Hay padres que prefieren no conocer el sexo de su bebé hasta el momento del nacimiento, ya que lo consideran irrelevante siempre que su hijo venga sano. Otras esperan con impaciencia saber si tendrán un niño o una niña. Y es que, aunque esto no significa que no prioricen la salud y el bienestar de su futuro hijo, conocer el sexo es siempre motivo de expectación.
Ello explica por qué aún hoy, muchos padres siguen recurriendo a métodos caseros para predecir si tendrán un niño o una niña. Los remedios de la abuela son parte de la idiosincrasia española.
Pasa con remedios caseros de todo tipo, por ejemplo, y también con algo muy curioso: las técnicas para saber si un bebé en camino es niño o niña. Hay muchísimos trucos, casi tantos como abuelas… Tantos no, es broma. Pero sí muchísimos. Por supuesto, sin ningún rigor científico, pero ¿quien quiere ecografías en 4D teniendo la sabiduría de su yaya cerca?
Estos son los más llamativos y conocidos:
Con bicarbonato
Se añade en un vaso con bicarbonato tres cucharadas de orina de la embarazada. Si se produce efervescencia, viene un niño. Y si se queda igual, sin reacción alguna, es niña. ¿Cómo te quedas?
Latidos del corazón
Hay abuelas que creen que cuando el corazón del bebé late más de 140 veces por minuto es una niño y si lo hace menos se debe a que es un niño. ¿Por qué así y no al revés? Solo las yayas lo saben, y eso va a misa.
Color de los pezones
Cuando el pezón se vuelve oscuro en el embarazo también hay un mito popular que lo vincula con el sexo del bebé. Si lo hace, es niño; en caso contrario, niña.
La forma de la tripa
Esta es una de las fórmulas más extendidas. Es muy sencilla: si la forma de la tripa de la futura mamá es picuda, es niña, y si es redonda, se trata de un niño.
El péndulo
Vale cualquier cosa para hacerlo que pueda colgar. Una cadena con su correspondiente colgante, por ejemplo. Si al soltarlo sobre la tripa de la embarazada se mueve en círculos, es niña, y si lo hace en línea (aparentemente) recta, de lado a lado, es niño.
La aguja
Es parecido al péndulo, ya que se trata de sostener una aguja sobre la palma de la mano que al moverla un par de veces de arriba abajo trazará movimientos circulares o rectos. El resultado del truco es igual al péndulo también: si es niño, de lado a lado; si es niña, en círculos.
El sabor del ajo
Esta es una de las pruebas más desagradables, pero a las abuelas no se les lleva la contraria. Así que si la tuya te pide que te comas un diente de ajo, pues… Bueno, haz lo que quieras. El caso es que si al comértelo te parece que hasta tu piel huele mal es porque llevas un niño dentro. Si es inoloro, se trata de una niña.

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El acné
Esta es una de las muchas pruebas que relaciona con un efecto positivo que el sexo del bebé sea un niño y negativo con el de una niña. Son trucos, por lo tanto, con un marcado prejuicio cultural, pero siguen estando ahí, desgraciadamente, así que mejor saber que están para caer en la cuenta de qué connotaciones tienen. En este caso, si con el embarazo te salen muchos granos sería porque esperas una niña. Y si tu piel está perfecta llevas un niño dentro. Injusto, ¿no?
El aceite
Se vierte sobre el vientre de la embarazada unas gotitas de aceite, preferentemente de coco u oliva. Si el aceite se queda en su sitio durante los primeros segundos, significa que el bebé será niña. En cambio, si las gotas de aceite se deslizan inmediatamente por el costado del vientre, significa que se espera un niño.
Los sueños
Esto significa que, si la madre sueña que tiene un niño, entonces será una niña y si sueña que tiene una niña, entonces dará a luz a un niño.
Recuerda que ninguno de estos métodos es fiable, son solo curiosidades de la cultura popular para intentar averiguar si el sexo del bebé es masculino o femenino.