Esponjas, ¿es mejor usarlas o no con bebés?

Hay pediatras y asociaciones médicas que se limitan a decir que se puede prescindir de ellas, pero también hay voces expertas que reniegan de ellas.
Cómo bañar al bebé recién nacido sin temor a hacerle daño

Con la higiene de los niños, especialmente de los bebés, hay muchas dudas en los papás y mamás, sobre todo si son primerizos. Todas están resueltas con mayor o menor consenso por los especialistas médicos, pero parece que estos no son capaces de disipar determinadas respuestas en las familias, por mucho que divulguen acerca de ello tanto a través de las asociaciones, congresos, libros, campañas e incluso de las redes sociales.

Una de las dudas perennes respecto a la higiene y los niños es la esponja. ¿Se debe usar o no? ¿Es mejor pasar de ella? La respuesta no es blanca o negra, pero hay una cosa clara: los pediatras insisten en que no es necesario hacer uso de ella. “Puedes prescindir de la esponja: Con tu mano es suficiente para lavarlo”, dice, por ejemplo, la doctora Lucía Bertrand al respecto del baño en bebés. 

La Asociación Española de Pediatría, por su parte, válida su uso pero no dice que sea indispensable: “Se puede utilizar una esponja fina o la mano para frotar suavemente al niño, empleándose un jabón para la piel con un pH neutro y sin irritantes”, señala en un post divulgativo sobre la el baño en bebés.

Hay incluso pediatras que van más allá, recomendando que no se usen las esponjas, ni siquiera las naturales, sobre todo en niños atípicos o con pieles sensibles, ni tampoco para la zona del pañal. Es el caso de la doctora Laura Álvarez, que explica lo siguiente: “son un caldo de cultivo ideal para bacterias y hongos que pueden favorecer las infecciones cutáneas por la fricción y la irritación”, asegura la pediatra. “Se puede irritar la piel, especialmente en pacientes con pieles sensibles”, añade la doctora Álvarez.

En este sentido se expresan también las compañías especializadas en dermatología. Es el caso de Avène, compañía francesa de referencia en el cuidado de la piel, tanto de los mayores como de los peques de la casa. “Usa tus manos para lavarte. Son mucho más limpias e higiénicas que las toallas absorbentes, los puff de ducha y las esponjas de baño”, asegura en uno de sus manuales de higiene e hidratación de la piel. En el mismo documento, por cierto, el equipo de Avène recuerda que las duchas ideales no tienen que exceder de los cinco minutos —de lo contrario, la piel se resiente—, y que la temperatura del agua buena para la piel debe estar entre los 32 y los 34 grados. Es decir, no muy caliente.

Esto último se aplica en el caso de niños, adolescentes y adultos, pero no en los bebés, para los que la temperatura del agua ideal es similar a la corporal, según expone la AEP: “Que el agua esté próxima a la temperatura corporal (36-38 ºC)”, concluyen.

El baño del bebé

En definitiva, como lees, las esponjas no son obligatorias ni tampoco excesivamente recomendables según los expertos médicos y en cosmética dermatológica. Eso sí, tampoco existe un consenso total acerca de recomendar no utilizarlas: hay quienes sí lo hacen, pero otros pediatras y asociaciones simplemente se limitan a decir que se puede prescindir de ellas. En todo caso, si las usas, que sean naturales y, sobre todo, que se mantengan en buenas condiciones higiénicas y que se sustituyan cada poco tiempo. 

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