Los dos aspectos de nuestra vida que nos hacen más felices a cualquier edad según Elsa Punset

Hay muchas pequeñas cosas que influyen en la felicidad de niños y mayores pero para Elsa Punset, son sobre todo dos los grandes indicadores de felicidad que conviene tener en cuenta a cualquier edad.
Niños leyendo en la naturaleza

Las relaciones sociales y la conexión con la naturaleza son, para Elsa Punset, los dos grandes indicadores de felicidad que conviene fomentar desde la infancia.

Distintas culturas como la japonesa o la de los países del norte de Europa valoran mucho esa conexión con la naturaleza para desarrollar la felicidad de sus habitantes, desde la niñez a la tercera edad.

Para Elsa Punset está conexión es muy evidente y las personas que “vivimos en grandes ciudades, alejadas del mundo natural hemos perdido esa conexión” lo que sin duda “está dañando nuestra salud mental y debemos reconectarnos con el mundo natural para regenerarnos”, según explica esta conocida filósofa.

Salir a la naturaleza

Al vivir en la ciudad la población en general tiene una mala salud mental que se relaciona, según explica Elsa Punset, de forma directa con “la ansiedad y la sobreexcitación de todo nuestro sistema nervioso, con los ruidos, las distracciones constantes,...” algo que no ocurre en los entornos rurales que mantienen una mayor conexión con la naturaleza.

El contacto con los entornos naturales durante la infancia, el desarrollo de las llamadas “escuelas bosque”, son acciones que se han demostrado muy eficaces a la hora de cuidar la salud mental de los niños y las niñas y de ayudarles a sentirse mejor, más felices. La necesidad de “reconectarnos con el mundo natural”, para Elsa Punset, es una realidad a la que no deberíamos ignorar por más tiempo.

“Vivimos los 25 años más privilegiados de la historia de la humanidad, pero por culpa de la velocidad a la que vivimos estamos teniendo una serie de problemas de salud mental” que nos deberían hacer replantearnos por un lado la velocidad a la que estamos enseñando a vivir a nuestros propios hijos y por otro, la falta de contacto con los entornos naturales. Para Elsa Punset, estamos en el momento en el que “tenemos que tomar decisiones y reconocer que hay que reconsiderar esta forma de vida tan artificial” en la que además, estamos criando a nuestros hijos.

Hacer amigos

El otro indicador básico a la hora de sentirnos felices, niños y adultos, es el que habla de las relaciones sociales que tenemos y mantenemos, la calidad de esas amistades.

Según explica Elsa Punset, hay una serie de datos que lo demuestran que provienen de un estudio llevado a cabo en la Universidad de Harvard, “es el estudio más largo que tenemos sobre felicidad” y en él se pone el énfasis en “que es muy importante la calidad de las relaciones que nos rodean”.

Esa química positiva que se genera en nuestro cerebro cuando sonreímos la podemos producir con mayor intensidad manteniendo relaciones sociales de amistad desde que somos niños.

Punset menciona a uno de los psicólogos que más han estudiado este aspecto de la salud mental, John Goodman quien lleva años estudiando cuál es el secreto, si es que lo hay, de las buenas relaciones y según ella misma explica, para Goodman “las buenas relaciones son tan importantes para nuestra salud cognitiva, mental y física”.

Las personas consiguen tejer esas buenas relaciones sociales intercambiando más emociones positivas que negativas, algo que también se puede desarrollar en la familia y no solo con los amigos.

“La atención plena es una forma de amor y de cuidado al otro y eso es lo que teje una buena relación: tiempo, cariño, mirar al otro, estar ahí y tenemos que encontrar ese tiempo como sea”, explica Elsa Punset.

Las relaciones afectivas y el contacto con la naturaleza nos hacen felices a grandes y pequeños. 

TAMBIÉN LEE:

Recomendamos en