A los seis meses los niños comienzan a comer más alimentos aparte de la leche materna o de fórmula, aunque esta seguirá siendo la base de su alimentación unos meses más.
La introducción a los sólidos genera muchas dudas en los papás ya que si bien muchos pediatras recomiendan ir siguiendo unas listas pediátricas de alimentacion, otros muchos apuestan por dejar que el niño coma lo mismo que lo hacen los papás y las mamás, siempre con cabeza evitando alimentos con los que corran riesgos de atragantarse, por ejemplo, pero sin restricciones, es decir, que si papá y mamá van a comer pescado lo mejor es que el niño coma lo mismo, él solito y experimentando con su sabor y textura aunque poniendo atención en los alimentos con sal o azúcar.
La mayor forma de aprender de los niños es mediante la imitación y por eso, si comemos sano, ellos comerán sano. Si llenamos nuestra dieta de alimentos muy variados, diferentes cocciones y texturas, ellos querrán hacer lo mismo y para eso lo importante es que se sienten a la mesa con nosotros. La manera más sencilla para ello es usar una trona ya que permitirá al bebé acercarse a la mesa e ir adaptándose al ambiente y las normas que se generan en casa a la hora de comer. Es una estupenda manera de que aprenda por observación y asimilará con mayor facilidad tanto la diversidad de alimentos como las diferentes formas en la que pueden comerse.
Múltiples ventajas
Además, sentarse a la mesa con tu bebé va bastante más allá del acto de comer y nutrirse. Cuando nos sentamos a la mesa en familia, pasamos tiempo juntos y disfrutamos de la comida a la vez que de nuestra propia compañía, con lo que conlleva un grado de socialización muy significativo y que puede ser muy positivo para tu bebé. Estas serán sus primeras relaciones con los demás de forma autónoma, ya que podrá interactuar con vosotros sin necesidad de estar en brazos. Además, un buen ambiente a la hora de comer, ayudará a tu bebé a sentirse integrado, querido y protegido por su familia.
Que surjan discusiones en el momento de sentarse a la mesa es algo de lo más habitual: en muchas ocasiones es el único rato en el que podemos hablar y ello implica tratar temas agradables y otros no tanto. Sin embargo, siempre que se tengan desde el respeto y la consideración con el interlocutor, aprovechar el rato de sentarnos a la mesa para expresar cómo nos sentimos puede mejorar mucho el clima familiar a largo plazo y, por tanto, esto también beneficiará a tu bebé.
Como hemos mencionado anteriormente, otro aspecto fundamental de acerca la trona del bebé a la mesa es que los niños aprenden, en gran parte, gracias a la imitación de lo que hacemos. ¿Cuántas veces has visto a niños pequeños que se resisten a comer alimentos saludables como las lentejas, el brócoli o las espinacas? Se trata de situaciones que en ocasiones podrían evitarse si nuestros hijos, desde bebés, nos ven sentarnos a la mesa siguiendo una rutina de alimentación saludable, rica en legumbres, frutas y verduras.
Si nuestro bebé desde pequeño observa que seguimos una dieta nutritiva, variada y equilibrada, será menos probable que cuando crezca sienta repulsión por unos u otros alimentos y mejorará su relación con la comida.
Además, la observación no solo le permitirá comprender la variedad de alimentos, sino la forma de comerlos: vuestros hijos aprenderán desde pequeños las funciones de objetos cotidianos como las servilletas, manteles, cucharas, cuchillos o tenedores. Es una buena idea que empiecen a utilizar diferentes utensilios de cocina adaptados para bebés desde pequeños para que asimilen por completo las dinámicas que se siguen en la mesa sin peligro de hacerse daño. Si además estos son de colores llamativos y tienen variedad de texturas, estimularán los sentidos de tu bebé y harán que se interese más por aprender a usarlos.
Aunque te parezca que tus hijos son muy pequeños, te sorprendería la cantidad de cosas que son capaces de aprender e imitar, y sin duda, usando su trona desde pequeños aprenderán y mucho... ¿A qué esperáis para sentaros juntos a a mesa?