Son muchos los padres que están 100% convencidos de que eso de invitar a muchos niños a casa no va con ellos. “Si dos me dan trabajo, imagínate cinco o seis”, se escucha decir en parques y reuniones de colegio.
¿El resultado? Los cumpleaños infantiles los celebran en casa, si sus niños tienen o quieren quedar con amiguitos intentan que sean reuniones puntuales y hacerlas fuera de casa… Pero esto puede terminar por entristecer a los pequeños que, muchas veces, nos transmiten su ilusión por enseñar su habitación y su cuarto de los juguetes a sus amigos más cercanos.
Eso fue precisamente lo que le pasó al neuropsicólogo Álvaro Bilbao con sus pequeños vástagos. Él era de los que pensaba que seis o siete niños en casa son multitud. Pero, a sabiendas de los beneficios de este tipo de sociabilización para sus hijos, y después de que su paciencia estuviera al límite después de alguna pelea y acto vandálico, decidió echar mano de su formación y experiencia y darle la vuelta a la tortilla.
“Muchos padres nos preguntan cómo nos atrevemos a meter a los 18 niños o 25 niños de cuatro años a pasar la tarde en casa”, dice en un post en su blog en el que ha compartido su secreto infalible: advertir antes de que entren en su hogar. “Nosotros siempre les animamos a que si van a invitar a muchos… inviten a todos para que ninguno se quede fuera”, dice. De esta manera, anima a sus hijos a sociabilizar y a entender el valor de integrar a todos los niños por igual.

En este artículo te enseñamos, una a una, cuáles son esas tres normas que al neuropsicólogo le funcionan en su papel de padre de niños pequeños.
- Norma 1: en esta casa no se rompen cosas
Eso sí, siempre es necesario recordar que si es sin querer no pasará nada, pero que hay que ser cuidadoso, sobre todo cuando se juega. “No juegues con cosas que no son de jugar”, dice Álvaro, que advierte a los pequeños antes de que entren.
- Norma 2: En esta casa no se chincha ni se dicen cosas feas
Y es que dice que estas normas fueron puestas especialmente por algún que otro niño más revoltoso. Es necesario que los peques sepan que hay que tratar a todos por igual y que no es necesario decir cosas feas para pasarlo en grande con los amigos.
- Norma 3: En esta casa no se pega
“Hay niños más respetuosos con las personas y también más chinchones, pegones o molestones”, confiesa el neuropsicólogo. Por eso, dice que comunica esta y las otras dos normas agachándose para mirarlos directamente a los ojos. Y lo hace siempre después de saludarles y de explicarle que en su casa hay unas normas que hay que tener claras antes de entrar. “Son muy importantes, así presta atención, ¿estás preparado?”, les espeta.
Los beneficios de las normas cuando hay muchos niños en casa
Dice el experto en educación que estas tres reglas son muy sencillas y muy fáciles de entender por niños pequeños (de, incluso, dos años). He aquí el secreto de su éxito.
Y es que, asegura que en el caso de los niños, las normas son más fáciles de recordar y seguir cuando se explican y se acuerdan antes de que lleguen a romperse. Y esto es justo lo que hace él. “Los límites no son propiedad de los niños que vienen a casa, ni de sus padres, ni vuestros; las normas de nuestra casa son normas particulares de nuestro hogar y de los miembros de nuestra familia, y como tal los explicamos y pedimos que los respeten”, argumenta. Por eso, es bueno que existan y que se transmitan siempre que se necesite.
Toma nota de estos consejos y empieza a aplicarlos, no renuncies a los beneficios que puede aportar la sociabilización a tus hijos. Ellos te lo agradecerán.