Bebés dormilones: ¿cuándo puede ser preocupante?

Tanto los recién nacidos como los bebés más pequeños tienden a pasar dormidos la mayor parte del tiempo, lo que no impide para que muchas mamás y papás se pregunten acerca de si, en realidad, podría estar durmiendo demasiado. Pero, ¿cuándo puede acabar convirtiéndose en motivo de preocupación?
Bebés dormilones: ¿cuándo puede ser preocupante?

¿Sabías que, en el útero, los bebés pasan alrededor del 95 por ciento del tiempo dormidos? Tan pronto como nacen, el recién nacido continúa pasando -nuevamente- la mayor parte de su tiempo durmiendo: la transición del útero al mundo exterior (o real) suele ser no solo abrumadora para el pequeño, sino también agotadora. Sin mencionar, además que sus cuerpos  se encuentran en constante y rápido desarrollo, en especial sus cerebros.

Mientras el bebé duerme, se forman sinapsis (mecanismo de comunicación producido entre dos o más neuronas con la finalidad de transmitir un impulso nervioso), se almacenan recuerdos, se establecen nuevas conexiones, se desarrolla tejido cerebral y, además, se repone energía. De ahí que el sueño y el descanso en el bebé y en los niños pequeños sea tan imprescindible como fundamental.

En definitiva, la importancia del sueño se deriva en que le está preparando para un crecimiento y un desarrollo adecuados a medida que van cumpliendo meses y años. Es más, el cerebro del bebé tiende a duplicarse en tamaño a lo largo de su primer año de vida. Y, efectivamente, la mayor parte de ese crecimiento ocurre mientras el pequeño permanece dormido.

A medida que el bebé tiene nuevas experiencias, se forman conexiones nuevas y sinapsis. Esto significa que el bebé está constantemente aprendiendo. Su pequeño cerebro está almacenando todos estos nuevos aprendizajes para poder utilizarlos luego, a lo largo de su vida. Así es como, por ejemplo, el pequeño aprende su nombre, quién es su mamá y su papá… Poco después, a los 3 años de edad, el bebé habrá formado más del doble de sinapsis que el adulto promedio.

Si tenemos en cuenta que tanto el recién nacido como el bebé pequeño se pasa la mayor parte del tiempo durmiendo, a medida que crece es normal que los padres no se pregunten acerca de si, en realidad, está durmiendo o no demasiado. De hecho, cuando alcanza los 2-3 años de edad, lo habitual es que le estemos rogando que se vaya a la cama a descansar. Sin embargo, es posible que también nos hagamos una pregunta: ¿puede llegar a ser preocupante que un bebé duerma demasiado?

Cada bebé tiene diferentes necesidades de sueño

Tendemos a pensar, erróneamente, que todos los bebés son iguales por el mero hecho de ser pequeños. Pero es fundamental tener en cuenta que todos los bebés son diferentes. Por ejemplo, un bebé nacido prematuramente puede dormir más tiempo que aquel bebé que presente cólicos.

El hecho de que el patrón de sueño del bebé se desvíe de lo considerado como “normal” no significa que haya motivo de alarma. Si, por ejemplo, se alimenta bien, mancha y orina el pañal (al menos 6 veces o más por día), posiblemente no tengas que preocuparte por si el pequeño está durmiendo demasiado. Al contrario, si notamos que el bebé a menudo parece cansado, falto de energía, irritable o sobreestimulado, podría tratarse de una señal de que en realidad no está durmiendo lo suficiente. En este caso se recomienda acudir a la consulta del pediatra, sobre todo si se convierte en motivo de preocupación.

El sueño del bebé

Pero a la hora de preguntarnos qué es normal y qué no, es imprescindible tener en cuenta algunas pautas generales acerca de cuántas horas duerme un bebé, de media por la noche, y también cuántas siestas hace por el día. Dado que los recién nacidos no tienen todavía un reloj biológico interno (o ritmo circadiano), sus patrones de sueño no están aún relacionados con los ciclos de luz diurna y nocturna. No obstante, se sabe que, en promedio, los recién nacidos tienden a dormir entre 11 a 17 horas por día, habitualmente en ráfagas de 30 a 45 minutos, hasta 3 a 4 horas.

Sin embargo, a medida que el recién nacido pasa a convertirse en un bebé, empieza también a desarrollar un horario. Comienzan eventualmente a dormir por la noche, aunque es normal que aún puedan despertarse en varias ocasiones para alimentarse. No es hasta aproximadamente los 6 meses de edad cuando la mayoría de los bebés adquieren un horario de sueño más o menos regular. Aunque, aún así, existe una variación significativa de bebé a bebé.

¿Es posible que el bebé esté realmente durmiendo demasiado? ¿Es normal? ¿Cuándo puede ser alarmante?

A menos que surjan o existan otros síntomas, un bebé que ocasionalmente duerme más de lo normal no tiene por qué convertirse en un motivo de preocupación. Por ejemplo, puede ser que el bebé esté durmiendo más por un salto en el desarrollo o un crecimiento acelerado, tras la administración de una vacuna, porque esté sufriendo una determinada enfermedad (como un simple resfriado), o porque esté durmiendo menos como consecuencia de una infección respiratoria, la cual dificulta la respiración y con ello el descanso normal.

Algunos bebés con ictericia pueden dormir demasiado. El recién nacido con ictericia tendrá un color amarillento en la piel, y también un ligero tinte de color amarillo en la parte blanca de los ojos (conjuntiva). Cuando la ictericia es severa, también surgen otros síntomas como letargo, irritabilidad y problemas para comer.

También puede ocurrir cuando el bebé no come lo suficiente y se encuentra deshidratado, lo que puede hacer que no gane peso como debería. No obstante, en casos muy raros un bebé podría tener alguna afección médica que es lo que esté causándole dormir en exceso. Los trastornos cardíacos y respiratorios pueden afectar al sueño normal.

En el caso de que se trate de un recién nacido, generalmente aquel que parezca dormir demasiado únicamente dormirá en un horario irregular. Pero hay que tener en cuenta que determinados problemas de salud en los recién nacidos, como por ejemplo una infección respiratoria (que en el bebé mayor suele convertirse apenas en una molestia), pueden ser mucho más peligrosos. Por tanto, si estás preocupada/a por el horario de sueño de tu bebé, lo mejor es consultar siempre con el pediatra.

En caso de duda, es recomendable mantener un registro del horario de sueño del bebé durante aproximadamente 1 a 2 días. Será información suficiente para el pediatra. Recuerda que solo un médico puede diagnosticar con certeza cuál podría ser la razón por la cual un recién nacido o el bebé esté durmiendo demasiado.

Pero se aconseja llamar al médico o acudir a urgencias cuando el bebé respira de forma muy ruidosa, sus fosas nasales se dilatan cuando respira, tiene fiebre, jadea por aire o por sibilancias, la piel situada alrededor de sus costillas se hunde cuando respira, o crees que el bebé ha podido haber tocado, comido o inhalado algo tóxico.

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