Cómo evitar que tu hijo muerda a otros niños

¿Tu hijo muerde y no sabes qué hacer para evitarlo o para ayudarle a dejar de hacerlo? Te damos algunos consejos clave.
Cómo evitar que tu hijo muerda a otros niños

No es raro que algunos niños, sobre todo en la etapa entre los 0 y 3 años, muerdan a otros niños o adultos. Esto se debe a que, a falta de lenguaje oral con el que comunicarse y expresar todo lo que quieren, recurren a otras formas de comunicación y de relacionarse, que a veces pueden implicar empujar, gritar, arañar o incluso morder.

Ante este comportamiento hay varias actitudes o estrategias que podemos adoptar para evitarlo.

Buscar la causa: ¿por qué muerde mi hijo?

Como decíamos antes, cuando un niño no puede expresar con palabras una emoción que le desborda o que no sabe gestionar, como el enfado, la rabia o la frustración, puede recurrir a morder. Es importante entender que no lo hace por maldad, se trata de un sentimiento o emoción mal gestionada que no se ha sabido expresar de otra manera. Sin embargo, eso no significa que debamos ignorar esa práctica, hay que actuar y ayudarles a entender que no debe morder.

A veces esta conducta también puede aparecer tras un suceso o acontecimiento desestabilizante, como la llegada de un hermanito, la muerte de un familiar, un cambio drástico en las rutinas del hogar, etc. Es importante observar y analizar en qué situaciones muerde el niño y qué desencadenantes lo provocan para tratar de prevenirlo y comprender por qué sucede.

No confundir y dejar un mensaje claro

A veces los adultos jugamos a dar mordisquitos con los niños y juegos de ese tipo y puede que al niño no le quede muy claro cuándo es un juego, cuándo está bien hacerlo y con quién y cuándo y con quién no, por eso es importante intentar no crearles confusión. Además, si lo hacen una vez y nos reímos o nos parece gracioso, seguramente no van a entender que lo que están haciendo no está bien si ha resultado cómico.

Poner el límite de forma rotunda

Cuando el niño muerde hay que decirle un rotundo y claro NO, sin gritos ni malos modos, pero marcando un límite claro.

Ayudarles a expresarse

Es buena idea intentar darle al niño herramientas o recursos para expresar sus emociones. Si el niño está enfadado y ha mordido, es bueno hablar con él y hacerle saber que entendemos que se sienta mal o enfadado, pero que no es motivo para comportarse así. Podemos proponerle que cuando se sienta de esa manera nos lo haga saber o nos deje ayudarle de otro modo. Es importante que validemos su emoción y cómo se siente, pero dejando claro que la reacción que ha tenido no la validamos.

Estrategias de autocontrol

Enseñar al niño técnicas de autocontrol es de gran ayuda para mejorar esta conducta. La técnica del globo o la técnica del semáforo son bastante útiles para enseñar al niño a gestionar las emociones.

Cuentos útiles

Buscar recursos que nos ayuden a hacer entender al niño que morder no está bien es una gran idea. Hay cuentos como Los Dientes No Son Para Morder, Emocionario: el diccionario de las emociones (Palabras Aladas), Hoy estoy enfadado. (ed. Beascoa), Soy un dragón. (ed. Edelvives) y Cuando estoy enfadado. (ed. Anaya) que son muy prácticos para enseñar a los niños a no morder.

Recurrir a castigos o gritos no funciona

Gritar y castigar al niño cuando muerde no suele funcionar y no es recomendable, es importante recurrir a las técnicas anteriores, sobre todo a ayudarle a expresarse y a enseñarle a gestionar las emociones. Los gritos solo harán que se ponga más nervioso o que responda por miedo, pero no entenderá bien la causa o el motivo por el que lo que hace está mal.

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