Jugando a ser un detective que resuelve casos, un caballero medieval en un torneo de argumentación, un mago que tiene que descubrir los trucos ocultos en ciertas afirmaciones o un periodista que debe analizar si una noticia es o no confiable… Así pueden desarrollar los niños su pensamiento crítico desde casa con la plataforma online de Smartick Thinking, que acaba de estrenarse ahora en septiembre como un programa completo y que, además, es una herramienta que potencia el pensamiento creativo a través de los chistes y el humor.
Según Héctor Sanz, el creador de Smartick Thinking “el pensamiento crítico no solo es una competencia instrumental para el éxito académico, sino que es una capacidad realmente importante para mejorar la vida en general de los niños y que repercute positivamente en su autoestima”.
Los niños solo tienen que dedicar 15 minutos diarios a esta actividad que ya existía como complemento de Smartick, un método online de aprendizaje de matemáticas y comprensión lectora. “Ahora en septiembre se estrena como programa completo e independiente e incluye novedades como el robot Socratick, que plantea retos y preguntas filosóficas a los peques de la casa”, explica Sanz.

La importancia de estimular el pensamiento crítico desde edades tempranas
Con los nuevos criterios de corrección de la prueba de acceso a la Universidad (antes EBAU, ahora PAU) que dan más importancia al razonamiento, el pensamiento crítico está de plena actualidad. Sin embargo, según Sanz, es importante empezar a desarrollar esta habilidad desde edades tempranas y antes de llegar a la adolescencia: “La cuestión sobre si las habilidades de pensamiento deben comenzar a trabajarse desde edades tempranas no es nueva. De hecho, el programa Filosofía para Niños, que ha sido una inspiración para nosotros, se inicia así. Su fundador, Matthew Lipman, fue un profesor de Filosofía de la Universidad de Columbia que se dio cuenta de que el problema de sus alumnos era que, por decirlo de alguna manera, habían empezado a pensar críticamente demasiado tarde. Por eso, decidió arremangarse y desarrollar un programa formativo que cubriese todas las etapas, desde la educación infantil hasta el acceso a la universidad”.

Respecto a los beneficios que una herramienta como ésta puede aportar a los niños, el creador de Smartick Thinking remite a lo que de ella dijo David Cerdá, filósofo y autor de "Ética para valientes" o "El dilema de Neo": "Cerdá nos advertía que estamos ayudando a los niños a que construyan su conciencia, lo que puede contribuir a salvaguardar su salud mental en un momento en el que existe una creciente preocupaciónn por su seguridad."
Además de utilizar una herramienta como Smartick Thinking, Sanz aconseja otras sencillas actividades que los padres y las madres pueden poner en práctica para potenciar el pensamiento crítico de los niños: “Lo primero – y, además, gratuito- es promover buenas conversaciones en las que se reflexione sobre por qué han hecho o dicho alguna cosa. Otra temática que funciona muy bien es la de los dilemas éticos. Es fundamental que descubran desde pequeños que en la vida no hay buenos y malos, sino que todo es una amalgama de diferentes grises. Justo esto es lo que queremos conseguir con Smartick: facilitar que se inicien esas conversaciones”.

Por último, Sanz remite a estudios que señalan que el pensamiento crítico es el factor que más influye a la hora de tomar decisiones, por encima, incluso, de la inteligencia: “Y tomar buenas decisiones, para los niños, no siempre es fácil, sobre todo, cuando empieza a aparecer la presión de grupo con el clásico “lo hace todo el mundo”. Así que deben desarrollar su propio criterio para poder tener, después, sus propias opiniones. Y eso se consigue enseñándoles a pensar”.