Deberías dejar de decir a tu hijo cómo tiene que dibujar por estos motivos

Seguro que piensas que le estás ayudando mucho al indicarle, pero como más le ayudarías es justo al revés, dejándole hacer. 
Dibuja a las personas sin tronco

No le digas a un niño lo que tiene que crear y cómo. Somos tajantes de entrada porque así lo son todos los psicólogos infantiles, docentes, expertos en crianza y todos aquellos especialistas que tienen voz y voto en la materia por derecho propio. Y somos tajantes también porque sigue siendo muy habitual en talleres familiares y actividades lúdicas en las que participan padres junto a sus hijos e hijas que estos les digan lo que tienen que hacer y cómo. Y si les dejan expresar su creatividad libremente, inmediatamente les corrigen.

Hablamos sobre todo de pintar porque es una de las actividades recurrentes en los niños y niñas pequeños, etapa de la infancia en la que más repetimos los adultos el error de corregir y decir cómo tienen que hacer las cosas a los peques. Pero se puede extrapolar a cualquier actividad artística o creativa, desde la escritura hasta las construcciones con bloques, que también tienen su parte artística.

Niño dibujando

Este tipo de actividades lúdicas como la pintura en las que los niños y niñas potencian y dan rienda suelta a su experiencia creativa solo aportan beneficios, pero sí las limitamos, estaremos haciendo lo propio con el potencial creativo del menor. Y no solo eso, también estaremos limitando su libertad de expresión, su comunicación y su pensamiento. Y si además le añadimos correcciones con lenguaje negativo —“No, haz esto así, no asá”, por ejemplo—, se puede sumar a la ecuación un impacto negativo en su autoestima y frustración.

No se trata de no intervenir en nada. Podemos, perfectamente, acompañarles y ayudarles a mejorar en determinadas actividades artísticas que tienen un objetivo concreto: por ejemplo, pintar un árbol. Pero siempre en clave positiva. Y a poder ser, porque ellos nos pidan ayuda en un momento dado para pintarlo “mejor”, según su punto de vista. Pero, en la medida de lo posible, lo recomendable a la hora de pintar es que les dejemos total libertad creativa. Sí, con ciertos límites, como puede ser el espacio. Nadie está diciendo que les dejes pintar la pared del pasillo…

En lo que estamos tratando de incidir es en qué un dibujo “abstracto” hecho por tu peque de tres o cuatro años con total autonomía y libertad es mucho más constructivo y, por ende, bonito, que otro perfecto en el que haya hecho exactamente lo que les pedís. ¿Por qué? Porque la creatividad es una de las capacidades más poderosas del ser humano, e Interdecir en las actividades que la potencian, como es la pintura, no es más que limitarla. Limitar aspectos como la expresión, la transformación de la realidad, la búsqueda de soluciones innovadoras, la flexibilidad, la capacidad imaginativa, el autoestima, la autonomía, la capacidad de comunicar emociones, intereses y necesidades, el enriquecimiento del pensamiento o el desarrollo de la concentración, entre otras habilidades. Todas ellas, y algunas más, tienen en la pintura una herramienta eficaz para su desarrollo.

Recuerda que no es lo mismo mostrar interés, acompañar y ayudar a mejorar que corregir, ordenar o indicar. Quizá el matiz que las diferencia te sea difícil de percibir, pero es notable la distancia que hay entre estos conceptos, así que te animamos a ser crítico con tu comportamiento y tu conducta cuando estás presente mientras tu hijo o hija pequeña pinta. Seguro que piensas que le estás ayudando mucho al indicarle, pero lo cierto es que como más le ayudarías es justo al revés, dejándole hacer y valorando positivamente su esfuerzo. Permítele hacer en general y permítele pintar con libertad y autonomía en particular. 

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  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar