Mi hijo se pellizca la piel: ¿qué es la dermatilomanía?

¿Tu hijo se rasca continuamente la piel? ¿Tanto que se hace heridas y se arranca las costras? Puede que padezca dermatilomanía. Observa bien los síntomas que puede provocar.
Mi hijo se pellizca la piel: ¿qué es la dermatilomanía?

¿Has percibido que tu hijo se rasca demasiado y que hasta llega a arrancarse la piel? Puede que padezca dermatilomanía, un trastorno que puede derivar como efecto de la ansiedad. Veamos en qué consiste y sus síntomas para saber reconocer este trastorno en los niños.

La dermatilomanía, también conocida como trastorno por excoriación, provoca que aquel que la padece tenga ganas irrefrenables de rascarse y llegue a tal punto, que acabe arrancándose partes de su piel. Generalmente aparece como consecuencia de tener sentimientos fuertes de ansiedad.

Más propiamente, se trata de una alteración psicológica que se caracteriza por tener ese impulso nervioso, fuerte y frecuente de querer pellizcarse, rascarse y arrancarse la piel. Según cómo está clasificada la podemos encontrar dentro de la categoría del trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y otros relacionados.

El problema principal con esta condición, es que las lesiones que aparecen pueden llegar a provocar infecciones en las zonas que se han dañado con los pellizcos. Además, la gravedad que puede tener este trastorno va de leve a muy grave. En general, las personas que la padecen pueden pasar al menos una hora por día pensando en pellizcarse la piel o haciéndolo. En los casos más graves, pueden hacerlo durante horas.

¿Por qué se puede producir?

Los motivos por los que se produce esto son distintos en función de cada persona. Algunas de las principales razones podrían ser:

  • Por sentir la necesidad de hacerlo.
  • Por notar algún desperfecto en la piel y tratar de eliminarlo.
  • Por estar ansioso o aburrido.

Síntomas de la dermatilomanía

Las personas que sufren de este trastorno pueden pellizcarse piel sana, pero también irregularidades que haya en ella, como granos, costras o callos. Las partes del cuerpo que suelen ser las predilectas para pellizcarse suelen ser la cara, los brazos y las manos, aunque realmente pueden hacerlo en cualquier zona.

Normalmente, las lesiones pueden ser poco visibles, pero también muy notables. Por eso algunas personas llegan a intentar cubrirlas con ropa, maquillaje o vendas. Y es que, el problema es que muchas personas no llegan a darse cuenta de que se están pellizcando la piel, pero seguramente se sienten aliviadas y satisfechas cuando lo hacen.

La excoriación puede ser difícil de tratar porque a veces el niño lo hace para calmarse y para disipar otro tipo de sentimientos negativos.

Asimismo, como es una práctica que puede resultar vergonzosa debido a que suele desfigurar la piel, puede llevar a otras consecuencias como evitar situaciones sociales, lo que, a su vez, puede llevar a depresión. Y es que, la excoriación puede dar lugar a cicatrices que hacen que tal cambio de aspecto acabe interfiriendo en la vida social de la persona.

Para saber detectar si los “pellizcos” han llegado a trastorno como tal, observa estas señales en el niño:

  • Si al pellizcarse se producen cicatrices u otros daños permanentes.
  • Si intenta no hacerlo varias veces, pero falla en todos sus intentos.
  • Si los signos no han aparecido a raíz de la ingesta de medicamentos u alguna condición médica.
  • Si el problema está perjudicando su vida diaria.

En caso de percibir una situación simular, no dudes en acudir a un especialista médico como el pediatra o el dermatólogo.

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