¿A partir de qué edad pueden viajar solos los niños?
Para viajar solos necesitan estar preparados. Ellos deben sentirse seguros de salir airosos, y nosotros también.
¿Cómo saber si un niño está preparado para asumir la responsabilidad de viajar solo? No solo depende de la edad (aunque, en general, su madurez es menor a los siete que a los diez), influyen también otros factores: ¿la iniciativa ha partido de él?, ¿ha pasado ya por experiencias similares?, ¿sabría reaccionar ante un imprevisto? La experiencia es intransferible (mal que nos pese a veces a los padres) y la mejor forma de que nuestro hijo se sienta capaz de superar el reto es brindarle vivencias similares en pequeñas dosis y de forma progresiva. Veamos cómo.
De excursión
Si en el grupo va un capitán de 15 años (un adolescente responsable) que solucione los imprevistos de la caminata o del recorrido en bicicleta un recorrido en bicicleta (rozaduras en los pies, un pinchazo...), no hay por qué impedirles la aventura. Las distancias deben ser cortas (sobre todo si no están habituados) y por zonas sin tráfico. Agua en abundancia y una buena merienda (para reponer fuerzas) son básicos. Si el gran jefe lleva teléfono móvil, estaremos más tranquilos.
En autobús
El siguiente paso (hacia los ocho o nueve años), siempre y cuando sigamos un plan previo. Primero, que conozca al dedillo el trayecto y su parada. Segundo, que nos anticipemos a los imprevistos y le enseñemos a resolverlos. ¿Cómo ponerlo en práctica? Punto uno: pidiéndole que nos explique, sobre la marcha, en qué se diferencian los tramos del trayecto: edificios, fuentes, placas de las calles...; recorrerlos un día a pie sería aún mejor, haciendo él de guía (describe el recorrido, selecciona la parada...). Punto dos: "¿Qué harías si te equivocas de parada, si un desconocido te pide que le acompañes, si pierdes el billete...?". Si las respuestas no nos convencen, ir solo en bus tendrá que esperar.
En metro
Autobús y metro tienen bastante en común: trayectos no muy largos y repetitivos que el niño puede memorizar. ¿Sabe llegar hasta la línea que necesita y manejarse en un transbordo?, ¿volver hacia atrás si se pasa de estación?, ¿llegar a su destino ya en la calle aunque se equivoque de salida? Que él nos haga de cicerone en unos cuantos viajes, no acercarse al andén hasta que llegue el tren, llevar siempre consigo un plano del metro y dinero de bolsillo por si necesita llamarnos son requisitos imprescindibles.
En tren
Exige un mayor control de la situación: la distancia es mayor que en metro o bus (eso influye en su ánimo) y no conoce el lugar de destino (o bastante menos que su barrio o ciudad). Hasta los diez años es probable que él mismo no se sienta seguro para asumir esta experiencia. Otra cosa es que un adulto le espere en la estación. Aun así, conviene hacer un viaje de ensayo en el que nosotros actuemos de meros acompañantes y él nos dé las soluciones a los posibles imprevistos (la persona que iba a esperarle se retrasa, no en
En avión
Los menores de 12 años deben viajar siempre acompañados de una persona mayor de edad, que puede ser un miembro de la tripulación de cabina, previo pago por sus servicios. Pero desde los cinco años pueden viajar solos si firmamos un descargo de responsabilidad y garantizamos que a la llegada del aeropuerto se hará cargo de ellos un adulto, identificado previamente. La mayoría de las compañías cuentan con servicios especiales de atención (juegos, libros, menús...) para hacerles el viaje más ameno. Hasta los 11 o 12 años no es recomendable, en general, que viajen solos al extranjero.