El término distocia se refiere a cualquier elemento que impida que el parto se lleve a cabo con normalidad. En el caso de la distocia de hombros, por ejemplo, son los hombros del recién nacido los que constituyen un obstáculo para su salida.
En la práctica, se distinguen dos tipos de distocia de hombros: la distocia “falsa”, consistente en una dificultad por el hecho de que el bebé se encuentre mal posicionado en el momento del nacimiento (lo que ocurre en 4 a 5 nacimientos de cada 100), y la distocia de hombros real, mucho más grave, en la que sí existe un conflicto entre el ancho de los hombros del bebé y el ancho de la pelvis de la madre.
La distocia de hombros es un accidente dramático durante el parto, el cual, como veremos, requiere de una rápida intervención médica. Afortunadamente es raro, afectando a alrededor de 5 de cada 1.000 partos.
¿Qué es la distocia de hombros? ¿Por qué puede ocurrir en el parto?
Del griego dys, que significa dificultad, y tokos, parto, un parto distócico es lo que comúnmente se denomina parto difícil, en contraposición al parto eutócico, que es el que se produce de acuerdo con el proceso fisiológico.
Durante la expulsión, puede ocurrir que los hombros del bebé queden bloqueados en la pelvis de la madre mientras su cabeza ya está fuera. Es cuando nos encontramos ante una distocia de hombros.

Una complicación rara pero grave del parto, esta distocia es una emergencia vital que requiere una maniobra obstétrica muy precisa para desenganchar al recién nacido sin riesgo.
Hay dos tipos principales de distocia: de origen materno (debido a contracciones uterinas anormales, problemas con el cuello uterino, placenta previa, pelvis deformada o demasiado pequeña, etc.) y distocia de origen fetal (por ejemplo, cuando el bebé es demasiado grande, presentación irregular o existe una distocia de hombros en sí).
Estos distintos problemas pueden requerir la necesidad, por parte de los médicos, de recurrir a la ruptura artificial de las membranas, la instalación de una infusión de oxitocina, el uso de instrumentos (fórceps, ventosas), episiotomía o la práctica de una cesárea.
¿Cómo se soluciona la distocia de hombros?
Cuando la cabeza del bebé ya ha salido durante el expulsivo, no es posible ya llevar a cabo el parto por cesárea. Tampoco se trata ni de tirar de su delicada cabeza, ni de presionar violentamente el útero de la mamá con la finalidad de liberarlo muy rápidamente, ya que serían acciones que podrían tener consecuencias dramáticas.
Para sacarlo muy rápido, y sin riesgo, el equipo médico tiene a su disposición todo un conjunto de distintos tipos de maniobras obstétricas, como:
- La maniobra de Mac Roberts: Se realiza en caso de falsa distocia de hombros. La madre se encuentra acostada boca arriba, con los muslos doblados hacia el estómago y las nalgas en el borde mismo de la mesa de parto. Esta hiperflexión ofrece la posibilidad de ampliar el perímetro de la pelvis y favorecer, con ello, la rotación de la cabeza para desbloquear el hombro anterior.
- La maniobra de Jacquemier: Se usa en casos de auténtica distocia de hombros, o cuando la anterior maniobra ha fracasado. Esta técnica consiste, después de realizar una gran episiotomía en el costado de la espalda fetal, en introducir una mano en la vagina de la madre con el fin de agarrar la mano del bebé correspondiente a su hombro posterior para bajar el brazo y así liberar el otro hombro.
Factores de riesgo de la distocia de hombros
Aunque la aparición de una auténtica distocia de hombros es un evento muy difícil de predecir durante el parto, sí existen una serie de factores de riesgo comunes. Y uno de los más importantes es la macrosomía fetal, que ocurre cuando el bebé pesa más de 4 kg, el cual suele ser muy común en el caso de la diabetes gestacional mal controlada.
Aún cuando la distocia de hombros expone al recién nacido a riesgos de fractura, las muertes fetales por asfixia son a día de hoy muy raras (4 a 12 de cada 1.000 distocias de hombros comprobadas).