Estas son las construcciones sociales del rol de buena madre en Occidente

¿Avanzamos realmente hacia una maternidad más auténtica y equitativa en la sociedad contemporánea? Una experta en Psicología reflexiona sobre esta idea
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La noción del rol de la "buena madre" en Occidente ha sido moldeada a lo largo de las décadas por una amalgama de factores culturales, históricos y sociales. Unas construcciones sociales que están en constante evolución, desafiando y moldeando las expectativas sobre la maternidad en la sociedad occidental contemporánea:

En las décadas pasadas, la imagen de la madre sacrificada era el ideal incuestionable. Sin embargo, con el tiempo, este modelo ha sido cuestionado y modificado para reflejar una maternidad más inclusiva y equitativa. Las mujeres ahora buscan un equilibrio entre sus roles de madre y otros aspectos de sus vidas, desafiando la idea tradicional de la maternidad como única fuente de identidad y realización. 

"Las madres que han priorizado la crianza y el hogar quedan atadas por un hilo invisible de dependencia económica hacia sus parejas y se sienten culpables de no poder volver a generar ingresos en una sociedad en la que vales en función de lo que produces", expone Ana Acosta, experta en maternidad y con un máster en Psicología, en su libro Alquimia Materna.

Las presiones sociales y los estereotipos de género han desempeñado un papel crucial en la definición del rol de la buena madre. La expectativa de que las mujeres deben ser las principales cuidadoras ha llevado a la internalización de normas que a menudo chocan con la realidad de las mujeres modernas, quienes buscan una participación equitativa de los padres en la crianza de los hijos.

Por otro lado, los medios de comunicación han sido tanto reflejo como impulsor de estas construcciones sociales. La representación de la maternidad en películas, programas de televisión y redes sociales ha contribuido a la formación de ideales y expectativas. 

La maternidad - Pexels

Al mismo tiempo, la creciente visibilidad de diferentes modelos familiares ha comenzado a desafiar las narrativas tradicionales y a celebrar la diversidad en la experiencia maternal.

La cultura contemporánea ha fomentado la presión de ser una madre perfecta en todos los aspectos. Desde la alimentación hasta la educación, las mujeres a menudo se enfrentan a estándares inalcanzables. Este ideal de perfección maternal ha generado discusiones sobre la salud mental de las madres, destacando la importancia de un enfoque más realista y comprensivo de la maternidad.

La experta se cuestiona si acaso la crianza respetuosa no es un privilegio de clase: "¿Cómo respeto los tiempos de la infancia si no puedo llegar tarde a mi trabajo porque me echan? ¿Cómo alimento el vínculo de conexión si sólo veo a mi hijo para despertarlo en las mañanas y acostarlo por las noches por mis obligaciones laborales? ¿Cómo sano mis heridas de la infancia si no puedo pagar una terapia y en la seguridad social me dan cita con la psicóloga dentro de tres meses y en horario laboral? Estas cuestiones son un llamado a la toma de consciencia de que las personas que trabajan demasiadas horas porque si no no llegan a fin de mes están en una terrible desventaja para poder aplicar principios de lo que se entiende como crianza respetuosa, lo que no implica que no puedan hacerlo".

Pero a medida que la sociedad evoluciona, también lo hacen las políticas y las leyes relacionadas con la maternidad. Los debates sobre la licencia parental remunerada, el acceso a la atención médica y otros aspectos fundamentales de la crianza de los hijos están dando forma a un entorno más propicio para las madres y sus familias, pero aún existen desafíos pendientes.

A pesar de los avances, persisten desafíos como la brecha salarial de género, la falta de apoyo en la crianza de los hijos y la estigmatización de elecciones no tradicionales de maternidad. No obstante, se han logrado avances significativos, y muchas mujeres están liderando cambios en las normas sociales que rodean el rol de la buena madre.

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