Celos adaptativos vs celos patológicos, aprende a diferenciarlos

Los celos son respuestas naturales en los niños, pero ¿sabías que existe un tipo de celos que llega a ser patológico? A continuación te damos todos los detalles para que notes la diferencia.
Celos

Los celos son una de las cuestiones más habituales en las conversaciones entre familias con hijos y también una preocupación en muchos de estos casos, especialmente cuando un hermano o hermana viene en camino.

61b771965bafe8fd404facaf

De ellos y de cómo afrontarlos hemos hablado a menudo en distintas piezas, pero nunca te hemos contado que existen tipos de celos, como el adaptativo y el patológico o anormal. Esto es algo que no mucha gente sabe, y si bien en los niños los primeros son los que más se dan, de no ponerles remedio y trabajar con los peques para minimizar o eliminar su presencia por completo, se pueden convertir con el paso del tiempo en celos del segundo tipo, sobre todo en la vida adulta.

¿Qué son los celos adaptativos?

551b9cdd3cafe8a02a13534f

Cuando hablamos de celos adaptativos, nos referimos a una respuesta natural y común en las relaciones humanas. Estos celos suelen ser una respuesta emocional y normal a situaciones que podrían representar una amenaza para una relación o conexión importante con alguien. Por ejemplo, sentir celos cuando tu pareja presta mucha atención a otra persona o cuando un amigo cercano parece estar pasando más tiempo con alguien más. En dosis moderadas, los celos adaptativos pueden ayudar a proteger y preservar las relaciones al motivar a las personas a prestar atención a su pareja o amistad y a tomar medidas para mantener la conexión.

En el caso de los niños, ¿cómo se dan los celos adaptativos? Pues de muchas formas y en diferentes situaciones. Por ejemplo, un niño puede sentir celos cuando sus padres prestan más atención al hermano recién nacido; si su mejor amigo empieza a pasar más tiempo con otro niño; si ve que uno de sus padres está ocupado con el trabajo o problemas personales; o cuando ven que un compañero de clase tiene éxito en algo, como obtener buenas calificaciones o destacar en una actividad.

En el caso de los celos adaptativos, los que se dan cuando los niños “rivalizan” por el afecto y la atención de sus seres queridos con un hermano, por ejemplo, se dan cuando una persona los siente ante una amenaza real de una relación que valora. Con los padres casi siempre, pero también con los abuelos o entre amigos, por ejemplo. Este tipo de celos, suelen aparecer entre el primer año y medio de vida del menor hasta los seis o siete años, luego poco a poco van desapareciendo.

En los celos adaptativos en niños, lo que ocurre es que el menor no llega a entender, por el momento, que sus padres puedan querer a varias personas. Los peques creen que el afecto de sus padres debe ser exclusivo. Así, se sienten relegados y rechazados, perdiendo la seguridad en sí mismos, y presentando malestar emocional, tratando de forma desesperada de recuperar la atención de sus padres. Estos celos cumplen una función adaptativa al poner alerta al niño ante la nueva situación y generar mecanismos de defensa para adaptarse a la situación.

¿Cuándo los celos se convierten en patológicos?

 

A diferencia de los celos adaptativos, en los celos patológicos hay tres características: la ausencia de una causa real desencadenante, la extraña naturaleza de las sospechas y la reacción irracional del sujeto afectado, con una pérdida de control. En definitiva, lo que confiere un carácter patológico a los celos es la intensidad desproporcionada de los mismos, el sufrimiento experimentado por el sujeto y el grado de interferencia grave.

Así pues, los celos patológicos son un tipo más intenso y problemático de celos. Estos celos pueden ser irracionales, desproporcionados y destructivos para las relaciones y la salud mental de una persona. Quienes experimentan celos patológicos pueden tener pensamientos obsesivos y compulsivos sobre la infidelidad o la traición, incluso en ausencia de evidencia real. Esto puede llevar a comportamientos controladores, posesivos, agresivos y a una constante angustia emocional. Los celos patológicos a menudo interfieren en la vida cotidiana y pueden dañar gravemente las relaciones y el bienestar general de una persona.

En los niños también pueden darse este tipo de celos. ¿Cómo se manifiestan en los más pequeños? Estas son algunas respuestas:

  • Un niño puede desarrollar una obsesión irracional por ser el único receptor de la atención de un adulto, llevándolo a hacer cosas como actuar agresivamente hacia otros niños o incluso autolesionarse.
  • Un niño con celos patológicos puede intentar controlar constantemente las interacciones y actividades de sus padres o amigos, exigiendo atención exclusiva y aislándose de otros.
  • Los celos patológicos en niños pueden estar acompañados de una ansiedad abrumadora y constante. Pueden preocuparse constantemente por la posibilidad de perder el amor o la atención de sus seres queridos.
  • Los celos patológicos pueden provocar cambios en el comportamiento del niño, como tristeza intensa, irritabilidad, regresión a comportamientos más infantiles o problemas de sueño.

Los celos patológicos son producto de una especie de distorsión en la percepción de la persona que los siente. Son celos desadaptativos ya que acaban generando malestar en el propio niño y en el ámbito familiar en general.

En definitiva, los celos que ocurren en la infancia, a los que nos referimos de manera genérica, son celos adaptativos, pero no está de más conocer la diferencia con los patológicos. Sobre todo porque estos últimos se producen a menudo en la vida adulta y pueden tener que ver con celos en la infancia que no se trabajaron con esa persona cuando era niño. De ser así, es posible que eso conlleve un impacto negativo en su personalidad que, entre otras cosas, puede verse reflejado en el desarrollo de este tipo de celos desadaptativos con el paso de los años.

Recomendamos en