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El cesto de los tesoros: beneficios de jugar con objetos cotidianos

Jugar con objetos cotidianos permite a los niños aprender nuevas e importantes lecciones, y además les encanta. Por eso, en muchas escuelas infantiles los bebés juegan con el “cesto de los tesoros”.

La cesta de los tesoros se trata de un cesto o cajón con objetos de diferentes materiales, pesos y texturas para que los niños experimenten.

En este juego, los niños manipulan elementos de la naturaleza o de su entorno cotidiano. Estos objetos, por su variedad de formas, texturas, colores y olores estimulan los sentidos y las capacidades (motrices, cognitivas, comunicativas...) de los bebés, lo que facilita su desarrollo. Esta actividad está indicada a partir de los seis meses (cuando son capaces de permanecer sentados) hasta el año.

¿En qué consiste el juego de 'el cesto de los tesoros'?

¿Qué habilidades desarrollan los bebés jugando con objetos cotidianos?

¿Cómo puedes organizarlo en casa?

El cesto de los tesoros es una actividad interesante para todos los niños, vayan o no a la guardería. Aunque es un juego muy común de las escuelas infantiles, podemos organizarlo en casa. Conviene seguir algunas normas:

¿Y si el niño ya anda?

A partir del año y hasta más o menos los 22 meses, esta actividad cambia para adaptarse a los nuevos intereses de los pequeños de esta edad. En vez de “cesto de los tesoros”, los educadores lo llaman “juego heurístico”, nombre que hace referencia a la forma de aprender a partir de la experimentación y el descubrimiento.

Cuando el niño empieza a caminar sus necesidades, deseos e inquietudes cambian. Su mayor placer es desplazarse y llevar consigo, de un lado a otro, el objeto con el que esté jugando. En este momento evolutivo sus necesidades pasan por conquistar el espacio, por lo que en la guardería ya no les muestran los objetos en un cesto, sino clasificados en bolsas de tela abiertas distribuidas por todo el aula.

Si cuando aún no podían andar su pregunta ante los objetos era '¿Qué es esto?' y estaban muy interesados en descubrirlo chupando, manipulando, golpeando, lanzando, etc., ahora su interrogante es '¿Qué puedo hacer con esto?'. A partir del año, la actividad suele durar también una media hora, según lo concentrados que estén los niños.

Alicia Herranz es psicopedagoga.

Pasión por la vida

Más de 45 años acompañando a las familias

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