Aunque es común consumirlo de la misma manera que se consume un cereal, originalmente el trigo sarraceno, también conocido con el nombre de alforfón, pertenece a un grupo de alimentos comúnmente llamados pseudocereales, lo que significa que en realidad se trata de una semilla, pero la cual no crece en la hierba. Es lo que ocurre, por ejemplo, con otros alimentos igual de populares hoy en día, como sería el caso del amaranto o la quínoa.
Es más, a pesar de su nombre, no está relacionado con el trigo (es decir, no se trata de un cereal perteneciente a la misma familia del trigo), y lo que es aún mejor: no contiene gluten, por lo que, unido a su riqueza nutricional y a su contenido en distintos compuestos bioactivos, se convierte en una opción nutritiva excelente como alimento sólido complementario para el bebé. No obstante, debido a que contiene cantidades elevadas tanto de minerales como de fibra, su consumo debe ser siempre moderado, y nunca excesivo.
¿Es el trigo sarraceno bueno y adecuado para los bebés?
El trigo sarraceno se convierte en una alternativa sin gluten tremendamente popular hoy en día, que comúnmente tiende a consumirse como cereal de desayuno, o bien para la elaboración de harina sin gluten para la preparación de diferentes productos horneados.
El trigo sarraceno es un alimento integral rico en nutrientes, el cual es considerado como una opción beneficiosa para bebés mayores de 6 meses de edad. No obstante, debido a su alto contenido en fibra, que podría ser difícil de digerir para bebés pequeños, algunos padres prefieren retrasar su introducción hasta al menos los 8 meses de edad.
Pero la mayoría de especialistas aconsejan primero consultar al pediatra antes de introducirlo en la alimentación del bebé, en particular después de comenzar con el paso de la lactancia a la alimentación complementaria o sólida, puesto que en algunos casos podría causar reacciones alérgicas mediadas por IgE, que podría aumentar el riesgo de anafilaxia inducida por alimentos, considerada como un tipo de reacción alérgica grave en algunos bebés.
Beneficios nutritivos del trigo sarraceno
Una taza (168 gramos) de trigo sarraceno tostado proporciona 155 calorías, 1 gramo de grasas, 34 gramos de carbohidratos, 5.7 gramos de proteínas, 4.5 gramos de fibra, 1.5 gramos de azúcares y 7 mg de sodio, entre otros.
Como alternativa a los cereales, el trigo sarraceno destaca por su contenido en carbohidratos, aunque se caracteriza principalmente por ser naturalmente bajo en azúcares y alto en fibra. Basado en una porción de 150 gramos, el índice glucémico de este alimento es de 49, con una carga glucémica de 15.
En lo que se refiere a su contenido en proteínas, el alforfón es considerado como uno de los alimentos que tiende a “eclipsar” a la mayoría de los granos, puesto que cada taza de trigo sarraceno cocido proporciona 5,7 gramos de proteína, alrededor del doble de la cantidad de proteínas que encontramos en la avena. Es más, ofrece un perfil de aminoácidos completo (algo poco usual en la mayoría de alimentos vegetales), lo que significa que contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita a partir de los alimentos.
Por otro lado, la deficiencia de lisina, un aminoácido esencial que el bebé podría obtener a través del consumo de trigo sarraceno, podría limitar la síntesis de proteínas y ocasionar una pérdida de peso.

Cada porción proporciona 1 gramo de grasa, por lo que el trigo sarraceno también se caracteriza por ser naturalmente bajo en grasas. Mientras que la mayor parte de las grasas que encontramos en su composición son grasas insaturadas, las cuales son muy adecuadas para la salud del corazón.
También destaca por su rico perfil antioxidante, puesto que algunos compuestos bioactivos que encontramos de forma natural en este alimento, como la quercetina, la vitexina o el D-chiro-inositol, ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre, reducir la inflamación y apoyar la salud del corazón en general a largo plazo.
Respecto a su contenido en vitaminas y minerales, el trigo sarraceno destaca principalmente por ser una buena fuente de vitaminas del complejo B, en especial la niacina y la vitamina B2 o riboflavina. También contiene magnesio, fósforo, manganeso, cobre y zinc. Todos estos nutrientes son esenciales para el crecimiento y el desarrollo del bebé y niños pequeños. Y lo que es aún más interesante: cuando el trigo sarraceno se consume cocido, los minerales tienden a absorberse particularmente bien.
Debido a su contenido en fibra dietética, se ha encontrado que el trigo sarraceno podría ayudar a mejorar la salud intestinal.
¿No contiene gluten?
