y cuáles son aquellos detalles en los que, quizás, deberías tener más cuidado a la hora de dirigirte a tus retoños.
En los últimos años, el modelo de maternidad ha cambiado radicalmente: las políticas igualitarias y el avance en materia de igualdad de género de los últimos años han hecho que la sociedad cambie hacia un modelo de maternidad libre, en el que la madre, aparte de ser madre, es mujer, necesita mimos y cuidados y no tiene que sentirse mal por reclamar sus derechos. Además, los modelos de familia ya no son los mismos que en otros tiempos: familias donde hay dos padres, dos madres o familias monoparentales que tienen los mismos derechos que cualquier otra.
Instinto maternal: un lenguaje universal
Sin embargo, hay algo que no ha cambiado a lo largo de los años: el instinto maternal. Quizás, una de las fuerzas más salvajes que nos recuerdan a los seres humanos que formamos parte de la naturaleza y que no somos tan distintos a otros mamíferos que conviven en nuestro entorno. Un instinto de protección, de cuidados y de mimos que todas las madres, a lo largo y ancho del mundo, ofrecen por igual.

Son muchos los estudios científicos que se han encargado de demostrar cómo influye la cultura y el lugar de origen en la forma de criar a los niños, pero todos han llegado a la misma conclusión: el instinto maternal no cambia nunca. Sin ir más lejos, este que demostró que la voz de una madre cambia a la hora de comunicarse con sus bebés, sin importar razas, condición o cultura.
O este otro, que llegó a la conclusión de que la maternidad sí provoca alteraciones físicas en el cerebro. ¿Cuáles? Esas destinadas a mejorar la capacidad de la mujer para proteger y relacionarse con su bebé.
Como decimos, el instinto maternal es común a todas. Y, a sabiendas que no existen madres buenas y madres malas, te ofrecemos este test: basándose en diferentes rasgos de tu personalidad, podrás conocer qué tipo de madre eres, sin entrar en juicios innecesarios.
No existen madres peores que otras

Independientemente de los resultados que obtengas en las preguntas de este test, queremos recordarte que no puedes basar tu crianza y tu educación en las respuestas que te devuelva, pues son solo una simple aproximación. Por eso, tómate con calma la maternidad y trata de informarte todo lo posible acerca de todas las educaciones posibles. De esta forma aunque nos hayamos educado en un entorno concreto, la forma en la que queremos educar a nuestros hijos puede ser totalmente distinta.
Si te preocupa sobremanera la educación y el estilo de crianza que das a tu hijo y crees que puedes mejorar en algún aspecto para beneficiar su futuro emocional, entonces la mejor opción es que hables con un profesional que pueda ayudarte a conseguir tus objetivos.
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