Los tiempos que señalan los pediatras y la Organización Mundial de la Salud con respecto a la alimentación infantil es que, como ideal, los niños deberían tomar lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad y prolongarla, como recomendación, hasta que alcance los dos años. Dentro de este tiempo, el destete puede empezar a los dos años de edad o prolongarse, incluso, hasta los siete, siempre y cuando madre y niño estén de acuerdo.
Aunque esta es la escena ideal, lo cierto es que la realidad dicta mucho de esos tiempos. Son muchas las madres que deciden abandonar la lactancia materna antes de los dos años de edad del peque.
Y aquellas que consiguen superarlo, aseguran que una de las razones de no haberlo hecho antes es la dificultad que les supone destetar a su pequeño, pues es un momento duro para ambas partes (emocionalmente hablando).

“El destete tiene implicaciones más allá de la nutrición porque el pecho materno tiene muchas más funciones. Cuando un bebé deja de mamar, se pone fin a un sistema de relación con su madre, se cierra una etapa y hay que explorar nuevas formas de relacionarse”, explica Alba Padró, asesora de lactancia y creadora de LactApp, en su libro Somos la Leche (Grijalbo).
Gracias a la lactancia materna, la madre y el bebé crean un vínculo aún más fuerte, que cuesta mucho romper llegado el momento. Pero, como todo en la vida, la lactancia también debe tener su final y, aunque sabemos que será un momento duro para las dos partes, hay técnicas y juegos que pueden llevar el momento con algo más de desasosiego.
La doctora Miryam Triana, del hospital Vithas Nisa Pardo de Aravaca, nos explicaba hace unos años algunas técnicas que podrían ayudar a las mamás a destetar a los bebés, pero hoy queremos dar algunos consejos adicionales basados en el trabajo y la opinión de de diferentes expertos en esta técnica milenaria.
Consejos para facilitar el destete a niños mayores de un año
Aunque la madre tenga muchos planes sobre el destete una vez que inicia la lactancia materna, la realidad es bien distinta y todo puede variar.

Hay algunos consejos que pueden facilitarnos la vida:
- Distraer al niño cuando pide ‘teta’: lo más importante es sonar convincente cuando propongamos una actividad al niño (y que esta sea lo suficiente atractiva para él). Así, desviaremos la atención del niño para que se ‘olvide’ de lo que nos está pidiendo. Si no funciona y lo pide, accede a dárselo, pero intenta que la toma sea cortita
- Evita el ‘eres muy mayor para tomar teta’ porque no lo entenderá: cuando hayas tomado la decisión, habla con tu hijo y conoce qué opina él, explicándole la verdad (que estás muy cansada, que a veces preferirías hacer otras cosas con él…)
- Olvídate de cambiar, de repente, el pecho por otra cosa: hazlo de manera paulatina
- Puede darse el caso de que sea el bebé el que decida no continuar con la lactancia así que, en ese caso, el consejo es que la mamá se extraiga la leche siempre que lo necesite, a fin de descargar los pechos
Destete nocturno: trucos que te ayudarán
Si el destete diurno es complicado, lo es aún más el nocturno. Y es que los niños no usan la teta solo como modo de nutrición, sino también como consuelo. Y es por la noche cuando aparecen la mayoría de motivos que les instan a necesitarla.
Sin embargo, curiosamente la lactancia nocturna es la más agotadora para muchos madres, que necesitan que su bebé duerma más de seguido y ellas dormir más horas también.
Aquí algunos consejos para facilitarlo:
- Explícaselo con un cuento: Alba Padró, asesora de Lactancia, comparte un cuento en su libro Somos la Leche del que nos hacemos eco: “Se puede explicar mediante un cuento que la teta se va a dormir por las noches, que por la noche no habrá teta, que solo habrá teta cuando haya sol”
- Lo mejor es optar por dejar el pecho en vacaciones o cuando tengas días libres, porque hasta que se acostumbre dormirá poco