El regalo que hice a mi padre con cinco años, que usa 25 años después y que pueden hacer tus hijos
El Día del Padre de hace 25 años estuvo marcado por un detalle que, sin yo saberlo, marcaría un antes y un después en la vida de mi padre. Un regalo que, muchos años después, sigue siendo muy especial para él y que vosotros podéis imitar con vuestros hijos.
Ninguna tradición es tan bonita como la que siguen todas (o casi todas) las escuelas cuando llega el Día del Padre o el Día de la Madre: dedicar un tiempo estipulado a que los peques fabriquen con sus propias manos el regalo que otorgarán con la inocencia y la infinita ilusión de la infancia a sus papis cuando llegue el 18 de marzo (o el primer domingo de mayo, en el caso del Día de la Madre).
Una tradición que viene desde hace generaciones y que, a juzgar por la ilusión de pequeños y mayores, continuará muchos años más (y que así sea).
Sé la ilusión de la que hablo porque la he vivido en primera persona. Para mí no había nada más motivador cuando era pequeña que entregar a mi papá un trabajo manual que había fabricado pensando solo en él durante mucho tiempo. Cada Día del Padre era un regalo diferente: una foto con un marco de cartulina y piedras, una carta en la que ponía “Papá este gregalo (sí, así escrito) es para ti” o en el que más ilusión puse sin saber que se convertiría en el más especial para él: lo que yo denomino como ‘anipompón’.
25 años de uso (y los que quedan)
Recuerdo perfectamente estar en tercero de Educación infantil, justo un año antes de subir a Educación Primaria. Y, como cada primera semana de marzo, los profesores llegaron con una idea nueva que ya nos advirtieron que sería el regalo más especial para nuestro papá y que deberíamos guardarlo bien hasta el 19 de marzo.
Por aquel entonces yo tenía solo cinco años, pero entendía perfectamente lo que era la ilusión y los nervios por dar a mi padre eso que había hecho para él con tanto cariño. ¡Y vaya si lo apreció! Tanto que en pleno 2023, ni más ni menos que 25 años después que aquello, lo sigue guardando y utilizando con el mismo mimo de entonces.
El que yo denomino ‘anipompón’ no es más que un pequeño animalito hecho con lana y un poco de papel que sirve para adornar el espejo interior del coche. A él, tal y como me ha confesado muchas veces, le sirve para acordarse de mí cada vez que lo mira (y es muchas veces al día; tantas como horas conduciendo ese coche donde todavía lo tiene colgado).
Los profesores ya sabían, por aquél entonces, la importancia de trabajar nuestra imaginación y creatividad así que nos pidieron decidir a cada uno qué animal nos gustaría que fuese nuestro ‘anipompón’. Yo escogí un conejito verde. Y con esa idea me puse manos a la obra.

anipompón
Esta manualidad me gustó tanto que tardé poco en reproducir un pollito amarillo y blanco con mi abuela, días después en casa. Este se lo regalé a ella y sigo recordándolo con el mismo cariño que el conejito.
¿Cómo hacer un ‘anipompón’ en casa?
Fue tanta la ilusión con la que hice el animalito y tanto el cariño con el que lo recibió mi padre y con el que lo sigue apreciando cada día en la actualidad, que me encantaría que lo pudierais hacer con tus hijos a día de hoy.
Así que os voy a dejar el paso a paso que nosotros seguimos en clase y que sigo recordando con todo lujo de detalles a día de hoy.
¿Qué materiales necesitáis para hacer un ‘anipompón’?
Son muy poquitos materiales y todos los tenemos por casa:
- Un trozo de cartón cuadrado
- Un compás (el típico que usábamos en clase para hacer circunferencias)
- Unas tijeras
- Lana gorda del color que elijáis para el animal
- Una aguja de plástico con una redonda en la que se pueda enhebrar la lana
- Lápices de colores, rotulador y folio blanco
Paso a paso para conseguir el ‘anipompón’
Lo primero de todo será decidir el animal que será y el tamaño del mismo. El conejito que yo hice no era más grande que la palma de la mano.
Una vez decidido esto, llegará el momento de dibujar la circunferencia de ese tamaño en el cartón con ayuda del compás para que quede perfecta. Después, dibujaremos una con el mismo centro, dentro de esa circunferencia (será más pequeña y quedará como un agujero en el medio). Aquí una foto:

anipompon
Después llegará el momento de recortar la grande y la pequeña para que quede algo parecido a lo que veis en la foto.
El siguiente paso será enhebrar la aguja en el ovillo de lana e ir forrando la circunferencia bordeando el borde grande y el pequeño. ¿Cuándo pararemos de dar vuelvas? Cuando el pequeño esté completamente relleno y ya no quepa más.

anipompon
Ahora llegará el momento de recortar la lana por el borde de la circunferencia grande para que quede con muchos pelitos. Alrededor de esos pelitos pondremos un hilo para atarlo bien y que no se salga nada y cuando lo tengamos, cortaremos el cartón para sacarlo.
Después de dar forma redondita al pompón que ya tendremos entre las manos, tan solo quedará dibujar y recortar la carita del animal (pico y ojos para un pollito, orejitas y nariz para un conejito,…) y pegarlo en el mismo pompón con un poco de silicona caliente.

ani pompon
P.D: para los ‘pro’, podréis hacer un pompón más pequeño y pegarlo a modo de ‘cola del animal’ sobre el grande.
En la cuerda con la que ataremos todo, que será la que sirva para colgarlo del coche, podremos poner una etiqueta en la que luzca un maravilloso ‘te quiero, papá’, tal y como yo hice.