El aprendizaje de la lectura no queda zanjado en 3º de primaria. Muchos padres y madres se preguntan si sus hijos e hijas “llegan tarde” cuando en dicho curso, o incluso en 4º de primaria, aún tienen dificultades para leer con fluidez o comprender bien los textos. La buena noticia es que un nuevo estudio longitudinal publicado en Journal of Experimental Child Psychology en 2025 desmonta la idea de que las bases del aprendizaje lector ya están cerradas a esa edad.
Durante dos años, un equipo de investigadores de universidades canadienses y australianas siguió a 126 niños y niñas angloparlantes de entre 8 y 11 años. Su objetivo: comprobar si tres habilidades lingüísticas (la conciencia fonológica, la velocidad de nombrar objetos y la conciencia morfológica) seguían influyendo en la lectura conforme los niños y niñas crecían. El resultado es que, efectivamente, seguía siendo así. Y más de lo que se pensaba.
Lo más relevante para madres y padres: no solo importa qué nivel lector tiene tu hijo en 3º de primaria. Lo que aprenda y entrene entre los 8 y los 11 años puede marcar la diferencia. La evolución relacionada con la lectoescritura es posible. Y, en algunos casos, determinante.

Resultados del estudio sobre el aprendizaje de la lectura en primaria
Los investigadores analizaron tres procesos clave:
- Conciencia fonológica: la capacidad para identificar y manipular los sonidos dentro de las palabras, como quitar el sonido /k/ de “casa” para formar “asa”.
- Velocidad de denominación: lo rápido que los niños pueden nombrar estímulos familiares como números, letras u objetos.
- Conciencia morfológica: la habilidad para entender y manipular morfemas, como entender que “pintor” viene de “pintar”.
A los niños y niñas se les aplicaron pruebas en 3º y 5º de primaria, evaluando tanto estas habilidades como su rendimiento lector: precisión al leer palabras, velocidad, comprensión de textos y capacidad para leer palabras complejas como “inseguridad” o “desconocido”.
Al controlar otras variables como el coeficiente intelectual verbal y no verbal, el estudio descubrió que el desarrollo de estas tres habilidades seguía influyendo fuertemente en el rendimiento lector, incluso dos años después. Y que mejorarlas después de los 8 años tenía efectos medibles, especialmente en comprensión lectora y lectura fluida.

Principales conclusiones del estudio
Una de las ideas más interesantes del estudio es que la conciencia fonológica sigue siendo una aliada más allá de los primeros cursos. Aunque tradicionalmente se ha considerado que su influencia disminuye después de aprender a leer, este trabajo demuestra que todavía tiene margen de mejora entre los 8 y los 11 años, y que sus avances se reflejan en mejores resultados lectores.
También destaca el papel de la conciencia morfológica, que fue el predictor más fuerte de la comprensión lectora en 5º de primaria. Esto tiene sentido: los textos a esta edad contienen palabras complejas, muchas formadas con prefijos y sufijos. Saber que “inmortal” se entiende como “no mortal” permite a los niños deducir significados sin depender de un diccionario o del profesor.
Por su parte, la velocidad de denominación resultó especialmente importante para la fluidez lectora. Si un niño o niña tarda mucho en nombrar letras o números, también tenderá a leer lentamente. Aunque es difícil entrenar esta velocidad directamente, sí se puede trabajar la automatización a través de juegos y lectura repetida de palabras y frases.

Ideas prácticas basadas en el estudio
¿Qué pueden hacer madres y padres con esta información? Compartimos algunas ideas prácticas basadas en el estudio:
- Jugar con sonidos: “¿Qué palabra queda si quitamos la primera sílaba de ‘pelota’?”.
- Explorar familias de palabras: “Si alguien actúa, ¿qué es? Un actor. ¿Y si alguien dirige? Un director”.
- Leer textos con palabras compuestas y hablar de sus partes: “Submarino: ‘sub’ es debajo y ‘marino’ del mar…”.
- Repetir lecturas en voz alta de libros cortos para automatizar el reconocimiento de palabras.
Y sobre todo, no perder la confianza si tu hijo aún no va como un rayo leyendo en 3º o 4º de primaria. El desarrollo lector sigue en marcha, y reforzar estos procesos cognitivos puede marcar un antes y un después. Por ello, es interesante ayudarles en casa a mejorar la lectoescritura.
Poner el foco en la trayectoria
Uno de los conceptos más valiosos del estudio es el de cambio en la trayectoria. No importa solo en qué punto está tu hijo o hija hoy, sino cómo evoluciona. Un avance mayor al esperado en conciencia fonológica o morfológica entre los 8 y los 11 años se traduce en una mejora real en la lectura, incluso si su nivel inicial no era alto.
Como explica el equipo investigador, los procesos que sustentan la identificación de palabras continúan siendo importantes en los cursos superiores de primaria, así como su desarrollo. Por eso, recomiendan mantener el foco en estas habilidades en la enseñanza y también en casa.
Lo importante no es solo lo que el niño o niña sabe hoy, sino cómo se acompaña su evolución emocional o cognitiva.
Referencias
- Jessica Chan, John R. Kirby, S. Hélène Deacon, George Georgiou, Kelly Geier, Rauno Parrila. Effects of morphological awareness, naming speed, and phonological awareness on reading skills from Grade 3 to Grade 5. Journal of Experimental Child Psychology, 2025. DOI: 10.1016/j.jecp.2024.106188