La noción del tiempo es un concepto abstracto que puede resultar muy complicado de entender para los más pequeños. No pueden tocarlo con las manos, tampoco verlo; sin embargo, los niños saben que el tiempo existe porque los mayores hacen constantemente referencia a él. A medida que los niños crecen y se desarrollan, también empiezan a explorar y comprender gradualmente esta noción.

Nico llega tarde al cole y mamá le dice: "Vamos, que no hay tiempo para jugar". Tarda mucho en comerse el puré de verduras y papá le pregunta: "¿Cuánto tiempo vas a estar jugando con la cuchara?". El fin de semana vendrá su tía de muy lejos y le explican: "Hace mucho tiempo que no te ve”. Hasta los siete años probablemente Nico no entenderá bien el concepto del tiempo. Sin embargo desde el momento en que cumple tres años podemos ayudarle para que el tiempo no sea una noción totalmente ajena a él.
Así pues, en las primeras etapas del desarrollo, los niños comienzan a entender que existe el tiempo aunque no comprendan exactamente cómo funciona. A través de rutinas diarias y eventos secuenciales, como la hora de dormir o la hora del baño, los niños comienzan a establecer un sentido básico de temporalidad. Pueden recordar y reconocer actividades específicas que ocurrieron recientemente, como haber jugado en el parque por la tarde.
Les cuesta porque es abstracto

Si tratamos de enseñar a un niño de tres años la noción del tiempo, veremos cuánto le cuesta entenderlo. Es normal, es lo que ocurre cuando se vive únicamente un tiempo verbal: el presente.
Así, aunque todavía sea demasiado pronto para hacerles entender pasados y futuros, y lo que ambos significan, puede ayudarnos a ayudarles los siguientes conceptos:
- que el primer componente de la percepción temporal es el orden (la mañana, la tarde y la noche; lunes, martes, miércoles; antes, durante y después).
- el segundo es la duración (un día, media hora, una semana, un mes...).
El desarrollo del lenguaje
El lenguaje desempeña un papel crucial en la comprensión del tiempo. Cuando los niños van adquiriendo habilidades lingüísticas en su desarrollo, comienzan a comprender y a emplear adecuadamente palabras relacionadas con el tiempo como “ayer”, “hoy”, “más tarde”o “mañana”. Estas palabras les permiten expresar eventos pasados, presentes y futuros. Es importante saber que los adultos desempeñamos un papel fundamental en la enseñanza de estas palabras y en su aplicación en situaciones del día a día.
¿Cuándo y cómo lo van aprendiendo?

La idea del tiempo en la mente de los niños va evolucionando hasta que consiguen entenderla por completo:
De 0 a 2 años: La percepción temporal es un fenómeno afectivo o subjetivo que está simplemente asociado a las necesidades fisiológicas del niño. Se dan cuenta de que la mañana es diferente a la tarde y a la noche en referencia a sus necesidades que son básicamente dos: sueño y hambre.
De 3 a 4 años: En esta etapa empiezan a comprender las nociones de la velocidad y a hacer por tanto la diferencia entre lo lento y lo rápido. También comienzan a entender las primeras clasificaciones de orden y sucesión de acontecimientos: nos levantamos, nos lavamos las manos, desayunamos, nos vestimos, nos vamos a la calle o al cole mientras mamá y papá se van a trabajar...
5 y 6 años: Es ahora cuando comienzan a distinguir el antes del después y también el mañana del ayer, aunque todavía pueden confundir ambas palabras y usarlas con el sentido opuesto.
A partir de 7 años: Ya comprenden en su totalidad frases como "la semana que viene vamos a ir de excursión", "el verano que viene volveremos a ir a la playa con los primos" o "hace un mes que no vemos a los tíos". Es en este momento cuando han adquirido la noción de la temporalidad y la han incorporado a su lenguaje con naturalidad. Desde este momento en adelante, los niños ya viven en qué momento están y son conscientes de lo que significa el término tiempo en todas sus variables.
¿Y si no entiende la noción del tiempo?

La comprensión de la noción del tiempo puede variar de un niño a otro. Algunos pueden tener más o menos dificultades para entenderla completamente y emplear el tiempo de manera correcta. Existen ciertas posibles razones por las que un niño puede tener dificultades para comprender el tiempo.
En primer lugar, hemos visto que la comprensión del tiempo es un proceso complejo que se va adquiriendo conforme vayan avanzando las etapas del desarrollo. Es posible que un peque aún no haya alcanzado la etapa en la que pueda comprender completamente la noción del tiempo. En segundo lugar, como hemos explicado, estamos hablando aún de un concepto abstracto que es difícil de entender para los niños menores. A medida que los niños crecen y maduran cognitivamente, son más capaces de comprender los conceptos abstractos, como el tiempo. Si un niño aún no entiende la noción del tiempo quizás es porque aún le cueste comprender lo abstracto por su madurez.
Otra razón por la que un niño no entienda la noción del tiempo puede ser su experiencia limitada. Si un peque ha tenido una exposición limitada a eventos secuenciales o rutinas diarias, es posible que tenga más dificultades para comprender este concepto. Recordemos que las experiencias repetitivas pueden ayudar a un menor a reforzar su comprensión temporal. Es esencial que también utilicemos estrategias de enseñanza claras y concretas como ejemplos y actividades practicas para facilitar la comprensión de nuestros hijos.
No obstante, si un niño tiene demasiadas dificultades para comprender la noción del tiempo y sabemos que ha pasado ya la etapa de desarrollo y madurez, y que, como padres, hemos puesto énfasis en ayudarlo a entender este concepto, quizás pueda haber un problema mayor.
Existen algunos trastornos del desarrollo en los cuales los niños pueden tener dificultades para comprender la noción del tiempo o tardar significativamente en desarrollar esta habilidad. Estos pueden ser el Trastorno del Espectro Autista, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, entre otros. Si vemos este panorama, lo más recomendable es acudir a un psicólogo infantil.