¿Por qué no se puede dejar a los niños solos en el coche?

La pregunta parece obvia, pero merece la pena recordar las razones por las que no se deben dejar a los niños solos en el coche. Os contamos qué sucede en el cuerpo de un menor cuando se queda en un vehículo cerrado, sobre todo cuando las temperaturas son altas.
¿Por qué no se puede dejar a los niños solos en el coche?

En más de una ocasión hemos podido conocer noticias dramáticas en las que unos padres han dejado a un niño, olvidado o intencionadamente, dentro de un coche de edad pueden sufrir un golpe de calor, y en consecuencia sufrir una hipertermia (aumento de la temperatura por encima del valor hipotálamico normal), y eso en sólo 20 minutos.

Sin ánimo de alarmar, nos parece interesante recordar las razones por las que nunca se debe dejar a un niño dentro de un coche. Cualquier padre ha pensado si está dormido es solo un recado. Merece la pena que el recado se quede sin hacer, o llevar al niño a cuestas al supermercado y hacer la compra en dos partes.

Los especialistas reconocen que, "incluso los padres más preocupados pueden tener momentos de distracción respecto a los hijos, sobre todo cuando son muy pequeños, por el estrés que afrontan (conciliación de la vida laboral y familiar, pocas horas de sueño...). No hay un perfil típico de los familiares que se olvidan de sus hijos, algo que sucede a personas de todos los niveles socioeconómicos y educativos."Además también sucede como travesura de los menores, que sin supervisión, y con el objetivo de imitar a sus progenitores, juegan a conducir, y se quedan encerrados.

Cuando se trata de descuidos, y todos los años tenemos que lamentar alguna noticia de este tipo, los expertos "culpan" al estilo de vida que llevamos de ellos. El estrés que produce el ritmo de vida impuesto por el trabajo deriva en taquicardias, pérdida de sueño, angustia, descuidos, problemas de salud y depresiones. Verónica Rodríguez Orellana, terapeuta y directora de Coaching Club explica: “El ritmo de vida diaria incide en nuestros hijos y en el resto de personas que nos rodean. Un elevado nivel de estrés laboral, sumado a una inagotable lista de tareas dentro y fuera de casa acaba derivando en descuidos, problemas de salud y problemas familiares. Debemos saber pararnos en un momento dado y separar lo verdaderamente urgente y prioritario del resto de tareas que seguro que pueden esperar”.

Los datos demuestran que durante el verano aumentan de forma considerable los accidentes infantiles, siendo uno de los más frecuentes los ahogamientos, que representan el 8% de las muertes y que se han convertido en la segunda causa de mortalidad infantil entre los niños de uno a cuatro años.

¿Qué sucede en el cuerpo de los niños?

Durante los meses de verano la temperatura en el interior del coche puede subir de 10 a 15 grados en menos de 15 minutos. En eso, pocos minutos, el vehículo cerrado al sol es una peligrosa trampa, la temperatura en su interior sube vertiginosamente, el cuerpo de un niño puede llegar a los 40 grados enseguida, cuando los órganos internos empiezan a fallar, y llegar a la muerte en pocos minutos si alcanza los 42 grados. Dejar unos minutos a los niños solos en el coche puede provocar la muerte de los menores, de todo ello advierte todos los años el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones de la Asociación Española de Pediatría.

La temperatura corporal del niño asciende de tres a cinco veces más rápido que en el adulto debido a una menor reserva de agua, son los más pequeños las principales víctimas de los casos de hipertermia.

En condiciones normales la temperatura corporal se mantiene entre 36º o 37ºC, independientemente de la temperatura exterior. Los mecanismos encargados de la regulación de la temperatura corporal en los niños menores de cinco años, no son tan eficaces como en los adultos, por tres motivos principales: tienen proporcionalmente más superficie corporal (acumulan más calor), su cuerpo contiene más agua y tienen menos autonomía para beber (se deshidratan fácilmente). Todo esto contribuye a un mayor riesgo para desarrollar un golpe de calor en un corto periodo de tiempo, y más grave que en el adulto, pudiendo producir la muerte en poco tiempo.

¿Y si dejamos las ventanas abiertas?

Dejar las ventanillas abiertas total o parcialmente tampoco es seguro, ya que el aire no consigue reducir ese ritmo de aumento de temperatura. Su pequeño cuerpo se ve afectado en pocos minutos. El aparato respiratorio de los niños es más vulnerable al agotamiento por calor. Si esto se prolonga y los líquidos del organismo del niño no se reponen, se produce el golpe de calor que es la forma más severa de daño ocasionado por altas temperaturas y que pone en peligro inminente la vida del niño, lo que constituye una emergencia real.

Además, los padres que dejan a sus hijos en esta situación vulnerable y potencialmente peligrosa están claramente desatendiendo sus obligaciones de cuidado del menor, algo por lo que podrían ser demandados.

Y si sucede... ¿Cómo actuar?

Los pediatras recuerdan que en estos casos se debe actuar de inmediato, llamando a los servicios de emergencias, ya que el pronóstico depende de la rapidez de actuación. Mientras llegan las asistencias los pasos a seguir recomendados son:

 

Fuentes: Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones de la Asociación Española de Pediatría y Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria.

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