En un principio, debido principalmente a su nombre, es normal pensar que el trigo sarraceno no sería recomendable en una dieta infantil sin gluten, pero la realidad es que el alforfón no es trigo. Se trata, como ya te hemos mencionado al comienzo, de una semilla en lugar de un grano, de forma que originalmente no contiene gluten, por lo que es seguro en niños con enfermedad celíaca y / o sensibilidad al gluten no celíaca. Además, los granos de trigo sarracenos tostados, popularmente conocidos bajo el nombre de kasha, tampoco contienen gluten.
No obstante, esto no significa que no sea necesario mantener ciertas precauciones. Debido a que el trigo sarraceno se procesa de forma similar a los granos de trigo, centeno o cebada que sí contienen gluten, podría ser procesado en las mismas instalaciones y utilizando el mismo equipo que aquellos granos que sí lo poseen. Por tanto, aún cuando el trigo sarraceno se encuentre naturalmente libre de gluten, es recomendable asegurarse de que el alforfón no se ha contaminado con gluten durante su procesamiento, por lo que lo más aconsejable es optar siempre por preparaciones etiquetadas como “sin gluten”.
Precauciones al introducir el trigo sarraceno en la alimentación del bebé
Aunque es muy probable que el pediatra del niño te proporcione algunos consejos útiles a la hora de introducir el trigo sarraceno en la alimentación del bebé, y te indicará a su vez cuándo será el mejor momento para hacerlo, existen algunas pautas que podrían ser de utilidad a la hora de reducir al máximo los posibles efectos secundarios que podrían producirse en un principio. Toma nota:
- Siempre cocido. La mejor forma de introducir el trigo sarraceno en la alimentación del bebé es debidamente cocinado. Si el bebé ya consume sólidos, como por ejemplo podría ser el caso del arroz, es posible utilizar harina de trigo sarraceno o cereales integrales.
- Evita incluir más alimentos a la vez. A la hora de introducir el trigo sarraceno, no es conveniente hacerlo conjuntamente con cualquier otro alimento que el bebé no haya consumido todavía. En este caso sí es conveniente esperar a la conocida regla de esperar entre tres a cinco días, para determinar si surge o no algún tipo de sensibilidad, alergia o intolerancia.
- Cantidad. Es recomendable empezar únicamente con no más de dos cucharaditas de trigo sarraceno, pudiendo aumentar la cantidad una vez que observemos que el bebé se sienta cómodo con este alimento.
- Poco a poco. Una vez hayamos comprobado que no se ha producido ningún tipo de reacción adversa, y a medida que el pequeño se sienta cómodo con el nuevo alimento, es preferible empezar a preparar distintas recetas pensadas para su edad. Por ejemplo, mientras que una papilla de trigo sarraceno adecuadamente cocida es adecuada para bebés pequeños, los bebés mayores de 10-12 meses pueden empezar a comer tortitas de trigo sarraceno.
- Mantén al bebé bien hidratado. Debido al elevado contenido en fibra del trigo sarraceno, es recomendable mantener al pequeño debidamente hidratado, lo que ayudará positivamente a la hora de reducir el riesgo de estreñimiento.
Cómo hacer papilla de trigo sarraceno

Ingredientes: ¾ taza de leche materna, agua o bebida vegetal, 1 taza de granos de trigo sarraceno.
Elaboración: Comenzaremos enjuagando los granos de trigo sarraceno bajo el grifo del agua, con la ayuda de un colador de malla fina, hasta que observemos que el agua sale perfectamente clara y limpia. En una cacerola pequeña pon el agua, leche materna o bebida vegetal, añade el trigo sarraceno, y lleva la mezcla a ebullición. Luego reduce el fuego a medio-bajo, cubre, y remueve ocasionalmente durante 15 minutos. ¡Listo! Dejar enfriar y servir.
Tortitas de trigo sarraceno para niños
Ingredientes: 1 taza de harina de trigo sarraceno, 2 cucharaditas de levadura, 1 taza de leche (puede sustituirse por bebida vegetal), 1 huevo (opcional), 2 cucharadas de mantequilla sin sal.
Elaboración: En un cuenco grande añade la harina de trigo sarraceno y la levadura, y mezcla bien. En otro cuenco pon la leche o bebida vegetal, el huevo (recuerda que es opcional) y la mantequilla sin sal derretida. Haz un hueco en el medio del cuenco de la harina, y añade la mezcla líquida batiendo lentamente, hasta que esté suave y combinada. Calienta una sartén a fuego medio, y después de añadir una pizca de mantequilla en la sartén para evitar que las tortitas se peguen, vierte entre 2 a 3 cucharadas de masa. Cocina hasta que se empiecen a ver burbujas en la parte superior, dale la vuelta, y continúa cocinando por el otro lado. Haz lo mismo con el resto de la masa, hasta que acabes con ella.