La felicidad como medicina preventiva: lo que dice la neurociencia

¿Sabías que la felicidad previene las enfermedades y salvaguarda la salud mental? Descubre por qué las personas felices están más sanas.
La felicidad como medicina
Recreación fantasiosa de dos personas en bicicleta. Fuente: Midjourney/Erica Couto - Mantenernos felices mejora nuestra salud cotidiana

Mantener los niveles de felicidad al 100% de energía tiene más importancia de la que crees. En la búsqueda del bienestar integral, la felicidad emerge como un estado emocional deseable por la estabilidad y seguridad que nos proporciona, pero también como un factor clave en la prevención de enfermedades y la promoción de la salud mental. Y es que las personas felices corren menos riesgos de padecer ciertos disturbos físicos y psíquicos. Exploramos la estrecha relación entre la felicidad y la neurociencia, un amor que demuestrta cómo el cultivo de la felicidad puede funcionar como una forma eficaz de medicina preventiva.

La calidad mental como base de la felicidad

La Real Academia Española define "calidad" como valor, excelencia, adecuación, carácter, genio e índole. En este contexto, la calidad mental se refiere al conjunto de fortalezas y cualidades que permiten a nuestra mente aportarnos el valor necesario para construir una vida plena. Paradójicamente, mientras se invierten ingentes recursos en mejorar la calidad de los procesos laborales, el desarrollo de prácticas de calidad mental en los empleados es prácticamente inexistente.

Vivimos en una sociedad donde la angustia, la ansiedad, la depresión y el estrés son compañeros habituales. La línea entre la salud mental y el trastorno mental es, a menudo, sutil y difícil de delimitar, lo que dificulta el diagnóstico objetivo. Sin embargo, se observa un alarmante aumento en el número de personas diagnosticadas y tratadas por anomalías psiquiátricas, especialmente entre los jóvenes.

Según el Dr. Allen Frances, director del grupo de trabajo que creó el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico) inicial y sus actualizaciones hasta el número IV, la mayoría de las personas son mentalmente sanas, aunque sus respuestas ante los desafíos de la vida puedan encajar de forma transitoria en algunos diagnósticos del DSM. Ante las dificultades de la vida, la clave reside en poseer las habilidades mentales necesarias para afrontar cada circunstancia de la mejor manera posible.

Cerebro en un laberinto
La felicidad como medicina preventiva. Fuente: Pixabay

El trastorno por déficit de afrontamiento vital (TDAV)

La falta de recursos mentales adecuados para afrontar los retos de la vida puede desembocar en el Trastorno por Déficit de Afrontamiento Vital (TDAV), la causa más común de consulta médica en los países desarrollados. Las personas buscan alivio a su malestar con la esperanza de que una pastilla cure su realidad. Sin embargo, el problema no son las dificultades en sí mismas, sino la respuesta mental que generamos ante ellas.

Hemos creado una sociedad del bienestar que mide el peso de un rayo de luz, pero no el del dolor emocional. Por eso, es crucial reconocer que la felicidad no es un estado constante, sino una habilidad que se puede cultivar.

De supervivientes a súper-vivientes: el gran salto

Federico Caja, un guía turístico mexicano, ilustró la importancia de la belleza en la vida humana. Según él, "con la belleza los humanos dimos el gran salto. Dejamos de ser supervivientes a súper-vivientes". Este cambio implica que está en nuestra mano (y en nuestro cerebro) regular el funcionamiento de nuestra mente para afrontar la presión del mundo actual.

Es fundamental instruir e impulsar el desarrollo de mecanismos cerebrales y mentales que nos permitan afrontar los momentos difíciles. Cuidar, mimar y entrenar el cerebro y la mente constituye una tarea pendiente que debemos abordar si queremos generar individuos más felices.

La calidad mental se define como la capacidad de optimizar la funcionalidad de nuestra mente y armonizar el mundo interno con el externo. Estimular la calidad de la mente es la mejor inversión en salud, talento, creatividad y satisfacción.

Neurociencia de la felicidad

Nuestros actos diarios son el resultado de miles de pensamientos y emociones que construyen nuestra vida. Aprender a generar pensamientos más saludables y adaptativos, y a modular las emociones, optimiza los resultados en todas las áreas de nuestra vida.

El cerebro cuenta con una zona específica para metabolizar las emociones agradables: la corteza prefrontal del hemisferio izquierdo. Esta área ejerce un feedback negativo sobre la amígdala, la zona cerebral donde se metaboliza el miedo. A más felicidad, menos miedo, y viceversa. Entrenar la calidad mental implica repetir acciones simples que refuercen las conexiones neuronales en la corteza prefrontal izquierda y otras áreas implicadas en la felicidad.

¿Cómo se consigue esto? La clave se encuentra en llenar el día a día de acciones conscientes que se conviertan en hábitos. Debemos aprender a identificar, activar, reforzar y regular los pensamientos y las emociones que fortalecen nuestra mente para dejar de ser supervivientes y convertirnos en súper-vivientes.

Mujer haciendo yoga
La felicidad como medicina preventiva. Fuente: Pixabay

Estrategias para cultivar la felicidad como medicina preventiva

Atención plena (Mindfulness)

Practicar la atención plena reduce el estrés y aumenta la conciencia del presente, lo que favorece la regulación emocional.

Ejercicio físico

La actividad física libera endorfinas, neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo y reducen la ansiedad.

Conexiones sociales

Mantener relaciones sociales saludables proporciona apoyo emocional y reduce el sentimiento de soledad.

Gratitud

Expresar la propia gratitud por las cosas buenas de la vida aumenta la felicidad y reduce la negatividad.

Actos de bondad

Los gestos de bondad hacia los demás generan emociones positivas y fortalece las relaciones sociales.

Mujer saltando al agua
La felicidad como medicina preventiva. Fuente: Pixabay

Establecer metas significativas

Tener metas claras y significativas proporciona un sentido de propósito y dirección en la vida.

Desarrollar la resiliencia

Aprender a afrontar los desafíos y recuperarse de la adversidad fortalece la salud mental y emocional.

    Ser felices es cuestión de práctica

    La felicidad no es un lujo, sino una necesidad para la salud mental y física. La neurociencia revela que cultivar la felicidad a través de prácticas de calidad mental consigue fortalecer el cerebro, reducir el estrés y prevenir enfermedades. Al adoptar un enfoque proactivo hacia la felicidad, podemos transformar nuestra vida de supervivientes a súper-vivientes y, con ello, disfrutar de una existencia más plena y saludable.

    Referencias

    • Fuentes, Paloma. 2021. La medicina de la felicidad. Las veinte vitaminas mentales para pasar de superviviente a súperviviente. Madrid: Pinolia.

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