¿Los bebés pueden comer semillas?
Las semillas son un tipo de alimentos que aporta muchos beneficios al organismo. Si has pensado en introducirlas en la dieta del bebé debes considerar cómo dárselas y a partir de cuándo porque también pueden ser causas de peligros como el atragantamiento. Toma nota de estas recomendaciones.
Cuando tu bebé va creciendo es normal que poco a poco empiece a sentir curiosidad por introducir nuevos sabores en su dieta, en definitiva, probar nuevas comidas. Claro que, lo que se debe tener en cuenta es que según la edad no todos los alimentos son buenos para el niño. Si es muy pequeño, hay ciertos riesgos que podrían aparecer, como el que algunos alimentos no sean beneficiosos para su aparato digestivo, que algunos puedan causar atragantamiento o que otros les produzcan alergias. En este caso vamos a ver cuándo es conveniente añadir las semillas a su alimentación.
Para empezar, sean unos alimentos u otros, la recomendación general que suele hacerse es que desde que el bebé nace hasta que cumple el medio año, lo mejor es mantener la lactancia exclusiva. Hasta los 4 o 6 meses de edad, lo ideal es que el bebé se alimente solo de leche materna o en caso de no poder hacerlo, de leche de fórmula.
Es, después de estos meses, cuando los pequeñines comienzan a incorporar poco a poco diferentes alimentos. Entonces, ¿es posible que los bebés coman semillas?
¿Qué debemos saber sobre las semillas?
A veces las semillas son las grandes olvidadas de la dieta, y lo cierto que son alimentos muy beneficiosos gracias a todos los aportes que pueden dar al organismo. No obstante, debes saber que, si se trata de bebés, tanto estas como los frutos secos no se deben introducir hasta que son algo más mayores. Esto es debido a que pueden ocasionar atragantamientos, piensa que aún no tienen desarrollados todos los dientes que permiten la masticación. Y es que, son de hecho, la principal causa por la que menores de 4 años pueden atragantarse.
Por tanto… ¿Cómo podríamos introducirlas en su dieta? En el caso de bebés de más de medio año, podemos darles semillas, pero nunca en su forma entera, por el peligro de atragantamiento. Así que la mejor forma es molerlas o triturarlas. Eso sí, como recomendación, se aconseja evitar dar semillas de chía y de lino durante el primer año de edad por su efecto laxante.
Además, otro consejo es que cuando vayas a darle fruta al pequeño, como algunas cerezas, ciruelas o melocotón, o incluso aceitunas, recuerdes cerciorarte bien de que has retirado las semillas que tengan en su interior. Lo mejor es quitar el pequeño hueso y cortar la fruta por la mitad. Aunque es cierto que algunas semillas o pepitas son muy pequeñas y no puedan suponer un riesgo de ahogamiento, sí que podrían quedarse atoradas en las vías respiratorias y llevar a una infección.
Cómo prevenir riesgos
- No les des a los menores de 5 años, frutos secos o semillas enteras como pipas, semillas de calabaza, almendras, pistachos… Como decimos, sí quieres ofrecerles este tipo de alimentos por sus beneficios puedes triturarlos y combinarlos con otras comidas.
- Enséñales a que coman despacio y tranquilos, bien sentados (no deben comer saltando o jugando). Sobre todo, indícales que deben masticar bien los alimentos. Esto les ayudará a evitar los peligros y a tener una mejor digestión.
- Si tu hijo es muy pequeño mantén siempre la vigilancia mientras esté comiendo.