Cómo ayudar a los niños con altas capacidades en la brusca transición del fin de curso a las vacaciones de verano

El final del curso escolar supone un cambio en la rutina diaria muy brusco para todos los niños, y es especialmente sensible este período para los peques más sensibles a los cambios, como es el caso de muchos niños con altas capacidades.
¡No olvidarse la playa en verano!

El curso escolar llega a su fin en unas horas y eso significa que la rutina cambia de manera drástica para todos los niños y niñas. Algunos, sobre todo aquellos perfiles más rígidos, menos adaptativos a los cambios, pueden sufrir mucho en una transición tan brusca. Uno de los colectivos más vulnerables en este sentido son los niños y niñas con altas capacidades, que de repente ven que su actividad se reduce muchísimo de golpe. ¿Qué se puede hacer para ayudarles?

Leandro Quiroz, psicoterapeuta especializado en altas capacidades explica que toda la actividad mental y física que los niños con altas capacidades tienen durante el curso “queda atrapada en un ambiente de verano en el que todo cierra, todo dura a mitad de tiempo, nada es continuo y todo está enfocado al ocio y la falta de productividad”.

Las consecuencias son diversas. Puede que no ocurra más que el peque se adapte a su nueva rutina rápido, pero también es posible que la desmotivación pueda con él o ella. Y en algunos casos, los más preocupantes, “pueden comenzar a mostrar conductas disruptivas en casa, presentar ansiedad y cierta irritabilidad”, señala Quiroz.

Conscientes de esta realidad, asociaciones y centros especializados diseñan campamentos de verano específicos para los niños y niñas con altas capacidades. Por ejemplo, los organiza la Asociación Española para Superdotados y con Talento (AEST), que tiene como objetivo poner en contacto a estos peques que comparten intereses y sensibilidades.

Pero no todas las familias con hijos con altas capacidades tienen la capacidad económica para contratar campamentos y actividades de verano para sus niños y niñas. ¿Qué se puede hacer en estos casos?

El psicoterapeuta Leandro Quiroz recomienda crear de manera casera “el programa de enriquecimiento”. Algo así como lo que hacen los programas con recursos públicos como el PEAC de la Comunidad de Madrid, iniciativa de la que te hablamos aquí, pero todo fomentado desde el ambiente familiar.

Niño de vacaciones - Getty Images

Iniciativas que sean de su interés

Leandro Quiroz recomienda que este programa de enriquecimiento casero para el verano de los niños y niñas con altas capacidades contemple “actividades diferentes a las que se realizan en los otros meses”. Eso sí, siempre y cuando “esté en sintonía con la voluntad y motivación del niño, ya que muchas veces pensamos como adultos en ofrecerles actividades que creemos que son mejor para ellos desde nuestra óptica pero no desde la suya”, dice el experto.

Quiroz recuerda que se trata de “fomentar actividades para niños con altas capacidades, no para padres con hijos con altas capacidades”, algo así como cuando vamos a comprar un regalo a un ser querido: no es que nos guste a nosotros la prioridad, sino que le guste al regalado.

Dicho esto, Leandro Quiroz da algunas alternativas para hacer con peques con altas capacidades en verano. Como verás, no es nada superespecial o imposible de realizar, sino actividades diversas para las que solo hay que sacar tiempo y vencer a la pereza, si es que esta existe en vuestro caso.

Un niño, aburrido

Lista de actividades concretas

Estos son los planes o actividades que Leandro Quiroz, psicoterapeuta experto en altas capacidades, recomienda para dar forma a un programa de enriquecimiento casero en verano:

  • Realizar una lista de hobbies o intereses que se descuidan durante el año.
  • Recomendar e incentivar la lectura. Libros de su interés que no pudo leer durante el curso y comentarlos. Incluso, leer el mismo libro todos y comentarlo en grupo.
  • Visitar lugares significativos de las ciudades que les puedan resultar interesantes. Desde museos a parques, entre muchos otros.
  • Repasar las aptitudes que han aflorado durante el tiempo en el niño. Capacidad para empatía, sensibilidad para las artes, dotes de liderazgo… Puede ser a través de campamentos pero también compartiendo proyectos y actividades con otras familias con diversos intereses.
  • Construir álbumes de fotos con las imágenes recopiladas a lo largo del año.
  • Juegos de mesa.
  • Nuevas recetas en la cocina, dejando que tome el mando a ratos siempre y cuando esté garantizada su seguridad.
  • Delegar ciertas actividades al alcance de los niños para que vean que están ayudando de manera silenciosa.
  • Si hay proyectos a medio plazo que le interesen como componer una canción o pintar un cuadro, es aconsejable facilitarles las herramientas para que puedan desarrollar ese interés.
  • Planificar las vacaciones en familia si vais a salir de viaje.

En cualquier caso, Alexandro Quiroz recuerda que tampoco debemos caer en la sobreestimulación. “Tampoco os paséis sobreestimulando a vuestro hijo o hija, también necesitará su espacio de tranquilidad en varios momentos”, concluye.

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  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar