Existen miles de pensamientos catastróficos durante la maternidad y todos se basan en el miedo. Que se te caiga tu bebé, que se atragante, que deje de respirar... ¿Quién no ha tenido nunca pensamientos no deseados sobre posibles escenarios catastróficos? "Los pensamientos no deseados, todos aquellos que afectan a nuestra calidad de vida, causan malestar y no cumplen una función adaptativa, suelen ser el detonante del miedo en situaciones en las que no existe un peligro real", explica Carmen Moreno, educadora perinatal y fundadora de la plataforma Parto Positivo.
La experta sostiene que estos pensamientos desagradables pueden agudizarse en el postparto y son muy normales, ya que estamos "reajustándonos a nuestra nueva realidad". "Un nuevo nivel de alerta ante posibles riesgos. De algún modo, nuestra mente busca escenarios poco probables que podrían causar daño al bebé y nos hace pensar en ellos por si acaso".
En un estudio que Moreno realizó con una muestra de 6.000 personas a la pregunta de si experimentaban esta situación, el 97% respondió que sí. "De ese 97%, un 72% afirmó que esos pensamientos afectaban a su calidad de vida", indica. Y añade: "La evidencia ha demostrado que alrededor de un 91% de madre y un 88% de padres experimentan pensamientos obsesivos sobre su bebé en el primer año de vida".
No eres tú, es tu cerebro
La educadora perinatal confiesa explica que la psicoeducación nos ayuda a comprender lo que acontece en nuestra mente, mientras que los recursos prácticos nos facilitan vivir en calma con nuestra mente creativa. Aunque estos pensamientos sean normales, afectan en mayor o menor medida al disfrute de nuestra vida y nuestra calma. Por eso es importante contar con recursos para gestionarlo.
"Independientemente de la dureza de tus pensamientos, no son en absoluto indicativos de que vayas a lastimar a tu bebé ni son un indicador de tu valía como madre. Eres la mejor madre para tu bebé. No importa cúan oscuros, vívidos, horribles o impronunciables sientas que son; a pesar de que sean terribles, el contenido en sí no comporta que existe un problema. Esos pensamientos sólo suponen un problema en caso de que afecte a tu calidad de vida. El problema reside en cómo los interpretas, cómo te hacen sentir y cómo reaccionas cuando aparecen.
¿Cómo dejar a un lado los pensamientos no deseados?
Dice la experta que verbalizar lo que te pasa y cómo te sientes ayuda a canalizar los pensamientos. Sobre todo, si tienes a una persona de confianza o cuentas con un entorno seguro y libre de juicios donde poder hacerlo. A fin de transformar esos pensamientos, nos invita a seguir estos pasos:
- La aceptación: escucha tus miedos, tus pensamientos y dales espacio. "El problema no es que aparezcan, sino que nos quedamos atrapados en ellos. La aceptación es uno de los aspectos más importantes que caracterizan el viaje de la maternidad".
- Escucha a tus miedos: "Mediante la aceptación creamos un espacio para esas emociones o pensamientos incómodos. Eso sí, siempre siendo amables contigo misma. Si es un pensamiento no deseado, acepta su presencia y pregúntate si es útil, si es verdad y cuál es el escenario más probable".
- Deja atrás: "Aceptar que esas emociones y pensamientos están ahí no implica dramatizarlos o desarrollarlos. Crecen cuando les prestas atención y no puedes evitar que vayan y vengan, pero si cuando llegan te centras en ellos estás alimentándolos con su atención. Por ponerte un ejemplo, no puedes evitar que llamen a tu puerta, pero sí decidir quién entra en tu casa y quién no. Así, si no te resulta beneficioso, deja de prestarle atención".
- Pide ayuda: Siempre que esos pensamientos persistan y afecten a tu día a día, contempla la posibilidad de pedir ayuda a tu profesional sanitario de referencia o a una psicóloga perinatal".
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