Esta es la frecuencia adecuada para ducharse según los expertos

Muchos padres y madres se sienten regular cuando un día deciden, que por su salud física y mental, sus peques se vayan a la cama sin pasar por la ducha. ¿Está mal hacerlo así?
Toalla, capa o albornoz, ¿qué es mejor para bañar a los niños?

Muchos padres y madres se sienten regular cuando un día deciden, que por su salud física y mental, sus peques se vayan a la cama sin pasar por la ducha. Agotados mental y físicamente, deciden que mañana será otro día, y que la ducha solo va a añadir tensión o cansancio extra a la rutina del día, que se ha complicado por el motivo que sea. ¿Hacemos bien dejando que los niños no se duchen?

Los expertos se han pronunciado bastante a este respecto, seguramente atraídos por el hecho de que sea una duda que interesa resolver a una cantidad importante de la población, no solo a los padres y madres de niños y niñas pequeños.

Es verdad que es en esta edad cuando más se libra uno de la ducha, pero no todos los adultos pasan por ella a diario, y eso que para muchísima gente es uno de los mejores momentos del día.

Esto dicen las asociaciones médicas

La Academia Española de Dermatología y Verenología, como te cuentan aquí los compañeros de Muy Interesante, la Academia Española de Dermatología y Verenología es una de las voces expertas que se ha manifestado al respecto de cada cuánto es bueno pasar por la ducha. Advierten que como mucho hay que darse una ducha diaria porque la piel pierde hasta el 25% de su hidratación natural en el proceso. Esto es, ya hemos resuelto la primera incógnita: salvo que sea una causa de fuerza mayor, por la ducha no hay que pasar más de una vez al día (el planeta, al consumir menos agua, también lo agradecerá).

La Asociación Española de Pediatría es otra de las fuentes de referencia en esta cuestión, ya que no es lo mismo la ducha en las personas adultas que en los más pequeños. Las circunstancias cambian y, por ende, son importantes. “Las necesidades de un baño dependen de la edad, ya que según los años que tenga el niño, se ensuciará más o menos”, señala la AEP al respecto.

Niños tras un baño

Es decir, influye cuánto se ensucien o suden, por lo que incluso puede ser distinta la necesidad en verano respecto al invierno y en un día de frío donde no hayan ido al parque ni a extraescolares de un día en el que hayan estado jugando en la calle o hayan tenido educación física, por ejemplo.

La AEP se expresa solo de forma más tajante en lo que respecta a los bebés: “por debajo de los 6 meses puede no ser necesario el baño diario, ya que a esta edad se ensucian muy poco. Así que en los bebés el baño depende de las preferencias de los padres y del niño”, apunta. La cosa cambia a medida que empieza a ser autónomo. “Cuando el niño empieza a gatear y a comer solo, es frecuente que se manche lo suficiente como para necesitar un baño diario. Cuando los niños caminan o empiezan a tener cierta independencia también es conveniente bañar con más frecuencia”, dice la asociación pediátrica. 

En los adultos, misma lógica

Aunque las circunstancias, como decíamos, son distintas en los niños y los adultos, la lógica para saber cada cuánto es recomendable ducharse es la misma.

Así lo asegura la doctora en medicina Stephanie S. Gardner, autora del artículo divulgativo ‘¿Con qué frecuencia debes ducharte?’ (How Often Should You Shower?. 2023). Gardner responde que la periodicidad adecuada de la ducha “depende en parte de tu estilo de vida”. Por ejemplo, dice la médico, “alguien que pasa horas al sol trabajando en el campo, corriendo o montando en bicicleta, probablemente necesitará bañarse más a menudo que alguien que está fresco y en casa”.

En opinión de Gardner, hay casos en los que no es necesario la ducha diaria. “Muchos médicos afirman que una ducha diaria es suficiente para la mayoría de las personas (más de eso podría empezar a causar problemas en la piel). Pero para muchas personas, dos o tres veces por semana es suficiente y puede ser incluso mejor para mantener una buena salud”, dice la experta.

Fuente: Pexels

Hay dos factores, eso sí, que la doctora Gardner cita como claves en esta cuestión: las alergias y la piel especialmente más grasa. En estos casos, dice, “puede ser una buena idea ducharte más a menudo”. En cambio, aconseja que las personas que tienen afecciones cutáneas reduzcan las duchas “al mínimo”.

Y, por supuesto, que la ducha se centre en la higiene, que no se alargue más de la cuenta.

“Hay que ducharse lo suficiente para mantenerse limpio, pero tampoco tanto como para resecar la piel y despojarla de su capa protectora natural”, recalca la doctora Gardner, que desaconseja frotar en exceso y la utilización de jabones “muy fuertes” porque se puede provocar “sequedad, irritación y picor en la piel”.

Del mismo modo que no es aconsejable ducharse de más o alargar cada ducha más de lo necesario, tampoco lo es ducharse menos de lo recomendable. “Aunque normalmente no hay nada insalubre en andar por ahí con un fuerte olor corporal, puede que no sea bueno para entablar relaciones sanas con la gente en casa, la escuela o el trabajo”, advierte Gardner, que también hace hincapié en posibles consecuencias negativas en la salud derivadas de las duchas insuficientes. “La acumulación de grasa puede provocar la proliferación de las bacterias que causan el acné o contribuir a problemas cutáneos como la caspa o el eccema. La suciedad y la piel muerta pueden agravar el problema al obstruir los poros”, concluye.

Para Gardner, la ducha ideal consiste en “dedicar de tres a cinco minutos y concentrarse en las partes más importantes del cuerpo: axilas, ingles y cara. No es necesario frotar cada centímetro de piel, a menos que hayas estado revolcándote en la tierra”, apostilla.

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