estadounidense Elaine N. Aron en la década de los 90. Un término que hace alusión a un rasgo de la personalidad que se define, valga la redundancia, por la alta sensibilidad.
De acuerdo a la autora, las personas altamente sensibles tienen un sistema nervioso más sensible y reactivo que les permite procesar la información sensorial de una manera más profunda y reflexiva.

Ya hemos hablado de que es un rasgo de la personalidad que se puede dar en los niños (y que se identifica con el nombre NAS por sus siglas). No hace distinciones de género, aunque lo sufren más las mujeres. Y puede afectar sobremanera a la maternidad. Las madres altamente sensibles tienen un rasgo definitorio que puede desembocar en mayor sufrimiento. Al menos, según ha contado la psiquiatra Marian Rojas Estapé en el episodio de su podcast dedicado a este rasgo de la personalidad.
Las madres altamente sensibles pueden sufrir más que el resto
“Las personas altamente sensibles suelen ser más empáticas, no les cuesta ponerse en el lugar del otro, captar como captan los demás…”, explica la profesional. “Sin embargo, se frustran mucho más que el resto cuando sienten que no llegan, cuando sienten que no están a la altura…”; afirma.
Algo que, de acuerdo a sus palabras, también se traslada a la maternidad. “La madre con PAS sufre porque capta rápidamente como se siente cada uno de sus hijos, cómo llegan del colegio, cómo estudian, cómo se esfuerzan, intentando siempre conectar con ellos”, asegura.
Una madre siempre intenta conectar con su hijo e, irremediablemente, siempre siente empatía y sufre cuando su hijo sufre. Pero las madres altamente sensibles llevan esto al máximo exponente. “Una persona sin PAS puede no darse cuenta de esos pequeños matices de cada hijo; está encima de ellos, como una madre normal, está pendiente, les cuida, pero la madre con PAS capta más”, explica la profesional. Dice que, por ejemplo, si el niño le dice que ese día no ha jugado con el amiguito como todos los días, la madre puede llegar a sufrir mucho. “Para ella es una alerta, se pone en posición de ayudar”.
Opinión que comparte la psicóloga Úrsula Perona. En su libro Niños altamente sensibles (Ed. Toro Mítico) explica lo siguiente: “Tu sensibilidad hará que percibas las necesidades de tu hijo con ojo clínico. No solo entenderás su lenguaje hablado, sino su lenguaje corporal, pudiéndote comunicar con él de forma rápida y fácil, adelantándote a los acontecimientos y comprendiéndolo mejor que nadie”.
Las madres con PAS necesitan más momentos de soledad
Otro de los rasgos definitorios de esta condición es, sin duda, el desbordamiento emocional que llegan a sufrir en muchos momentos. Tal es su capacidad e intensidad a la hora de sentir que necesitan momentos a solas para reconstruirse. “Las personas PAS tienen la necesidad de estar pendientes de la gente de su alrededor y necesitan momentos de soledad para repararse. De repente, sienten la necesidad de dar paseos, estar en contacto con la naturaleza, de no estar con nadie…”, asegura la psiquiatra.
“Si eres un padre o madre altamente sensible habrá dificultades, sobre todo para ti, que a veces te sentirás abrumado, necesitarás desconectar y no podrás, te marcarás un alto nivel de exigencia y no lograrás evitar hacer comparaciones con otros modelos de padres”, explica también la psicóloga Úrsula Perona.