Embarazadas con sobrepeso u obesidad: ¿cómo reducir los riesgos para la salud?

Durante el embarazo, tanto el sobrepeso como la obesidad pueden tener consecuencias negativas no solo para la futura mamá, sino también para el bebé. ¿Qué debes saber al respecto?

Además de influir en nuestra fertilidad, el sobrepeso y la obesidad también pueden complicar el seguimiento de la gestación.

Durante el embarazo, tal y como alertan los expertos, el exceso de peso puede acabar teniendo consecuencias negativas tanto para la embarazada como para su bebé en desarrollo.

Para la futura mamá, por ejemplo, los riesgos incluyen el desarrollo de diabetes gestacional, que es un tipo de diabetes que surge solo durante el embarazo, o preeclampsia, que es una enfermedad que combina la presión arterial alta con la presencia de proteínas en la orina, la cual puede llegar a ser muy peligrosa.

Embarazada comiendo - Shutterstock

Los riesgos para el bebé corresponden principalmente al posible desarrollo de anomalías congénitas, además de parto prematuro o un riesgo mucho más elevado de mortalidad fetal al nacer.

Además, este sobrepeso puede afectar la salud tanto de la mamá como del niño después del parto. Por ejemplo, la madre puede tener un riesgo mucho mayor de desarrollar enfermedades cardiovasculares y / o hipertensión arterial. Y el niño, por otro lado, corre el riesgo de desarrollar obesidad y enfermedades del corazón. Además, ambos comparten el mismo riesgo de desarrollar diabetes.

¿Cómo hacer que el embarazo y el parto transcurran sin problemas?

Muchas patologías y enfermedades tienden a ser más frecuentes durante el embarazo en una mujer con exceso de peso (sobrepeso u obesidad). La diabetes gestacional, por ejemplo, se multiplica de media por 5; el riesgo de hipertensión arterial se multiplica por 8; y la probabilidad de recurrir a una cesárea en el momento del parto se multiplica por 1,8.

Además, como la circulación sanguínea puede ralentizarse por las grasas presentes en el cuerpo, aumenta el riesgo de flebitis o trombosis, que tienden a ser más frecuentes. También se estima que el 20 por ciento de las preeclampsias se encuentran relacionadas con la obesidad.

Ejercicio en el embarazo - Foto: Istock

No obstante, exponer las patologías vinculadas al sobrepeso o la obesidad en embarazada no pretende que aumente la culpabilidad, sino concienciar de los riesgos existentes para comprenderlos mejor y reducirlos.

Aunque sería ideal tratar de mantener un peso más saludable desde antes del comienzo del embarazo (por ejemplo, antes de planear quedarse embarazada, especialmente cuando es planificado), si tu ginecólogo o matrona te anima a cambiar de dieta, no olvides que el objetivo no es pasar hambre durante la gestación, sino mantener la mejor dieta posible para limitar el aumento de peso.

Es necesario tener en cuenta que durante el embarazo no es recomendable hacer dieta, dado que las deficiencias, especialmente de vitamina D y B9, son extremadamente dañinas para el bebé. 

No en vano, mientras que la vitamina D está involucrada en la mineralización de los huesos, la vitamina B9 lo está en la formación del sistema nervioso del feto. Una deficiencia de yodo tendría repercusiones en el cerebro del bebé, y una deficiencia de hierro puede provocar hipotrofia o un parto prematuro.

Embarazada controlando su peso

Por tanto, una dieta en el sentido estricto de la palabra no parece muy adecuada durante la gestación. Es más, no hay que olvidar otro detalle importante: una embarazada debe consumir, de media, unas 1.500 calorías al día. Por lo que, en caso de sobrepeso, es muy aconsejable seguir el embarazo acompañado de un nutricionista, sobre todo si se ha especializado en el seguimiento de mujeres embarazadas.

También es aconsejable mantener la actividad física durante la gestación, como caminar, andar o incluso practicar yoga. Y es que, como sabemos, la práctica regular del ejercicio físico regula el aumento de peso y fortalece las capacidades tanto respiratorias como musculares, mejorando la salud en el embarazo.

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