La infancia debería ser un territorio seguro, protegido por palabras que construyen, sostienen y acompañan. Pero para millones de niños y niñas en todo el mundo, la realidad es distinta: los insultos, gritos, amenazas o humillaciones verbales por parte de adultos se convierten en un telón de fondo cotidiano. Lejos de ser inofensivas, estas formas de violencia emocional tienen un impacto profundo y duradero en el desarrollo cerebral y en la salud mental a lo largo de toda la vida.
La evidencia científica es cada vez más clara: el abuso verbal puede alterar estructuras cerebrales críticas, modificar la forma en que los niños interpretan el mundo y aumentar el riesgo de desarrollar depresión, ansiedad, adicciones y problemas de relaciones sociales en la adultez. En muchos casos, estas heridas invisibles se arrastran durante décadas.
Con el objetivo de visibilizar este problema y pedir acción política, la organización benéfica Words Matter organizó el pasado 28 de abril una sesión en la Cámara de los Comunes del Reino Unido, con la participación de expertos en neurociencia, salud pública y salud mental infantil. Allí se presentaron datos alarmantes y propuestas urgentes para prevenir lo que ya se considera la forma de maltrato infantil más frecuente.
"Nuestros estudios de imágenes muestran claramente cómo el daño emocional, incluido el abuso verbal, remodela el desarrollo cerebral, alterando la forma en que los jóvenes piensan de sí mismos y responden a los desafíos de la vida", dijo el profesor Eamon McCrory, CEO de Anna Freud y profesor de Neurociencia del Desarrollo y Psicopatología de la UCL.

Un daño prevenible, pero extendido
Según las investigaciones presentadas durante el encuentro, el 41% de los niños en el Reino Unido experimenta abuso verbal por parte de adultos, ya sea de forma ocasional o frecuente.
Padres, docentes, cuidadores y entrenadores son, muchas veces, quienes reproducen este patrón sin plena conciencia de sus consecuencias. Las palabras que insultan, ridiculizan o desvalorizan no se olvidan: se integran en la construcción del yo infantil como un espejo distorsionado que marca para siempre.
Los expertos subrayaron que esta forma de violencia emocional no conoce barreras sociales ni geográficas. Se presenta en todos los entornos, y su normalización dificulta que sea identificada como un problema grave. A diferencia del abuso físico o sexual, el abuso verbal rara vez deja huellas visibles, pero sus efectos en la arquitectura del cerebro son reales y mensurables.
Estudios de neuroimagen han mostrado que la exposición reiterada a palabras hostiles durante la infancia puede hiperactivar los circuitos cerebrales relacionados con la amenaza, haciendo que el niño interprete situaciones neutras como peligrosas. Al mismo tiempo, debilita los sistemas de recompensa, reduciendo la capacidad de experimentar placer o confianza en los vínculos sociales.
Un factor de riesgo para la salud mental
Un estudio publicado en BMJ Open en 2023, que analizó los datos de más de 20.000 adultos del Reino Unido, confirmó que incluso una sola experiencia adversa en la infancia puede tener consecuencias serias en la vida adulta.
En el caso específico del abuso verbal, los investigadores encontraron asociaciones significativas con siete de diez problemas de salud mental y social analizados.
Las personas que sufrieron abuso verbal en su infancia tenían más probabilidades de haber experimentado problemas como bajo bienestar mental, dificultades para establecer relaciones, consumo de cannabis, antecedentes de encarcelamiento o comportamientos violentos. Y lo más relevante: estos efectos se observaban incluso cuando no había otras formas de abuso presentes.
El hallazgo derriba el mito de que se necesitan múltiples traumas para afectar la salud mental a largo plazo. Una sola experiencia de abuso verbal recurrente, sin golpes ni abusos sexuales, puede bastar para dejar huellas duraderas. Esto refuerza la necesidad de prevenir, detectar e intervenir de manera temprana.

