Atención en niños y TikTok: lo que padres y madres necesitan saber antes de permitir más pantallas

Estudio reciente vincula el uso de vídeos cortos con mayores problemas de atención en niños. Descubre por qué este contenido podría afectar el desarrollo cognitivo y cómo actuar desde casa.
El uso de plataformas como TikTok plantea retos para la atención infantil y el papel de madres y padres. Fuente: ChatGPT / E. F.

En un restaurante lleno de familias, una madre le pide a su hijo que deje el móvil por un momento y coma (¿por qué no lo sueltas tú también?). El niño, absorto en una sucesión infinita de vídeos, no responde. Ella repite la petición, esta vez con un tono más firme. Nada. Al tercer intento, él apenas levanta la vista, arrastra el tenedor por el plato y vuelve a la pantalla. ¿Te resulta familiar? En muchos hogares, este tipo de escenas se repite a diario, y el protagonista casi siempre es el mismo: el móvil y sus vídeos breves, adictivos, de ritmo acelerado.

En este contexto, un estudio reciente publicado en Brain and Behavior y liderado por el psiquiatra infantil Krittisak Anuroj ofrece nuevas pistas sobre el posible impacto de este tipo de contenido en la capacidad de atención infantil. La investigación se llevó a cabo con niños tailandeses de entre 6 y 12 años y apunta a una asociación significativa entre el consumo de vídeos cortos y el aumento de comportamientos inatentos, incluso tras controlar otros factores como el tiempo total de pantalla o la calidad del sueño.

Lo que nos preocupa del formato corto

Los vídeos cortos no son nuevos, pero con plataformas como TikTok, YouTube Shorts o Instagram Reels, su consumo se ha disparado. Se trata de clips de segundos o pocos minutos, altamente estimulantes, con un ritmo visual acelerado, transiciones rápidas y contenidos diseñados para captar y retener la atención en milisegundos. Según el estudio, este tipo de vídeos puede "introducir una sobrecarga cognitiva, agotamiento de la función ejecutiva y disfunción del sistema de regulación emocional".

La clave no está solo en la duración, sino en la manera en que se accede al contenido. Al estar diseñado para que el usuario pase al siguiente vídeo con un simple gesto, se refuerza un comportamiento de gratificación inmediata. Esto afecta especialmente a cerebros en desarrollo, que aún están aprendiendo a autorregular la atención, el impulso y la emoción.

Fuente: ChatGPT / E. F.

¿Por qué es importante la atención en edad escolar?

Entre los 6 y 12 años, los niños atraviesan una etapa crítica en su desarrollo cognitivo. Es en este periodo cuando la atención sostenida, la planificación y la autorregulación comienzan a consolidarse. La investigación recuerda que esta etapa se corresponde con la fase "industria frente a inferioridad" descrita por Erikson, en la que el dominio de tareas escolares y sociales alimenta la autoestima y el autoconcepto del niño.

En palabras del estudio, "la capacidad atencional es una de las principales funciones cognitivas que sustentan dicho dominio". A esto se suma que el cerebro infantil, en particular la corteza prefrontal —clave en funciones ejecutivas—, sigue siendo altamente plástico, lo que significa que puede verse alterado o moldeado por factores ambientales, incluidos los tecnológicos.

Actividad cerebral infantil en un entorno de estimulación constante, donde el consumo frecuente de contenidos digitales rápidos puede influir en el desarrollo de la atención. Fuente: ChatGPT / E. F.

Qué halló el estudio: más vídeos cortos, más síntomas inatentos

El trabajo incluyó a más de 500 niños y niñas tailandeses, cuyos cuidadores completaron cuestionarios sobre síntomas observables de inatención (como olvidos, distracciones frecuentes, dificultad para mantener la atención o cometer errores por descuido) y el uso de pantallas. El promedio de tiempo diario frente a pantallas fue de 3,6 horas, de las cuales 1,9 horas se dedicaban a vídeos cortos.

El hallazgo principal fue que el uso de vídeos cortos estaba vinculado a una mayor presencia de síntomas inatentos, incluso después de tener en cuenta el tiempo total de pantalla y otros factores como antecedentes perinatales, calidad del sueño o estado anímico de los padres. Además, la relación fue más fuerte en los niños más pequeños, lo que sugiere una especial vulnerabilidad en edades tempranas.

