Hace unos días presenciábamos en las redes sociales y medios de información, local y nacional, una situación vergonzosa en medio de un partido de fútbol infantil, lo impactante es que los protagonistas no eran los menores que jugaban sino dos de los padres que presenciaban el partido. Dos padres que, llevados por su extremada competitividad y agresividad, protagonizaron el siguiente enfrentamiento:
Insultos al árbitro, reproches airados a los niños del equipo rival e incluso a los del propio, faltas de respeto a los entrenadores, indicaciones técnicas a jugadores y lo más grave, peleas entre padres. Batallas campales, como alguna vista recientemente en los medios, en las que se llega a requerir la presencia policial. Estas situaciones se repiten desgraciadamente con bastante frecuencia en los campos de futbol base de nuestro país.
El fútbolbase, también llamado fútbol juvenil o formativo es la denominación del fútbol que se practica entre jóvenes antes de llegar a categoría absoluta. En él, es donde los pequeños futbolistas reciben las primeras lecciones técnicas, tácticas y se les va formado sobre dicho deporte en todos los ámbitos.
El fenómeno del “padre hooligan” aparece cuando en el entorno deportivo y familiar del joven futbolista, se dan una serie de circunstancias, que detallamos a continuación:
Por un lado, y la más preocupante, es la que nace en el ámbito familiar, donde a menudo los padres proyectan sobre sus hijos tanto sus expectativas de éxito como sus frustraciones deportivas. Este tipo de conductas no suelen ser conscientes pero son devastadoras para el niño, pues traslada al pequeño jugador un exceso de presión que puede desencadenar desmotivación y consigue alejarlo de su único propósito, que no es otro que divertirse practicando su deporte favorito.
El lugar que los padres de los pequeños futbolistas deben ocupar es el de motivador, acompañante y sobre todo facilitador, una sobreprotección o sobreimplicación solo aumenta la presión al joven jugador.
Por otro lado, nos encontramos con la laxitud y permisividad de los clubes. La concepción de los jugadores y sus padres como clientes les confiere en algunos casos un estatus de total impunidad. El pago de las cuotas, el negocio de las equipaciones y las matriculas de inscripción son la principal, si no la única, fuente de ingresos de los clubes de futbol más modestos. Este blindaje es aún más notable cuando además los papás que no se comportan adecuadamente, tienen un hijo que destaca. En estos casos el club es aún más permisivo.

Desde mi experiencia como entrenador de fútbol base, donde mi objetivo no es otro que guiar a los niños y ayudarles a desarrollar una serie de valores ligados al deporte (respeto, trabajo en equipo, tener objetivos, llevarlos a cabo…), que son además una base fantástica para la vida. Tenemos que lidiar habitualmente con conductas poco edificantes por parte de los propios padres, abuelos, entrenadores rivales, etc. que no ayudan en nada a la correcta formación de los pequeños deportistas.
En algunos clubes, se empiezan a ver carteles con normas de comportamiento y recomendaciones para disfrutar de una forma sana de la jornada deportiva. Esperamos y deseamos que se extiendan y sobre todo que se apliquen de forma masiva.
A continuación compartimos un decálogo para padres que consideramos bastante completo y ayudaría a acabar con esta problemática, que empieza a convertirse en un asunto preocupante.
El niño solo debe rendir en el colegio, en el futbol solo debe divertirse.
- La única pregunta que debes hacer a tu hijo o hija después del partido, es si se ha divertido.
- Trata con respeto a los demás niños, sean del equipo de tu hijo o no. Todos son compañeros.
- Respeta las decisiones del árbitro. Habitualmente son jóvenes que empiezan su carrera y tratan de hacerlo lo mejor posible.
- No des órdenes al niño desde la grada. Ya tiene un entrenador que se ha formado como tal y está capacitado para transmitirle sus conocimientos.
- Anima como el que más, pero siempre de forma positiva. Nunca jalees los errores del rival.
- No fumes ni bebas alcohol mientras presencias el partido de tus hijos. Ayuda a crear un entorno deportivo saludable.
- Fomenta la autonomía de tu hijo. Que se encargue de preparar su bolsa de deporte y vaciarla así como responsabilizarse de su higiene personal es más importante que marcar goles.
- Colabora con el club denunciando conductas o situaciones que puedan constituir un mal ejemplo para los pequeños.
- Ten siempre presente que eres el espejo donde se mira tu hijo.
- Disfruta de ese momento como padre y cede el protagonismo al pequeño futbolista.
En el artículo, hacemos referencia al fútbol base, pero podemos trasladar estas situaciones a otros deportes infantiles que se realicen en grupo.
Jorge García Álvarez es técnico deportivo y experto en coaching empresarial y deportivo. Además dirige una escuela infantil de tecnificación deportiva en fútbol, The Supportes Soccer Academy, ocupación que combina con el entrenamiento en fútbol base desde hace más de 4 años. Es además exjugador y padre de dos jugadores de fútbol base.
Alexandra Gastón de Iriarte es periodista y tiene un master en comunicación integral. Ha desarrollado su actividad profesional en diferentes medios de comunicación (prensa especializada, televisión) y desde hace 10 años trabaja en el área de la comunicación corporativa.