¿Es positivo que los colegios impartan dos cursos de la ESO y se retrase la entrada al instituto? Responde el profesarado, psicólogos y familias

Hace unos días, la Comunidad de Madrid anunció los 52 colegios que impartirán los dos primeros cursos de la ESO a partir del curso escolar 2025-2026. ¿Es positivo? Opinan los expertos.
Una estudiante en clase del instituto
Una estudiante en clase del instituto (RG)

Hace unos días, la Comunidad de Madrid anunció los 52 colegios que impartirán los dos primeros cursos de la ESO a partir del curso escolar 2025-2026. Esta medida ha suscitado un amplio e intenso debate y proceso de reflexión entre los distintos actores de la comunidad educativa madrileña. Un debate que puede hacerse extensivo a otras regiones en el futuro y que gira en torno a una cuestión esencial: ¿es positivo que los estudiantes retrasen dos años el salto al instituto?

Lo primero que hay que tener en cuenta para abordar este debate es que la Comunidad de Madrid no propone qué colegios se convierten en CEIPSO, sino que son los centros educativos quienes, a través de sus respectivos consejos escolares, solicitan al gobierno regional incluir en su oferta los dos primeros años de la ESO, de manera que su alumnado de sexto de primaria pueda seguir en el colegio dos años más.

Por lo tanto, las familias del alumnado de los colegios madrileños que se convertirán en CEIPSO desde el curso escolar 2025-2026, para cuyo proceso de matriculación la Comunidad de Madrid ya tiene fechas clave, están mayoritariamente de acuerdo con la medida. No en vano, participan en los consejos educativos de los que ha salido la decisión de solicitar a la Comunidad la conversión en CEIPSO del centro.

Una alumna en clase del instituto
Una alumna en clase del instituto (RG)

Hace unos días, después del anuncio de la lista de centros, la FAPA Giner de los Ríos, que es la entidad que reúne y representa a las asociaciones de familias de los colegios madrileños, se reunió con el consejero de Educación, Ciencias y Universidades, Emilio Viciana Duro. La Comunidad, por cierto, ya había expuesto en boca de su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, por qué se toma la medida: entre otras cuestiones, para mantener al alumnado en un entorno de seguridad y, también, para favorecer la conciliación familiar y dar tranquilidad a los padres y madres.

De vuelta a las familias, la FAPA Giner de los Ríos reconoció que se han cumplido sus previsiones con respecto a la posición de los colegios y las familias de su alumnado. “Como ya se ha anunciado hace tiempo desde la FAPA, se preveía que alcanzarían al menos el medio centenar, como así ha sido; conclusiones a las que la federación llegó después de un intenso y minucioso trabajo basado en datos reales, porque la FAPA no tiene la necesidad de inventar la realidad, ya que la conoce y representa”.

Según la FAPA, “en la actualidad, superan ampliamente el centenar las peticiones realizadas por los centros desde que se conoció la noticia, una cifra que sin duda seguirá aumentando”. Es decir, el máximo representante de las familias madrileñas con hijos escolarizados deja entrever que la medida de retrasar el salto al instituto dos años gusta.

Eso sí, la FAPA Giner de los Ríos aprovechó la reunión con el consejero de educación para tratar las condiciones de las conversión en CEIPSO de los colegios. “Se ha mediado para ajustar ciertas cuestiones que pudieran causar dificultades a las familias, entre ellas, la desaparición de las adscripciones a los Institutos de Secundaria, acordándose el mantenimiento de éstas a los centros que tienen autorizado su paso a CEIPSO”. Esto significa que las familias que deseen que sus hijos e hijas sí vayan al instituto tengan su derecho asegurado a poder hacerlo.

Niños y niñas en edad de pasar al instituto
Niños y niñas en edad de pasar al instituto (RG)

Los directores de institutos, en contra de la medida

Uno de los primeros colectivos que se ha manifestado tras la decisión de la Comunidad de Madrid es la Asociación de Directores de Institutos de Secundaria en la Comunidad de Madrid (Adimad), que se muestra en contra de la decisión de la Consejería de Educación, a quien ha pedido que reconsidere su postura, algo que parece muy poco probable… por no decir imposible.

Adimad incide en el "riesgo que comportaría" cursar la ESO en dos centros distintos y critica además que la medida pone en duda, cuestiona, el "esfuerzo y trabajo" de los profesionales de los institutos madrileños.

En opinión de esta asociación, los profesionales de los institutos han "aprendido a detectarlos, a prevenirlos y a solucionarlos", en relación a los problemas diversos que afectan a los adolescentes españoles. Sin ir más lejos, el 41% de los adolescentes de 13 a 18 años cree haber tenido un problema de salud mental en el último año.

Además, Adimad defiende que la mayoría de los problemas de convivencia en 1º y 2º "no suelen generarse en los centros educativos, sino más bien por el uso de las redes sociales”, y hace hincapié en que “los IES emplean todos los recursos a su alcance para favorecer la buena convivencia".

Por último, la asociación cree que la medida “atenta contra la continuidad y coherencia de una etapa" educativa, y teme que implique un “riesgo de desaparición que corren los equipos y recursos que ya están funcionando", opina Adimad, que también señala la falta de aulas específicas en los colegios para dar asignaturas de la ESO y bibliotecas adaptadas a esta etapa como otro argumento en contra.

Un adolescente en el instituto
Un adolescente en el instituto (RG)

El psicólogo infantil Alberto Soler, a favor

Una de las voces más populares en materia de crianza que se ha manifestado al respecto del retraso del salto al instituto hasta los 14 años ha sido el psicólogo infantil Alberto Soler.