Tal como afirman los autores, “nuestros hallazgos proporcionan evidencia preliminar de que el uso de vídeos cortos puede ejercer una influencia específica, dependiente del tipo de medio, sobre la atención infantil”.

El promedio de tiempo diario frente a pantallas fue de 3,6 horas, de las cuales 1,9 horas se dedicaban a vídeos cortos. Fuente: ChatGPT / E. F.

¿Y qué pasa con otros síntomas como la hiperactividad o la oposición?

Uno de los aspectos más interesantes del estudio es que, a diferencia de la inatención, no se encontró una asociación significativa entre el uso de vídeos cortos y conductas hiperactivas o desafiantes. Sí se observó que el tiempo total frente a pantallas (independientemente del tipo de contenido) se relacionaba con este tipo de comportamientos.

Esto sugiere que los vídeos cortos tienen un efecto más específico sobre la atención, no generalizable a otros trastornos del comportamiento. La hipótesis de los autores es que la sobreestimulación visual y sonora constante podría afectar más directamente a los mecanismos de atención y autorregulación cognitiva que a los relacionados con el control motor o el comportamiento social.

Mecanismos posibles: ¿causa o consecuencia?

Los investigadores reconocen que la relación puede ser bidireccional. Es decir, los niños con dificultades de atención podrían sentirse más atraídos por los vídeos cortos, por su formato breve y altamente estimulante. Al mismo tiempo, el consumo regular de este tipo de contenido podría deteriorar aún más su capacidad de atención.

En palabras del estudio, “los niños con dificultades de atención pueden sentirse atraídos por las características de los vídeos cortos debido a su bajo nivel de activación basal, lo que aumenta su necesidad de estímulos intensos, repetitivos e inmediatamente accesibles”.

De igual forma, el estudio plantea que este consumo desplaza otras actividades fundamentales para el desarrollo atencional, como el juego al aire libre, las interacciones cara a cara o la lectura. No se trata, por tanto, solo de lo que hacen frente a una pantalla, sino de lo que dejan de hacer por estar frente a ella.

¿Qué pueden hacer las familias ahora?

A pesar de los hallazgos, los autores son prudentes: no se trata de demonizar los vídeos cortos ni de prohibirlos sin más. Como señalan, “nuestros hallazgos son preliminares y no deben utilizarse para justificar una caza de brujas contra las plataformas de vídeo corto ni para imponer prohibiciones generales en el hogar”.

Sí recomiendan a las familias seguir las guías actuales de uso de pantallas para la infancia, que incluyen limitar el tiempo de exposición, evitar pantallas antes de dormir y priorizar contenidos de calidad. Además, invitan a mantener una comunicación abierta con los hijos sobre lo que ven y cómo se sienten al respecto.

En casos en los que el niño ya presenta un diagnóstico de TDAH y no mejora con tratamientos convencionales, una reducción específica del consumo de vídeos cortos podría formar parte del abordaje clínico, siempre adaptado a cada caso y supervisado por profesionales.

Lo que aún falta investigar

El estudio tiene varias limitaciones. Al basarse en cuestionarios respondidos por adultos, puede haber sesgos de percepción. Además, al ser un estudio transversal, no permite establecer relaciones de causa-efecto. Aun así, sus resultados son relevantes para abrir nuevas líneas de investigación sobre cómo el tipo de contenido, y no solo la cantidad de pantalla, puede estar incidiendo en el desarrollo cognitivo.

Los autores proponen profundizar en el futuro con estudios longitudinales y análisis más específicos sobre otros tipos de medios emergentes, como los contenidos generados por inteligencia artificial. En palabras del estudio, "el reconocimiento temprano de riesgos potenciales derivados de nuevas tendencias facilitará la formulación de políticas basadas en evidencia".

Referencias

  • Romteera Chiencharoenthanakij, Kachawan Yothamart, Naphat Chantathamma, Worachot Sukhumdecha, Saranyu Charoensri, Bhupa Thanyakulsajja, Krittisak Anuroj. Short-Form Video Media Use Is Associated With Greater Inattentive Symptoms in Thai School-Age Children: Insights From a Cross-Sectional Survey. Brain and Behavior, 2025. https://doi.org/10.1002/brb3.70656.

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