De acuerdo a la Asociación Española de Pediatría (AEPED), dormir boca abajo aumenta el riesgo de muerte súbita del lactante (concretamente lo duplicaría). Y señalan que, además la posición de lado tampoco es segura, ya que no evita que el bebé pueda moverse y colocarse boca abajo sin la debida supervisión adulta. Por este motivo, indican que la postura boca arriba es la más adecuada para dormir.
Aunque, es cierto, esto no implica que no sea recomendable que, cuando el bebé esté despierto, sea adecuado colocarlo boca abajo durante algunos minutos, con vigilancia, ya que esto ayudará de forma muy positiva a la hora de facilitar su desarrollo motor.
En este sentido, algunos estudios han señalado ya que hacer que un bebé duerma boca abajo tiende a aumentar por cinco el riesgo de muerte súbita infantil. De ahí que los expertos recomienden acostar al niño boca arriba para dormir, siendo una opción imprescindible para prevenir la muerte infantil inesperada. Así, desde la década de 1990, esta recomendación ha ayudado a reducir el riesgo en un 76 por ciento.
¿Cuáles pueden ser los riesgos si hacemos que el bebé duerma boca abajo?
De acuerdo a los especialistas, dormir boca abajo es considerado como uno de los principales contribuyentes a la muerte infantil inesperada (UID, por sus siglas en inglés). Esto se debe a que el recién nacido y el bebé pequeño aún no tienen el tono muscular necesario, lo que significa que, por sí solo, no puede girar y levantar la cabeza, de forma que corre el riesgo de asfixiarse con la nariz en el colchón.
No solo eso. Esta posición también tiende a favorecer el riesgo de hipertermia, dado que aún puede tener problemas para regular adecuadamente su temperatura corporal, algo que puede ser también bastante peligroso si tiene fiebre.
Como muestran una amplia variedad de investigaciones, hacer que los bebés duerman boca abajo favorece la muerte súbita. Esto significa que, en su primer año de vida, el recién nacido puede morir de forma repentina cuando, en realidad, no se le ha detectado ningún problema de salud.
¿Qué hacer si el bebé no quiere dormir boca arriba?
Es normal que, cumplida cierta edad, el bebé podría negarse a dormir boca arriba. Por suerte, esto suele ocurrir entre los 4 a 6 meses de edad, cuando el niño ya es capaz de darse la vuelta por sí solo. Cuando esto ocurre, esto demuestra que ya ha adquirido suficiente tono muscular y movilidad como para ponerse boca abajo sin peligro, de forma que el riesgo de ahogarse es menor, al poder levantar la cabeza si tiene dificultad para respirar.
En resumidas cuentas, desde el momento en que un niño sabe darse la vuelta por sí solo, no podemos impedir que lo haga. Es más, los expertos recomiendan dejar que lo haga, ya que, en caso de que no pueda respirar o vomité, sabrá darse la vuelta por sí solo.

No obstante, las almohadas y los cojines altiplanos para la cabeza sí son más peligrosos en esos momentos, ya que impiden que la cabeza del bebé pueda moverse libremente. Básicamente, lo único que deberíamos hacer es evitar almohadas, reposacabezas y juguetes voluminosos en la cama, para permitirle que pueda darse la vuelta por sí solo.
¿La posición de lado es adecuada?
A diferencia de lo que puede pensarse, en realidad no se recomienda acostar al bebé de lado, puesto que, al tratarse de una posición originalmente inestable, también podría darse la vuelta y quedarse boca abajo.
La importancia de jugar con el bebé boca abajo
La posición supina hace que el bebé pueda estar poco estimulado, ya que siempre se encuentra en esa misma posición. Es por este motivo por lo que se recomienda que, desde el primer mes de vida, se coloque al bebé boca abajo entre 10 a 15 minutos, de dos a tres veces al día, durante el día y siempre en presencia de los padres.
¿Por qué? Muy sencillo: ayudará a estimular el tono del estómago, prevendrá la plagiocefalia posicional (deformación localizada del cráneo que desaparece a medida que el niño crece), y le ayudará a reforzar los músculos del cuello y de la espalda.