Son muchos los retos a los que los padres deben enfrentarse cada día desde que el bebé llega al mundo. Y uno de ellos es el temido mundo del sueño del bebé. Porque, recordemos, son muchas las familias a las que les cuesta comprender por qué su pequeño se despierta tanto, qué necesita cuando comienza a llorar en la cuna o en la cama (en caso de realizar colecho) e, incluso, se desesperan pensando que no está descansando bien.
Sin embargo, cuando el niño cumple alrededor de un año, cuando creemos que eso de pasar prácticamente toda la noche en vela ha desaparecido por fin, parece que da tres pasos para atrás y la historia comienza de nuevo. ¿El peque tendrá algún problema? ¿Por qué, si ya dormía prácticamente toda la noche del tirón, ahora no deja de despertarse cada una o dos horas?
Algo así está viviendo Roma, la hija de Laura Escanes y Risto Mejide, y fue su madre la que habló del término que nos acontece: las regresiones del sueño. Ella contaba a todos sus seguidores de Instagram la preocupación que sentía por este motivo: “es agotador, sale gateando de la habitación haciendo susurros raros. Es como en las pelis”, explicaba a través de stories. Pero, papás, aunque estéis en la misma situación y os preocupe, tranquilos: se trata de procesos madurativos normales que están provocados por su cambio de metabolismo, por el cambio de alimentación o el cambio en las rutinas, por ejemplo.
¿Cómo se manifiestan las regresiones del sueño?
Hemos de aclarar que estas regresiones suelen aparecer a partir del año de edad, aunque también se pueden extender a los dos, tres, cuatro o, incluso, cinco años. Es importante comprender que las causas de las mismas van cambiando también con la edad del pequeño.
En concreto, como decimos, las primeras regresiones suelen comenzar en torno al año, como le ha sucedido a la hija de Laura Escanes, y en esta etapa la causa principal es que los niños no paran de crecer y desarrollarse: “alrededor del año, los bebés van adquiriendo muchas nuevas habilidades, conquistan nuevas alturas y espacios, algunos comienzan a caminar, y esas adquisiciones en el movimiento requieren de mucha práctica por su parte”, nos cuenta Sara Traver, asesora de sueño.
¿Qué significa esto? Pues que, como consecuencia de esa energía que aumenta por momentos, los papás podremos empezar a notar que tiene más dificultad para tumbarse por la noche o que quieren estar constantemente gateando o de pie en la cuna; “suelen querer hacerlo, además, a cualquier hora del día o de la noche”, comenta Sara.
Además, nos cuenta que muchos niños empiezan a reducir la duración de las siestas y que, si no sabemos gestionarlo bien, puede llevar a más despertares nocturnos. “Aunque nos parezca que necesita dormir menos, no es aún momento de pasar a una sola siesta”, explica la profesional. Este proceso comenzará a partir de los 16 o 18 meses, aunque puede darse el caso de que comience, de forma temprana, a los 14.
“Si eliminamos la siesta de la mañana, nos encontraremos con un niño muy cansado al final del día, con mayor propensión al mal humor y peor disposición para dormir, así como con más despertares”, completa.
¿Qué podemos hacer los padres si notamos una regresión del sueño en nuestro bebé?
Nos apoyamos en las palabras de Sara Traver para decir que, como todo proceso madurativo, necesita que los padres lo entendamos y lo veamos como algo normal y, sobre todo, pasajero. Quizás pueda necesitar ciertos ajustes por nuestra parte, así como un poco de apoyo para que no se descontrole mucho, pero, tal y como ella misma comenta, prestando un poco de atención será algo que quede olvidado en algunas semanas.