Las preocupaciones en el embarazo cuando tienes otro hijo al que cuidar (y cómo solventarlas)

Una psicóloga perinatal reflexiona sobre los puntos a tener en cuenta durante esta etapa
maternidad

Ester López Turrillo, psicóloga perinatal y especialista en estudios de género, reflexiona en su libro Maternar consciente sobre la inevitable realidad de que cuando llega el momento en el que la familia crece, vuelves a experimentar una revolución interna. “Ya conoces de qué va esto, pero a la vez no sabes nada. La vivencia de cada embarazo es particular y genuina”, asegura.

Sin embargo, reconoce que las expectativas que nos formamos nos dan cierta tranquilidad porque tenemos claro qué pasos queremos seguir. “El primer embarazo supuso un aprendizaje. Tomaste decisiones que sabes que serán distintas en este otro embarazo. Ahora el camino lo marcas tú. Pero esas mismas expectativas que te hacen sentir segura te pueden jugar una mala pasada si te impiden fluir con las circunstancias que te rodean en la actualidad. Por ejemplo, si en el primer embarazo tuviste mucho tiempo para descansar, dormir, leer sobre maternidad, observar con detenimiento el cambio de tu cuerpo… puede que en este no dispongas de tantas oportunidades para hacerlo, sobre todo si el mayor es bebé”, añade.

Es consciente de que gestar mientras crías y cuidas puede ser agotador: “El cansancio apremia y tú apenas tienes tiempo de dormir una siesta. Quieres llegar a todo, sobre todo a tu hijo o hija mayor. Ni te planteas que haya que incorporar cambios en tus responsabilidades ahora que estás embarazada”. 

“Sabes que ya vendrán inevitablemente cuando el o la bebé nazca. Y es que a nuestro cerebro no le gustan mucho los cambios; se siente cómodo ante la previsibilidad. Además, tu madre pudo con tres, la casa, el trabajo remunerado… y todo eso sola, porque tu padre trabajaba fuera de la casa muchas horas. ¿Por qué no ibas a poder hoy? Claro que puedes, eres tan capaz como ella, pero ¿quieres? ¿Es que acaso no tienes derecho a la queja? ¿A costa de qué quieres llegar?”, nos plantea.

Las preocupaciones también varían

La experta recoge algunas de las preocupaciones que observa en consulta con más frecuencia (y que ella misma experimentó):

  1. “No soy capaz de crear vínculo de mi bebé”: La experta recuerda que no hay reglas escritas sobre lo que debes o no sentir y nos invita a crear metas alcanzables porque, de lo contrario, tu frustración aumentará. Además, propone visitar grupos de madre o la ayuda de una psicóloga.
  2. “¿Querré a mi bebé tanto como quiero a mi hijo o hija mayor?”: López Turrillo asegura que nuestra capacidad de amar no es limitada, y que sentiremos un amor diferente, ni mejor ni peor, al ser personas distintas.
  3. “¿Qué le estoy haciendo a mi hijo o hija mayor? Lo va a pasar mal por mi culpa”: La psicóloga perinatal invita a pasar de la culpa -que engancha y bloquea- a la responsabilidad trabajando con lo que tenemos en el presente. 
  4. “No voy a poder dedicarle a mi bebé tanto tiempo y atención como le dediqué al mayor”: Sostiene que efectivamente es probable, y no es necesariamente malo. Y plantea la pregunta: ¿qué puedes hacer hoy por ti y por ese bebé? 
  5. “¿Y si no puedo con los dos?”: De nuevo, nos recuerda que estamos imaginando el peor escenario y nos guía hacia las expectativas más realistas. Igualmente, recuerda que es muy importante rodearse de madres que compartan una situación similar. 
  6. “Siento malestar cuando le doy el pecho a mi hijo o hija mayor”: Nos recuerda de nuevo lo importante que es hacer aquello que le viene bien a cada una, teniendo en cuenta las circunstancias que nos rodean.
  7. “¿Cómo estará mi hijo o hija cuando yo esté de parto?”: La experta recomienda hablar con ellos y prepararles para lo que sucederá, contándole dónde y con quién se irá. La sugerencia que propone, una vez más centrarse en lo que puedes hacer ahora para preparar ese camino.

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