Qué son las sibilancias: causas y tratamiento

Aunque se relacionan habitualmente con el asma, no siempre tienen por qué tener relación, especialmente en los bebés, cuando sus vías respiratorias son aún pequeñas, de manera que cualquier infección que afecte a las vías respiratorias inferiores podría causarlas.
Qué son las sibilancias

Tanto la tos como las sibilancias pueden convertirse en dos síntomas comunes de la enfermedad infantil. Y, por lo general, no tienen por qué significar que el pequeño tenga una afección grave, aunque es cierto que, en un primer momento, pueden sonar terribles y convertirse en motivo de angustia para los padres. La tos, como probablemente sepas, es en realidad un reflejo normal, completamente saludable y fundamental, útil para despejar las vías respiratorias, ya sea en la garganta o en el pecho. 

En la mayoría de los casos, es posible aliviar los síntomas de la tos y las propias sibilancias en casa. Pero si los síntomas se vuelven más graves, el pequeño puede necesitar atención médica urgente. Por ejemplo, un niño puede dejar de respirar durante un ataque respiratorio severo. Así, si el pequeño se angustia o sus síntomas no se alivian, lo más adecuado es llevarlo inmediatamente al centro médico.

Además, cuando surgen no significa que necesariamente el niño tenga asma. O que pueda desarrollarla en un futuro. Es más, como opinan muchos médicos, no todos los niños que tienen episodios de sibilancias desarrollen asma, mientras que no todos los niños que tienen asma presentan sibilancias. 

Por otro lado, también es necesario tener en cuenta que si el pequeño empieza a toser de forma repentina sin haberse sentido mal primero, es fundamental verificar si puede estarse asfixiando. De ser así, se requiere tratamiento de emergencia de inmediato.

¿En qué consisten las sibilancias?

Se estima que aproximadamente entre un 25 a un 30 por ciento de los bebés tendrán al menos un episodio de sibilancias. Y alrededor de la mitad de los niños tienen antecedentes de sibilancias a los 6 años de edad.

Las sibilancias, más que una afección o enfermedad, consiste en un síntoma. Básicamente se trata de un silbido que se produce al respirar. Es decir, es un sonido silbante y chillón que surge -y se puede escuchar- durante la respiración.

Dado que las vías respiratorias de un niño son más pequeñas, cualquier infección que afecte a las vías respiratorias inferiores, como por ejemplo podría ser el caso del virus sincitial respiratorio, podría causar la aparición de sibilancias.

¿Y sus causas?

En realidad son varias las causas que pueden ocasionar la aparición de las sibilancias en un bebé o en un niño pequeño. A continuación te indicamos las más comunes:

La bronquiolitis es una infección de las vías respiratorias inferiores que habitualmente suelen tener los bebés menores de 1 año, siendo más común en bebés de menos de 5 meses. Y, además, es habitual en los bebés durante los meses de invierno, especialmente si el pequeño nace en esos meses.

Generalmente es causada por un virus, y ocurre cuando los bronquiolos, presentes en los pulmones, están inflamados. También puede aparecer congestión, y si el bebé tiene esta enfermedad, es posible que desarrolle tos. 

La respiración sibilante causada por la bronquiolitis tiende a tardar un tiempo en desaparecer. La mayoría de los niños mejoran en casa, aunque solo en un pequeño porcentaje de casos puede ser necesario que sean hospitalizados.

Causas de las sibilancias

Las alergias pueden causar que el cuerpo del bebé genere flemas adicionales. Y dado que el pequeño no es aún capaz de sonarse la nariz, ni de aclararse la garganta, esa flema se queda por más tiempo en sus conductos nasales, los cuales se caracterizan también por ser más estrechos.

Si el bebé ha probado algún nuevo alimento, o ha estado expuesto a un contaminante, es posible que una alergia sea la causa de la sibilancia. No obstante, en bebés menores de un año, suele ser una causa poco frecuente.

Tratamiento de las sibilancias

En ocasiones, incluso menos de lo que habitualmente se piensa, las sibilancias del bebé o del niño pequeño pueden ser una señal de asma. Aunque es más probable si, por ejemplo, el niño presenta antecedentes de asma, si los padres fuman en su presencia, o si la mamá lo hacía cuando estaba embarazada. 

Así, si el pequeño tiene episodios de sibilancias de forma continua, es posible que el pediatra pueda realizar algunas pruebas útiles para el diagnóstico. Además, es probable que recomiende algunos medicamentos con el fin de comprobar si la condición del bebé mejora, o no. 

Si se trata de sibilancias recurrentes, puede convertirse en un signo clásico de asma, en especial si se incluyen otros síntomas como: falta de aliento, dolor en el pecho u opresión, tos (la cual suele aparecer por la noche), o bien tanto la tos como las sibilancias empeoran durante ciertas estaciones de polen.

¿Cómo se trata?

El tratamiento para las sibilancias depende de la causa que las esté causando. Por ejemplo, si es la primera vez que el bebé o el niño pequeño tiene sibilancias es posible que el pediatra permita a los padres tratar los síntomas en casa, antes de recetar cualquier medicamento. 

En estos casos, por ejemplo, es posible hacerlo mediante:

  • Humidificador. Es un dispositivo que aporta humedad al ambiente, lo que puede ayudar a aliviar cualquier congestión que esté causando las sibilancias en el bebé.
  • Aspirador nasal. Si la congestión continúa, un dispositivo sacamocos puede ayudar a absorber parte de la mucosidad presente en las vías respiratorias superiores del niño. Eso sí, es necesario recordar que tanto los conductos nasales como las vías respiratorias que van hacia los pulmones aún se están desarrollando, especialmente si tu hijo es aún un bebé pequeño. Por tanto, debes utilizar este dispositivo siempre con el máximo cuidado, asegurándote de haberlo desinfectado por completo cada vez que lo utilices.
  • Nebulizador. También es posible recetar al pequeño el uso de un nebulizador. En ocasiones se utiliza un medicamento, llamado albuterol o salbutamol, mezclado con solución salina, para abrir las vías respiratorias. Ayuda de forma positiva especialmente cuando las sibilancias son causadas por el asma.

También es posible que el pediatra prescriba medicamentos, aunque no hay muchos para el resfriado común o la tos que puedan ser administrados de forma segura al bebé o al niño pequeño. Además, recuerda que no se le debe dar miel al bebé para tratar de calmar las sibilancias o para hidratar su garganta, ya que existe riesgo de botulismo infantil.

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