Ser Padres

El trastorno que sufre Rosalía y que afecta a muchos niños

Trastorno por Déficit de Atención. En más de una ocasión, la cantante Rosalía ha dicho que sufre este trastorno. Pero es que, además, unido a la hiperactividad (TDAH) es uno de los más detectados en niños en la actualidad. ¿Cómo afecta?

“Perdón, es que tengo un poco de déficit”. La cantante Rosalía se ha visto obligada a pronunciar esta frase en más de una y más de dos entrevistas. Incluso, en directo en uno de sus conciertos cuando, en medio de una canción, se olvidó por completo de cómo continuaba la letra: “Perdonad, se me ha olvidado por qué letra íbamos, sufro déficit de atención”. Y en Twitter, respondiendo a alguna que otra pregunta de sus fans. A lo que se refiere la cantante es a su Trastorno por Déficit de Atención.
Fuente: Gtresonline

Fuente: GtresonlineGTRES

Un trastorno que, además de sufrir Rosalía y otros cantantes como Residente (más conocido por ser uno de los integrantes del desaparecido grupo Calle 13), también sufren entre el 3 y el 7% de los niños en España. Eso sí, si lo unimos a la hiperactividad (el famoso TDAH). “Es uno de los trastornos del desarrollo más comunes en los niños”, afirma la Asociación Española de Pediatría.

¿Cuál es la diferencia entre TDAH y TDA?

Comencemos por definir cada uno de estos trastornos. El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH por sus siglas) “es un problema de origen neurobiológico que se inicia en la edad infantil y que afecta entre un 3-7% de los niños en edad escolar”, afirma la AEP. Aunque no se conocen con exactitud los factores que intervienen en su aparición, los profesionales tienen clara la relación entre factores genéticos y ambientales.
¿En qué consiste? Para definirlo es necesario hacer referencia a los síntomas de este trastorno: la impulsividad (suelen ser niños con poca paciencia ,a quienes cuesta esperar o son incapaces de guardar su turno o que interrumpen con asiduidad) y el déficit de atención (los niños no son capaces de permanecer durante mucho rato prestando atención en las tareas que suponen esfuerzo mental sostenido, parecen no escuchar y les cuesta seguir órdenes).
Y aquí viene la principal diferencia entre TDA y TDAH: lo que acabamos de definir es el TDA, pero cuando este va acompañado de hiperactividad (H), los niños, además de los síntomas anteriores, también manifiestan “exceso de movimiento en situaciones en que resulta inadecuado hacerlo y en diferentes ámbitos, así como dificultad para permanecer quietos cuando las situaciones lo requieren”, explica la AEP.

¿Cómo es una persona con TDA?

“Es evidente que muchas personas con importantes problemas para concentrarse NO son hiperactivas”, argumenta el doctor Daniel Martín Fernández Mayorales, neuropediatra.
En este caso hablamos, como decimos, de TDA. Un trastorno que sigue manifestando síntomas en la edad adulta, como le pasa a la cantante Rosalía y que se diferencia únicamente del TDAH en las señales que afectan a la hiperactividad.
“En la edad adulta, a menudo se presentan dificultades en el trabajo, puede haber desempeño inconsistente en el trabajo, dificultades con las responsabilidades del día a día, sentimientos crónicos de frustración, culpa o reproche o experimentar problemas de relación”, argumenta el Centro Nacional de recursos para el TDAH estadounidense.
Además, tal y como ha manifestado Rosalía, estas personas pueden “tener dificultades para mantener la atención o la memoria de trabajo”, explica la misma fuente.

¿Qué pasa si no se trata el TDAH?

De acuerdo a las palabras de Rafa Guerrero, psicólogo experto en este tipo de trastornos, en la actualidad hay una ‘sobre detección’ de TDAH. “Tenemos mucha más información y la sociedad hoy en día es ‘hiperactivada’, todo esto ha llevado a que se detecten más casos de los que son en realidad”, contaba a Ser Padres hace algunos años. “Hay muchos niños que lo tienen y no están diagnosticados y muchos diagnósticos de este trastorno que, en realidad, se corresponden con otras patologías”.
Partiendo de esta base, es necesario comenzar a tratar el trastorno una vez que se detecta; algo que, según Guerrero, no debería hacerse antes de los 6 o 7 años, pues es a esta edad a la que el cerebro ‘asienta’ las funciones básicas.
Si los síntomas son leves, con terapia podría servir. Eso sí, si los síntomas alteran el día a día del paciente, “se podrían combinar tratamientos farmacológicos y psicológicos para ofrecer efectos inmediatos”, explica la Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en Niños y Adolescentes de la AEP.
tracking