La caspa es una de las afecciones del cuero cabelludo más frecuentes en la población. Las escamas blancas de piel muerta en el cabello y sobre los hombros son características de este problema capilar que es una forma leve de dermatitis seborreica.
Además de las citadas escamas blancas, la caspa también produce picazón en el cuero cabelludo, lo cual puede derivar en heridas y costras, sobre todo en el caso de que la persona que sufra sus consecuencias se rasque a menudo.
Aunque es común sobre todo en la adolescencia y en los adultos jóvenes porque es con la irrupción de la pubertad cuando las hormonas están más descontroladas, la caspa también puede aparecer en la preadolescencia, a partir de los 10 años. Antes, eso sí, es muy poco frecuente aunque no se puede descartar por completo que aparezca.
La causa de este tipo de dermatitis en el cuero cabelludo no se sabe con exactitud. Es más, es probable que se deba a una confluencia de factores; entre ello, la producción excesiva de grasa propia de la piel, el sebo, el estrés, la sequedad excesiva del ambiente (el frío la causa a menudo en lugares con poca o nula influencia marítima, por ejemplo), o la mala higiene personal pueden causarla o empeorarla.
Consejos para tratarla
Para tratar la caspa, si tu hijo o hija la tiene, debes saber en primer lugar que no es contagiosa por lo que no tienes de qué preocuparte en este sentido.
En cambio, si tienes que tener en cuenta una serie de consejos sobre lo que debes y lo que no debes hacer ante un problema capilar de este tipo en un niño (es extrapolable a cualquier persona en realidad esta lista de recomendaciones). Léelas con atención porque algunas de ellas tienen que ver con hábitos muy arraigados entre la población para tratar la caspa que en realidad no son recomendados por los especialistas en la materia.
- No lavar el pelo todos los días: es una recomendación extendida la de no lavar el pelo todos los días para evitar las agresiones derivadas del uso excesivo de productos cosméticos. Del mismo modo, es aconsejable también evitar el agua muy caliente. Dicho esto, tampoco es aconsejable pasarse al extremo opuesto: basta con lavar el cabello cuando esté sucio, en días alternos, por ejemplo.
- Evitar llevar el pelo de forma que se acumule grasa en él: esto ocurre, sobre todo, cuando se lleva recogido constantemente o cuando se utilizan a menudo complementos para la cabeza como las gorras o los gorros. El pelo, en pos de su salud, debe “respirar”, y más si el niño o niña está sufriendo un episodio de dermatitis seborreica que le cause la aparición de caspa. De lo contrario, le picará más y es más probable que no pueda evitar rascarse.
- Elegir bien el champú: no son recomendables los champús específicos, los famosos anticaspa, porque suelen ser más agresivos y menos naturales. El champú, cuantos más ingredientes naturales contiene, mucho mejor. De todos modos, esta es una duda que es recomendable consultar al dermatólogo que lleve el caso de tu hijo o hija puesto que nadie como él o ella para recomendar el champú más adecuado para su caso.
- Cuidado con los masajes capilares: siempre que utilices productos naturales para ello donde más caspa y no hay problema en que intentes limitar así la aparición de la caspa y sobre todo la sensación de picor. Pero esto no es lo mismo que dar por buenos determinados remedios caseros anticaspa. No hay evidencia científica de que sean eficaces y algunos pueden ser incluso contraproducentes para la salud del pelo del niño y la evolución de la caspa, de manera que siempre es mejor ser prudentes y ponerse en manos de un especialista en caso de que la caspa no disminuya y se mantenga en el tiempo.