Los genes de los padres influyen en la personalidad de los niños y esta es la razón

¿Será tímido como su padre o será más extrovertido como la madre? Esta y más preguntas acerca de la personalidad surgen cuando estamos esperando un hijo. Pero, ¿realmente es hereditaria? En el siguiente artículo te lo explicamos.
Familia numerosa

La personalidad es el conjunto de características psicológicas, patrones de pensamiento, emociones y comportamientos que nos distinguen a cada uno de nosotros. Es lo que hace que cada persona sea única e inigualable. 

La personalidad se compone de diferentes rasgos y características que pueden variar de una persona a otra. Por ejemplo, una persona puede tener rasgos de personalidad como la responsabilidad, la reflexión y la introversión; mientras otra puede tener rasgos como la sociabilidad, la vitalidad y el liderazgo

Así pues, estos rasgos pueden influir directamente en la forma cómo pensamos, sentimos y nos comportamos.

Familia - Getty Images

¿A qué edad se forma la personalidad?

La respuesta es muy simple: desde el nacimiento. La formación de la personalidad es un proceso que comienza desde el día en el que nacemos. Durante la infancia y la adolescencia, la personalidad define su molde: esto se da debido a la variedad de exposición a experiencias nuevas, interacciones sociales y aprendizajes. No obstante, debemos saber que la personalidad no es estática, sino que va evolucionando (en un grado mucho más sutil) en la adultez y a lo largo de la vida.

Entonces, ¿la personalidad es aprendida?

Niño riendo - MaLija

Que la personalidad tenga un mayor desarrollo en la infancia y en la adolescencia, pero que luego vaya teniendo ciertos cambios a lo largo de la vida, no significa que sea aprendida. La formación de la personalidad es una interacción compleja entre factores genéticos y ambientales: tanto nuestra herencia genética como nuestro entono desempeñan un papel fundamental. 

En definitiva, la personalidad se forma a través de una combinación de genética, crianza, cultura, experiencias de vida, entre muchos otros factores.

Los genes pueden influir en la personalidad al transmitir ciertos rasgos o predisposiciones biológicas de una generación a otra. Sobre las aptitudes musicales, la sociabilidad, la creatividad o la elocuencia influyen mucho los genes, aunque se ha comprobado que la educación y las condiciones de vida también tienen un papel fundamental. 

Algunos investigadores que han observado el comportamiento de gemelos y niños adoptados descubrieron que los gemelos univitelinos se parecen entre sí, aunque hayan crecido en familias diferentes. 

Y según otras investigaciones, los hijos adoptados manifiestan más similitudes con el carácter de los padres biológicos, a los que no conocen, que con el de los adoptivos. Otros estudios, en cambio, confirman la influencia de los progenitores, de los compañeros y de la experiencia en el desarrollo de los niños. 

Hoy, la mayoría de los científicos está de acuerdo con que la herencia genética y el entorno repercuten más o menos a partes iguales en la formación de la personalidad.

Madre e hijo en el exterior - Getty Images

Así pues, el entorno y las experiencias también desempeñan un papel importante en la formación de la personalidad. Factores como la crianza de los padres, la educación en casa o la escuela, las relaciones con los demás, la cultura o las experiencias personales pueden influir significativamente en la personalidad. De hecho, por ejemplo una experiencia traumática en algún momento determinado de la vida puede tener un impacto duradero o quizás permanente en una persona. 

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