Bebés prematuros: ¿Cuáles son los problemas más frecuentes?

Se considera que un bebé es prematuro cuando nace antes de las 37 semanas de edad gestacional, lo que puede implicar algunos problemas y riesgos. ¿Cuáles son los más frecuentes?
Bebés prematuros

El embarazo en la especie humana dura 40 semanas. Consideramos a un bebé prematuro si nace antes de las 37 semanas de edad gestacional. Cuanto más prematuro sea un bebé, es decir, cuanto menor sea su edad gestacional, más inmaduro estará su organismo, y puede tener enfermedades que no aparezcan en los niños nacidos a término.

¿Cómo se clasifica a los bebés prematuros?

Bebés prematuros - Foto: Istock

Si atendemos a la edad gestacional, encontramos fundamentalmente:

  • Bebés prematuros tardíos: aquellos nacidos entre la 34 y 37 semana de edad gestacional.
  • Bebés prematuros moderados, nacidos entre las 32-34 semanas.
  • Grandes prematuros, nacidos entre la semana 28 y 31.
  • Bebés prematuros extremos: nacidos con menos de 28 semanas.  

Actualmente, la viabilidad se establece entorno a las 23 semanas de edad gestacional, siendo muy altas las tasas de mortalidad, enfermedades graves y secuelas en recién nacidos tan prematuros.  

Madurez pulmonar. La importancia de las 34 semanas

Para los neonatólogos, la diferencia entre un prematuro que haya alcanzado las 34 semanas y otro que no es muy importante, ya que a esta edad gestacional se produce la madurez pulmonar. Puede ser la diferencia entre que el recién nacido necesite soporte respiratorio o no.

Si el bebé nace con los pulmones inmaduros, seguramente necesite ayuda para respirar adecuadamente. Existe una sustancia, llamada surfactante, que favorece que los pulmones se puedan inflar y llenarse aire, pero los prematuros no tienen la cantidad adecuada, así que muchas veces debemos administrarla a través de un tubo alojado en la tráquea.

También podemos encontrar, debido a la prematuridad, una situación de displasia broncopulmonar. En estos casos, el bebé deberá recibir oxígeno a través de los respiradores, durante varios días. Lo más frecuente, incluso en prematuros tardíos, es encontrarnos con pausas de apnea.

Estas consisten en paradas en la respiración. Debido a la inmadurez cerebral, el bebé se “olvida” de respirar. Muchas veces, solo con estimularle, el pequeño vuelve a respirar, pero en otras ocasiones puede ser necesaria la administración de medicación o ventilación no invasiva. Ésta consiste en administrar un flujo de aire continuo por la nariz a través de unas cánulas especiales.

¿Por qué son necesarias las incubadoras?

La piel del recién nacido es frágil y fina. Pues en el caso de que el bebé sea prematuro, todavía mucho más. Existe una gran pérdida de agua a través de la piel y una incapacidad por parte del pequeño de controlar su temperatura. Por esto son tan importantes las incubadoras, porque van a proporcionar el grado óptimo de humedad y temperatura al prematuro.

La leche materna, también la mejor opción para prematuros

El sistema digestivo del bebé prematuro también está por desarrollar. Su barrera intestinal es frágil, siendo más probable que existan complicaciones, como infecciones. La enfermedad más frecuente es la enterocolitis necrotizante, que puede requerir incluso cirugía.

El intestino del prematuro no soporta bien la sobrecarga de alimento, de proteínas o las leches artificiales. Lo mejor, una vez más, la leche materna, que daremos en cantidades muy pequeñas, casi de mililitro en mililitro. Si no tuviésemos disponible la opción de la lactancia materna, usaríamos leche artificial especial para prematuros.

La importancia del lavado de manos. Infecciones no, gracias

Problemas del bebé prematuro - Foto: Istock

Si has visitado alguna unidad neonatal, habrás observado el grado de limpieza y asepsia que el personal sanitario intenta mantener. Te dirán que te laves las manos e incluso que te pongas una bata desechable si visitas la unidad de cuidados intensivos neonatales.

Esto es porque los prematuros básicamente no tienen defensas. Su sistema inmunológico no está desarrollado y, una infección puede poner en riesgo su vida en pocas horas.

¿Pueden existir problemas neurológicos?

En situaciones de prematuridad o en las que no llega adecuadamente el oxígeno al cerebro, pueden producirse alteraciones en el desarrollo neurológico, que van desde problemas motores (parálisis cerebral), retraso del desarrollo o alteraciones del comportamiento. 

Por eso, es muy importante que los bebés más prematuros hagan un seguimiento estrecho a largo plazo en consulta e iniciar tratamiento de forma precoz si lo necesitan. También se deben revisar la vista y oídos, puesto que los más prematuros pueden tener problemas en la retina o una audición deficiente.

Anemia, un problema frecuente

El hecho de que el bebé haya tenido menos tiempo dentro del útero materno, que los glóbulos rojos del prematuro tienen una vida más corta, y las extracciones de analíticas durante el ingreso, favorecen la aparición de anemia. Es muy frecuente que estos bebés deban tratarse con hierro y a veces incluso con transfusiones para tratar esta situación.

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