Un sistema educativo en el que no existen profesores que dirigen a los alumnos desde un papel protagonista levantaba sospechas entre algunas personas y sin embargo, durante años, la metodología Montessori ha ido demostrando sus beneficios en la práctica educativa.
Acaba de publicarse un metaanálisis que avala con datos medibles, la efectividad de esta metodología en el aprendizaje infantil e incluso como manera de comprender y enseñar conceptos vitales.
Más allá de la educación convencional
La metodología Montessori da un paso más allá de la educación convencional en el aula, es más una filosofía que apuesta por el desarrollo infantil animando a los niños a dirigir su propio aprendizaje más allá de la transmisión de conocimientos por parte de un profesor.
En este sistema educativo los maestros sirven de guía y de apoyo de los alumnos que son los verdaderos protagonistas de su proceso personal de aprendizaje.
El estudio que acaba de publicarse, ha sido desarrollado por investigadores de la Universidad de Lorena, en Francia y viene a corroborar que esta metodología verdaderamente fomenta la creatividad y el pensamiento crítico en el alumnado.
Los investigadores han analizado los efectos que tiene la metodología Montessori en el desarrollo psicológico de los alumnos y en el aprendizaje de los niños y las niñas valorando cinco áreas principales:
- Las habilidades cognitivas
- Las habilidades creativas
- Las habilidades sociales
- Las habilidades motoras
- El rendimiento académico
Los expertos de la Universidad de Lorena han analizado más de un centenar de artículos publicados en los últimos 30 años sobre esta metodología educativa. De estos seleccionaron una treintena de estudios experimentales que comparaban la metodología Montessori con distintos enfoques educativos y en los que llegaron a participar más de 21.000 alumnos de distintas zonas geográficas (Norteamérica, Europa y Asia).
Los resultados dejaron claro que la metodología Montessori tiene un impacto positivo y desarrollador del aprendizaje y el crecimiento de los niños y las niñas.
No solo desarrollan una mayor autonomía, también tienen mejores habilidades sociales, una mayor autodisciplina y una gran capacidad para la toma de decisiones.

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