Si 2020 nos dejaba noticias insólitas y un cambio de perspectiva brutal después del coronavirus llegase a nuestras vidas, el 2021 parece que también viene pegando fuerte.
Ya en septiembre, el Ministerio de Sanidad elaboró una lista de medidas con motivo de la vuelta al cole. ¿El objetivo de la misma? Intentar proteger lo máximo posible al entorno escolar de posibles contagios por coronavirus. Aunque el uso obligatorio de mascarilla y la distancia de seguridad fueron las recomendaciones que todos teníamos claras, los expertos también ponían otras que sugirieron muchas dudas entre los profesionales de educación y las familias.
Ejemplo de ello es la que se refería a la ventilación de las aulas: “Dado que la ventilación es una de las medidas más eficaces para minimizar la transmisión, se recomienda ventilar frecuentemente”, argumentaban. Además, aclaraban: “se deben realizar tareas de ventilación frecuente en las instalaciones, y por espacio de al menos cinco o diez minutos, al inicio de la jornada, al finalizar y entre clases, siempre que sea posible”. Una medida secundada, entre otros, por la propia Asociación Española de Pediatría.
Sin embargo, cuando esa lista de recomendaciones fue elaborada, nadie se esperaba lo que viviríamos justo al despedir el 2020. Una ola de frío polar que ha dejado nevadas históricas en Madrid, que han obligado a retrasar la vuelta a las aulas después de Navidad y que, además, está dejando temperaturas mínimas históricas a lo largo y ancho del país.
Son muchas las familias que se quejan desde que se marchase el verano de que sus peques pasan frío durante la jornada escolar debido a la continua ventilación de las aulas que, en muchos casos, se mantiene durante toda la mañana. Quejas a las que también se suma el personal docente, que ven cómo es casi imposible impartir clase con esas condiciones. Como el docente @rafa5416 quien, en clave irónica, criticaba en su cuenta de Twitter las condiciones en las que están dando clase.
Aunque es cierto que no está demostrado que pasar frío pueda relacionarse con coger un catarro o resfriado (recordemos que son infecciones respiratorias que los niños adquieren al haber estado en contacto con otra persona infectada), pasar demasiado frío en clase puede entorpecer su correcto aprendizaje o, en casos extremos, que llegue a hipotermia.
Por eso, hemos elaborado una lista de trucos para evitar que nuestros peques pasen frío en el aula, mientras se protegen del coronavirus que, recordemos, sigue entre nosotros.
Mejor pocas capas, pero correctas, que muchas e incorrectas
Es un truco que, por suerte, cada vez conocen más personas: llevar muchas capas no es sinónimo de protegerse mejor del frío. De hecho, si esas capas no son correctas, el frío penetrará y, lo que es peor, entorpecerá que los niños se puedan mover con soltura.
Por eso, las personas expertas en montañismo y senderismo tienen un truco que podemos adaptar al entorno escolar: primero poner una capa térmica a los peques (camisetas de manga larga y una malla o leotardo térmico que puedes conseguir en cualquier tienda de deporte). Tras ella, incluiremos una capa protectora, como una sudadera o jersey y un pantalón más amplio que permita el movimiento. Por último, con un abrigo (puede ser impermeable o no) será más que suficiente.

Evita los calcetines de algodón
“Parece una tontería pero el algodón cala fácilmente y con temperaturas bajo cero se congela”, afirma la usuaria de Twitter @ithea en un hilo con consejos para superar las bajas temperaturas de estos días.
¿En su lugar? Mejor apostar por un doble calcetín de hilo o lana y, si entra en el zapato, uno doblado en la punta. Así aseguraremos que los peques no pasan frío por los pies, una de las zonas más sensibles a las bajas temperaturas.

Los gorros, grandes aliados
La cabeza es una de las partes del cuerpo que más calor pierden con las bajas temperaturas. Pero eso es fácilmente evitable: incluir en el outfit un gorrito de lana que le cubra todo el cráneo. Aunque es cierto que no está bien visto llevar complementos dentro de clase, con la ventilación de las aulas está más que justificado.

Llevar mascarilla de repuesto
Este no es un truco específico para evitar el frío, pero sí para evitar que la mascarilla cumpla su función principal. Y es que, con las bajas temperaturas, el aliento puede congelarse y la nariz expulsar alguna pequeña secreción que moje la mascarilla y anule su función.
Por eso, es mejor que los peques lleven en la mochila alguna de repuesto y, en caso de mojarse, la cambien.

Ponchos para el frío
Hace unos meses os hablábamos del truco del Ayuntamiento de Ontinyent para evitar que los niños pasasen frío en las aulas: la ‘manta escola’. Se trata de una especie de ponchos que se colocan los niños por encima de los hombros y que ayudan a mantener el calor en el cuerpo. ¡Ya son todo un éxito!

Echa una pequeña manta en su mochila
Al hilo de lo anterior, también podemos optar por incluir en la mochila del peque una manta polar y avisarle de que si tiene mucho frío en clase, no dude en ponérsela sobre las piernas o sobre los hombros para entrar en calor.

Apuesta por los parches de calor
Seguro que en cualquier tienda de deporte os pueden ayudar con esta cuestión. ¿Qué son los parches de calor? Son unos parches que se adhieren a las prendas de ropa y, gracias a sus ingredientes naturales, se calientan al entrar en contacto con el aire y mantienen la zona caliente hasta ocho horas (depende de la marca).
Existen específicos para pies, para manos, para la espalda, para el torso…
Estos son de Decathlon.

Cuida su alimentación
La alimentación es clave para evitar catarrosy las consecuencias del frío. Así, en invierno los expertos recomiendan reforzar las raciones de fruta y verdura para ofrecer a la dieta de los pequeños vitamina A y C.
Además, conviene que, si comen en casa, tengas preparadas bebidas y comidas calientes para que entren en calor.