Palabras que forman o destruyen
Durante la conferencia de Words Matter, la profesora Andrea Danese, experta en psiquiatría infantil del King's College de Londres, recordó que el clásico refrán "los palos y las piedras pueden romper mis huesos, pero las palabras no me harán daño" es falso. La evidencia demuestra que las palabras pueden dejar cicatrices igual de profundas que las agresiones físicas o sexuales.
Desde la perspectiva del desarrollo infantil, los mensajes verbales repetidos forman parte del aprendizaje emocional y del sentido de identidad. Un niño que crece oyendo que es torpe, que no vale nada o que es una carga, internaliza esas creencias como verdades. Más adelante, estas ideas se manifiestan como ansiedad, baja autoestima, agresividad o dependencia afectiva.
"Debemos sacar el abuso verbal de las sombras y darle la misma atención que otras formas de maltrato. Es una de las causas más prevenibles de los problemas de salud mental. Las palabras duras pueden debilitar activamente los cimientos del cerebro durante el desarrollo", dijo el profesor Peter Fonagy, jefe de la División de Psicología y Ciencias del Lenguaje de la UCL durarte la conferencia.
Los expertos coincidieron en que las palabras también pueden ser herramientas de sanación. El lenguaje positivo, la validación emocional y la escucha activa ayudan a construir resiliencia, seguridad y capacidad de afrontamiento. Promover entornos donde los niños se sientan escuchados, respetados y valorados es una inversión en salud mental.
Políticas para proteger la infancia
Uno de los llamados principales del encuentro fue integrar la prevención del abuso verbal en las estrategias nacionales de salud mental. Jessica Bondy, fundadora de Words Matter, insistió en que la formación sobre comunicación positiva debería ser parte de los programas para padres, docentes y cuidadores. También propuso incorporar indicadores de abuso verbal en los sistemas de vigilancia del bienestar infantil.
"La neurociencia muestra claramente que el abuso verbal daña profundamente el cerebro en desarrollo de los niños. Si el Gobierno realmente quiere la generación más sana de la historia, abordar el abuso verbal debe convertirse en una parte fundamental de la estrategia nacional de salud mental, reconocida con urgencia, monitoreada sistemáticamente y prevenida de forma proactiva", dijo Bondy.
En paralelo, se aboga por campañas de sensibilización que visibilicen el impacto de las palabras. Al igual que sucedió con el bullying o el abuso sexual infantil, romper el silencio es un paso fundamental. Si la sociedad reconoce el daño, puede también empezar a repararlo.
Desde el campo de la neurociencia, también se impulsa la investigación de terapias y apoyos específicos para niños expuestos a abuso verbal, con el fin de mitigar las alteraciones neurológicas y mejorar su pronóstico emocional.

Un cambio posible
"Proporcionar apoyo específico, consejos prácticos y pautas claras integradas en la capacitación y los recursos para padres, cuidadores, maestros, entrenadores y todos los adultos alrededor de los niños garantizará un cambio duradero. Pequeños cambios en el lenguaje hoy en día pueden transformar la vida y el futuro de los niños", dijo Bondy.
El abuso verbal no es un destino inevitable ni un componente aceptable de la crianza. Es una forma de violencia prevenible que requiere conciencia, educación y acción. Las cifras son claras, las consecuencias también. Ahora el reto es traducir la evidencia en prácticas cotidianas y políticas efectivas.
Karen Hughes, profesora de salud pública y asesora experta de la Organización Mundial de la Salud, dijo: "Prevenirlo es tan vital como combatir el abuso físico. Crear entornos seguros y enriquecedores significa garantizar que los padres, los legisladores y todos los adultos entiendan los daños del abuso verbal, y estén equipados con las habilidades y el apoyo necesarios para criar a los niños de manera positiva".
Tal como se destacaron los expertos en la conferencia, construir una generación más sana empieza por reconocer el poder de nuestras palabras. Hablar con respeto, corregir sin dañar y enseñar con empatía no es debilidad: es la base de una sociedad emocionalmente fuerte.
Referencias
- Words Matter. Experts call for urgent action on childhood verbal abuse at House of Commons. Words Matter. Published April 28, 2025. Accessed May 17, 2025. https://wordsmatter.org/experts-call-for-urgent-action-on-childhood-verbal-abuse-at-house-of-commons/
- Bellis et al, Comparing relationships between single types of adverse childhood experiences and health-related outcomes: a combined primary data study of eight cross-sectional surveys in England and Wales, BMJ Open. (2023). doi: 10.1136/bmjopen-2023-072916