Soler asegura que “el cambio al instituto no es únicamente un cambio de edificio, sino que tiene muchas y muy importantes implicaciones. Por ejemplo, expone el psicólogo, “nuevos horarios, un profe distinto para cada asignatura, la pérdida del tutor como figura de referencia a nivel emocional y, además, muchos profes de secundaria no disponen de herramientas específicas para tratar con niños tan pequeños”.

Este paso al instituto, en opinión de Alberto Soler, “requiere una madurez que muchas niñas y niños todavía no tienen con 12 años”. Después del verano de finalizar sexto de primaria, argumenta el psicólogo, “muchos se ven obligados a salir de la infancia de golpe y comienzan a convivir, imitar y hasta compararse con adolescentes de hasta 18 años adoptando conductas y hábitos más propios de esas edades que de las suyas”.

Esto, según Alberto Soler, “puede tener consecuencias negativas para su desarrollo social, emocional y académico”.

Los profesores, con dudas en cómo se va a implementar

Por último, tienen mucho que decir sobre esta medida de la Comunidad de Madrid quienes están en primera línea de batalla: los profesores y profesoras.

Hemos consultado de forma anónima a dos de ellas: una profesora de sexto de primaria en un colegio público madrileño y una profesora de instituto que imparte clases en los dos primeros cursos de la ESO. Ambas comparten su opinión, que no es definitiva: tienen dudas sobre si es positiva para el alumnado y, sobre todo, ven muchos contras en cómo va a implantarse la iniciativa en los colegios.

En esto último hace hincapié María, profesora de secundaria: “la realidad es que no es posible. A nivel físico en la mayoría de colegios no metes primero y segundo de la ESO ni con calzador, porque en la mayoría de colegios los espacios están de aquella manera. […] Hay muchos colegios con aulas de infantil en primaria, preparados para línea dos y tienen línea tres en varios cursos —las líneas son el número de clases por nivel—”, dice, llena de “inquietudes”, reconoce, tanto como profesora como en su papel de madre.

Dicho esto, reconoce que desde el punto de vista del alumnado puede ser positivo. “Si pudiera elegir creo que sí que volvería a lo que era en su momento; no cambiar el sistema entero, sino que primero y segundo de ESO se diera en los colegios porque yo creo que salen más beneficiados que perjudicados”. Sustenta esta opinión la profesora de instituto en que “en los dos primeros cursos de la ESO es donde predominan las sanciones, una barbaridad: de convivencia, faltas de disciplina…”.

Para María, “primero y segundo de la ESO son muy intensos y yo creo que un acompañamiento así más de más de mimarlos, como se hace en el cole, creo que les viene bien porque al fin y al cabo son niños de 12 años. Más aún teniendo en cuenta la evolución de cuestiones como las redes sociales, protocolos de acoso, autolesiones, y problemas de este tipo”.

Para la profesora de secundaria y bachillerato, en definitiva, desde el punto de vista del alumnado cree que es positivo estar dos años más en el mismo espacio, el colegio, antes de dar el salto. Sobre todo para aquel alumnado con más dificultades académicas. “Que encima cuando llegan al instituto, si ya tienen, digamos, una conducta regular en primaria, lo que les falta es juntarse con chavales más mayores que les pueden instruir en cuestiones de indisciplina”, dice. Sus dudas radican más en la dificultad para implementar la medida en muchos centros públicos ya saturados en la región.

Un grupo de adolescentes en el instituto
Un grupo de adolescentes en el instituto (RG)

Por su parte, Celia, maestra de primaria —de sexto en el curso escolar en vigor—, comparte sus dudas al respecto de la medida que la Comunidad de Madrid pondrá en marcha el próximo curso: “todavía como no tengo una opinión férrea, ¿sabes?”, reconoce.

En esta fase de autorreflexión, la profesora recoge “la preocupación de casi la totalidad de los padres en las tutorías”. Dice que percibe “muchísima preocupación con el paso al instituto” y que “los padres lo viven con mucha inquietud y yo creo que lo transmiten un poco a los hijos, que yo creo que no tienen tanta inquietud como sus padres”.

Dicho esto, Celia afirma que “en principio no me parece mal que primero y segundo lo hagan en el colegio”. Lo cree así porque “es verdad que es justo una edad en la que hay mucha diferencia de madurez entre los niños, y al esperar 2 años, pues ya han dado el salto todos, o prácticamente todos, pero en sexto de primaria, que son como los 12 años, hay muchísima diferencia entre niños que están ya metidos en la adolescencia y otros que todavía son muy inmaduros, muy niños”, expone. “Es una manera de unificar a todos los chavales”, añade.

Por otro lado, la maestra de primaria tiene dudas porque contempla que la medida sea una sobreprotección del alumnado. “A lo mejor les sobreprotegemos también de más y el paso al instituto es una manera, entre comillas, de espabilar. Y también hay que darles la oportunidad de que crezcan y no sobreprotegerlos, dice.

Sobre la acogida en el instituto a los nuevos alumnos, Celia comparte esta reflexión final: “Es cierto que habría que también reflexionar la manera en la en el que se hace esa cogida desde el instituto, a veces es un cambio muy brusco de la protección total que tienen en el cole a de repente que nadie se preocupe por ellos. Los profes tienen un montón de alumnos, no hay como esa cosa de ver un niño que está mal y le pregunto por ejemplo lo que está pasando en su casa, o le veo más despistado y entonces puedo estar pendiente de que si puede estar pasando algo… A lo mejor se está relacionando con gente y está estableciendo unas relaciones que no son las más apropiadas y entonces eso detectarlo en el instituto creo que es más difícil”.

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