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Juego heurístico: ¿qué es y por qué es importante?

Cuando el peque llega a la escuela infantil o a la guardería vemos que entre sus actividades semanales hay una que se llama Juego Heurístico, pero ¿qué es realmente y por qué es importante para nuestro hijo?

Hay una relación muy estrecha entre el juego heurístico y otra tarea llamada el cesto de los tesoros. Para entender mejor la conexión existente entre estas dos actividades hemos de saber que el juego del cesto de los tesoros es una tarea sistematizada que responde a la demanda e exploración y actividad autónoma de los niños. Esta actividad, sin ser dirigida, pone en contacto a los niños con una variedad de objetos que no tienen una finalidad predeterminada ofreciéndoles un máximo de oportunidades de estimulación.

El juego heurístico es una actividad donde los niños interactúan con diferentes tipos de materiales. Esta tarea fue ideada por Elionor Goldchmied, y pensada como la continuación del juego de la cesta de los tesoros.
Este juego se fundamenta en la exploración sistemática y se realiza en grupos de 8 a 10 niños donde se manipula y combina libremente gran variedad de objetos neutros (no didácticos) y se exploran las distintas posibilidades. La exploración consiste en abrir y cerrar, tapar, destapar, apilar, comparar, llenar y vaciar. Una vez terminada la “investigación” el material se recoge y se clasifica.

Este juego se puede iniciar más o menos desde que el niño tiene 12 meses, es decir, cuando el niño comienza a desplazarse, hasta los 2 años de edad.

Gracias al juego heurístico los niños ejercitan y enriquecen sus capacidades físicas, mentales, emocionales y sociales. Además se consigue un entorno adecuado para el grupo.

Qué se consigue con esta tarea

A través del aprendizaje activo se busca que el niño:
  • Estructure el pensamiento
  • Un clima relajado
  • Conocer y manipular materiales
  • Fomentar la atención y la concentración.
  • Aumento de la comprensión verbal

Las fases del juego heurístico

La sesión de juego heurístico debe durar alrededor de 45 minutos, depende del interés mostrado por los niños y el desarrollo de la misma. Des estos 45 minutos, se utilizan 25 para el juego en sí y el resto para organizar el material.

Durante la sesión podemos diferenciar 3 fases:

Preparación del material
El adulto prepara el material en un aula vacía (todo lo que se pueda) y libre de otros elementos de juego. Se han de seleccionar tres tipos de materiales sensoriales (alrededor de unos 150 objetos de este tipo con texturas y formas diferentes) y elegir los recipientes más adecuados que harán la función de contenedor. Se organiza la sala en varios puntos de juego, de manera que los materiales queden agrupados según sus cualidades. Los niños encontrarán el material esparcido por el suelo o bien, pueden observar cómo la maestra lo va colocando.

La exploración
En la fase de exploración, los niños combinan y exploran de manera libre los diferentes materiales y hacen todo tipo de cosas con ellos. Se hacen la pregunta así mismos de “¿Qué puedo hacer?” para después comenzar a emparejar, tapar, destapar, abrir, cerrar, llenar, sacar, separar, girar, encajar, apilar, etc. El adulto en esta fase actúa de simple observador sin intervenir en la actividad salvo que sea necesario.
Recogida
En la fase de recogida, los niños acumulan el material y lo van clasificando con la ayuda del adulto, guardando cada material en el lugar que le corresponde. El educador les indica el nombre, la cantidad y el lugar donde se encuentra en relación con los demás objetos.

El papel del adulto

El adulto en esta actividad adquiere el papel de facilitador. Permanece atento y observando en un lugar donde le puedan localizar todos los niños. Su rol no le permite actuar, es decir, no debe estimular, sugerir, elogiar ni dirigir lo que deben hacer los niños. Su intervención solo debe darse cuando no haya más remedio como, por ejemplo, evitar peleas, disponer el material y en la recogida o animar si hay algún indeciso. Todo esto lo hará sin causar interrupciones.
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