Cuando llega el momento de que un hijo que ha dormido con los padres pase a su propio espacio, es natural preguntarse si compartir dormitorio con un hermano mayor es una buena opción. Según el Dr. Gonzalo Pin Arboledas, pediatra y jefe de la Unidad del Sueño del Hospital Quirón de Valencia, esta es una oportunidad valiosa para fortalecer el vínculo entre los hermanos y brindarles seguridad emocional.
Compartir habitación para sentirse más seguros
"Además de sentirse acompañados durante la noche y, por lo tanto, más seguros, la experiencia de compartir habitación entre hermanos repercute de una manera muy valiosa en su relación futura", explica el Dr. Pin Arboledas. Dormir juntos les permite experimentar la tranquilidad de la compañía, algo que contribuye a una mayor sensación de seguridad.
Fortalecer el vínculo fraternal
Compartir habitación también fomenta la complicidad y el vínculo entre hermanos. El Dr. Pin Arboledas señala que "el hecho de estar juntos en el mismo espacio tantas horas facilita el intercambio de intimidades y conversaciones y les ayudará a establecer un vínculo más fuerte, que conservarán toda la vida". Este contacto diario crea recuerdos compartidos y refuerza la cercanía entre ellos.
Una de las mejores opciones para que tus hijos compartan habitación, es la de instalar una cama nido, ya que son versátiles e ideales para espacios reducidos. Aquí puedes consultar todas sus ventajas.
A futuro, cada uno tendrá su espacio
El Dr. Pin Arboledas anticipa que "cuando pasen los años, seguro que alguno de los dos niños reclama su propia habitación, su espacio". Esta es una etapa natural en el desarrollo, donde la necesidad de independencia comienza a surgir. Sin embargo, hasta que llegue ese momento, el doctor enfatiza: "Es mucho más saludable tener menos metros cuadrados, pero una relación de hermanos más estrecha, no les privéis de esa oportunidad".
Compartir cuarto en la infancia puede ser una experiencia enriquecedora y beneficiosa para ambos hermanos, aportando no solo compañía y seguridad en el presente, sino también un vínculo sólido que se mantendrá en el tiempo.