Los dos consejos infalibles de una podóloga infantil para saber cuándo un zapato se ha quedado pequeño en los niños

La podóloga infantil Neus Moya acaba con una duda “existencial” de muchos padres: cómo saber si un zapato se ha quedado pequeño en los niños
Cómo debe ser la suela de los zapatos de los niños

“Mamá, me molesta aquí”. “Ay, me duele el pie”. “¡Me hace daño!”… Los propios niños, incluso cuando son muy pequeños, nos advierten a los padres de que un zapato se les ha podido quedar pequeño. Lo hacen con sus gestos de dolor, sus expresiones de queja y también mostrándonos las marcas que el calzado puede dejar en sus pies. Pero no son infalibles: a veces se pueden estar quejando porque está muy apretado, por ejemplo, y otras, en cambio, puede ser que ya lo hagan cuando es demasiado tarde. Por eso, es conveniente saber cómo detectar a tiempo si el zapato o deportiva se le ha quedado pequeño al niño o niña.

Esta es una duda “existencial” para muchos adultos, que no tenemos claro cómo fijarnos o cómo comprobar que el calzado sigue siendo de la talla adecuada para nuestros hijos e hijas. Dejando a un lado las excepciones, ya que no hay dos pues iguales y pueden ser más o menos sensible, más o menos anchos, etcétera, la podóloga infantil Neus Moya acaba de golpe con esta duda.

Lo hace compartiendo los dos trucos que son infalibles para saber si un zapato o deportiva se ha quedado pequeño en un niño o niña. Ambos pasan por la revisión, diaria y rápida por un lado y, por otro, una comprobación concreta cada tres o cuatro semanas.

Niño con zapatillas

La comprobación diaria

Explica Neus Moya que a sus hijos les inculcó “desde bien pequeños a quitarse los zapatos y calcetines y al momento les hacía una rápida inspección visual”.

Este es su primer consejo para saber si un zapato o deportiva les queda bien: una revisión rápida diaria. Para hacerla bien, solo tienes que dedicar “5 segundos” al día para echar un vistazo a las partes claves del pie del peque, aquellas en las que se pueden encontrar “rojeces y señales que pueden indicar que el zapato se le está quedando pequeño”, señala la podóloga.

Neus Moya cuenta que hay cuatro zonas claves del pie: el primer dedo (pulgar), quinto dedo (meñique) y las uñas. “No olvidéis revisar también la parte posterior del talón porque una línea roja marcada puede indicar que el zapato se le está quedando pequeño”, dice.

En estas cuatro partes del pie solo hay que hacer una pequeña inspección visual. Eso sí, con plena atención porque cualquier pequeña señal puede ser la que os permita prevenir heridas o rojeces más grandes si el calzado se ha quedado pequeño.

Pies

Inspección mensual

Además de la inspección diaria, Neus Moya aconseja hacer otra cada tres o cuatro semanas, al menos una vez al mes. “Es un poco más laborioso pero es importante hacerlo porque, como siempre os digo, cuando el zapato cuesta entrar, estamos llegando tarde”, recuerda.

El truco o consejo de la podóloga infantil es sacar la plantilla del zapato o deportiva y poner encima el pie del menor. La clave es que sobren al menos 5 mm entre la punta de sus dedos y el final de la plantilla. “Si sobran unos 5 mm quiere decir que estamos al límite de la talla”, asegura.

En este caso, lo que tienes que hacer es empezar a buscar la talla siguiente. Pero puedes hacerlo teniendo en cuenta un matiz decisivo: el tipo de puntera del calzado en cuestión. Así lo explica Neus Moya para terminar su post divulgativo: “en punteras redondeadas, hay que cambiar la talla inmediatamente porque el primer dedo ya empezará a desviarse. En punteras anatómicas todavía tenemos margen para buscar unas con calma”.

Y además de estos dos consejos de aplicación diaria y mensual respectivamente, Neus Moya hace hincapié en el sentido común como mejor forma de prevenir un problema con los zapatos y los pies de los niños y niñas.

“Si hace meses que no estamos cambiando la talla, debemos estar alertas porque en cualquier momento puede que le quede pequeño”, concluye la podóloga infantil. 

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