Alumnos con altas capacidades que saltan un curso: así es la aceleración de la enseñanza
Algunos estudiantes de altas capacidades saltan un curso por elección del equipo docente junto a su familia.
Quizá hayas oído, o conozcas de primera mano algún caso en el cole de tus hijos, de algún niño o niña que se ha saltado un curso escolar. De ir con tu peque a clase de 5 años ha pasado directamente a segundo de Primaria, por ejemplo. Cosas así ocurren en los centros escolares españoles con alumnos con altas capacidades. Se llama flexibilización, aunque también se conoce como aceleración de la enseñanza.
Así es como se define técnicamente la decisión de saltar de curso a un alumno que presente un alto nivel intelectual y ya se le hayan aplicado el resto de medidas curriculares y extracurriculares que se pueden adoptar. Estas medidas se adaptan, en un grado u otro en función del estudiante, con la práctica totalidad del alumnado con altas capacidades. Pero no así el salto de curso, medida que se denomina flexibilización porque consiste, como describen desde la Comunidad de Madrid, en flexibilizar “la duración de los distintos niveles y etapas del sistema educativo”.
Es importante este matiz porque “La flexibilización del período de escolarización podrá consistir tanto en la anticipación de la enseñanza básica como en la reducción de la duración de ésta y/o en la reducción de la duración del Bachillerato”, explica la Comunidad de Madrid, que permite adoptar hasta en tres ocasiones esta medida.
Es decir, un alumno con altas capacidades en esta región podría llegar a “saltarse” tres cursos a lo largo de su etapa académica en el colegio y el instituto. Esto también aplica, al menos en la Comunidad de Madrid, a los alumnos que cursan enseñanzas de régimen especial. Hay que tener en cuenta, eso sí, que cada comunidad autónoma define sus criterios porque las competencias en educación están derivadas. Así, por ejemplo, en Galicia, se contemplan los tres años de flexibilización de la siguiente forma: un año escolar en la etapa de educación infantil, de tal manera que el alumno comenzaría en primaria el año natural que cumple 5 años; un año en la etapa de educación primaria, que se suma al anterior o no, es independiente; y otro más en la etapa de educación secundaria obligatoria, también de manera independiente a lo que ocurriera en los ciclos anteriores.
Cómo se decide
Las familias tienen la posibilidad de solicitar la flexibilización de una etapa educativa de su hijo o hija con altas capacidades. Para ello, es condición esencial que exista una evaluación psicopedagógica que acredite que el estudiante tiene esa alta capacidad intelectual.
En todo caso, son los centros educativos los que valoran —equipo docente y de orientación— quienes valoran y solicitan la flexibilización para un alumno. No solo entra en juega la superdotación, también el nivel madurativo del alumno, su capacidad en las distintas materias, sus habilidades sociales, etcétera. También se suele consultar al alumno, ya que su opinión cuenta.
Cada Consejería de Educación suele marcar un plazo para presentar estas solicitudes y tiene la última palabra para aceptarlas o no.
Qué opinan los expertos
Es imposible condensar en un artículo todo lo que opinan los expertos e investigadores sobre la flexibilización del alumnado con altas capacidades.
Es muy recomendable, en este sentido, este artículo de Ceferino Artiles, que entre otros muchos cargos fue coordinador general y director del “Programa para la atención educativa al alumnado con altas capacidades intelectuales de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias” entre el año 2000 y el 2011. En él repasa lo que muchos autores han escrito sobre esta medida que consiste en saltar un curso en aquellos estudiantes que tienen el perfil para ello.
Artiles hace mucho hincapié en los factores para tomar una decisión como esta, que no solo debe ser el del coeficiente intelectual. “Hay que aplicar con prudencia y bajo determinadas condiciones que garanticen el equilibrio emocional, la integración social del alumno y un adecuado rendimiento escolar, junto con actuaciones de adaptación curricular de enriquecimiento”, señala. Para el docente y experto en altas capacidades, la opinión del alumno y las cuestiones relacionadas con el ámbito socio-emocional son igual de importantes que la superdotación.
Otra fuente de referencia siempre que se trata de las altas capacidades es la opinión de los centros especializados en superdotación y altas capacidades. Es el caso de El Mundo del Superdotado, que en este artículo defiende la flexibilización de las etapas educativas para estos alumnos. Lo hace poniendo en valor hasta diez aspectos favorables. “El niño superdotado no pierde años aburrido y desmotivado, termina antes sus estudios y puede dedicar esos años extra a otras actividades”, argumentan desde el centro dirigido por la psicóloga clínica especializada en altas capacidades Carmen Sanz Chacón.
En su decálogo, El Mundo del Superdotado define la decisión de pasar de curso a un alumno con altas capacidades como “la mejor solución”, y como “la más aceptada internacionalmente para adecuar las exigencias escolares a las capacidades de los superdotados, la que resulta más sencilla de aplicar tanto para el centro como para los profesores y que mejores resultados produce en los alumnos superdotados según nuestra experiencia”. Para defender su postura, cita el Informe Templeton (Colangelo, Assouline y Gross, 2004).
Esto es una opinión favorable, pero como puedes leer en el informe de Ceferino Artiles, lo más habitual es encontrar respuestas en la zona de grises: hay que estudiar las circunstancias de cada caso antes de tomar la decisión de acelerar de curso a un estudiante con altas capacidades.