Cuando tenía nueve años, recuerdo perfectamente cómo mis padres comenzaron a dejarme ir sola al colegio. Iba cada mañana en compañía de dos amigos y volvía, a la hora de comer, también en compañía de ellos. Eso sí, mi situación no es la misma que la de otras familias: vivía en un pueblo de no más de 2500 habitantes, donde todos nos conocíamos y yo tardaba en ir de mi casa a la escuela apenas diez minutos caminando. Además, solo tenía que cruzar un paso de cebra donde cada día se colocaba un agente de la Policía Local que se encargaba de darnos instrucciones para que no nos pasase nada.
En la actualidad, casi ningún padre concibe la idea de que su hijo vaya al colegio sin su compañía si este es pequeño. Eso sí, a medida que crecen y adquieren competencias sociales, muchas se vuelven más laxas y cambian de idea. Pero, ¿qué argumenta exactamente la ley española? ¿Existe una edad mínima legal para dejar que un niño vaya solo al colegio?
¿A qué edad puede ir solo un niño al colegio?
Actualmente no existe ninguna ley en España que regule de manera legal la edad a partir de la cual un niño puede ir a la escuela sin compañía de un adulto.
Será la familia la que tenga la potestad única de decidir cuándo es el mejor momento de dar esa responsabilidad al pequeño. Algo que decidirán, probablemente, cuando le vean preparado y lo suficiente maduro para ello.
Aunque no existe ninguna ley reguladora, es cierto que los expertos en psicología infantil llevando hablando años sobre el tema.
En una entrevista con ABC, el doctor en psicología Javier Urra deja claro que ningún niño menor de diez años debería ir solo al colegio ya que antes de esa edad no tienen las capacidades necesarias para anticiparse a los riesgos que pueden correr por el camino.
Por su parte, Armando Bastida, uno de los mayores expertos de España en crianza respetuosa y enfermero, argumenta en su blog especializado que se estima que la edad óptima para empezar a dejar a los niños ir solos al colegio son los doce años.
Además, un estudio llevado a cabo por Audi Attitudes y titulado Los niños, las ciudades y la seguridad vial establecía los nueve años como la edad a la que las familias comienzan a dejar que sus hijos vayan andando a la escuela. Francisco Alonso, psicólogo y director de la misma entidad, defiende también los diez años como edad óptima.
Eso sí, Javier Urra insistía en conversación con Rac1.cat que no puede establecerse una edad mínima general, porque todo dependerá del contexto que envuelva al ambiente donde se desarrolla el niño. Algunos de los que nombra son: si tienen hermanos que puedan acompañarlos, los riesgos y los peligros que tendrá que enfrentan por el camino o la distancia que separa el hogar del colegio.

¿Cómo saber si un niño está preparado para ir al colegio solo?
Armando Bastida hace referencia a algunos conceptos que los padres deberían preguntarse antes de dar este paso:
- La madurez del niño: “Si el niño es maduro, quizás pueda comenzar antes de los doce años”, explica. Esto solo lo saben las familias.
- Cómo es el niño en su día a día: si es impulsivo o muy despistado, quizás haya que esperar un poco más o acompañarle en el proceso
- Si tiene o no sentido de la responsabilidad
- El entorno: quizás vemos muy preparado al niño, pero no es lo mismo vivir en un pueblo, que vivir en una ciudad y tener que coger transporte público para llegar al centro de estudios
¿Cómo preparar a los niños para empezar a ir solos al colegio?
Si la decisión está tomada y creemos que el menor está lo suficientemente capacitado para dar ese paso, quizás podemos ayudarle los primeros días para cerciorarnos de que todo marchará correctamente. Volviendo a Armado Bastida, este establece que:

- Ensayar el recorrido con ellos los primeros días, verbalizando las calles por las que pasamos, fijándonos en los edificios…
- Transmitirles confianza y seguridad porque si perciben que confiamos en ellos, será más fácil que lo vivan sin miedo
- Ir dando libertad de manera escalonada: una buena opción sería dar esa autonomía poco a poco. Acompañándolo hasta que queden dos calles y al día siguiente solo acompañarle durante tres calles…
- Aprovecharnos del valor de las nuevas tecnologías: por ejemplo, los relojes que GPS nos ayudarán a saber dónde está en todo momento