Desde hace años, se ha sistematizado claramente el estudio ecografico que se debe realizar en las embarazadas.

En sus protocolos, la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología recomienda realizar de forma sistemática tres ecografías durante la gestación, una en cada trimestre del embarazo: la primera en la semana 10-14, la segunda en las semanas 18-20 y la tercera en las semanas 32-34. Sin embargo, UNICEF añade una cuarta entre las semanas 6 y 10 para poder datar de forma temprana el embarazo.
Ecografía del primer trimestre del embarazo.

Esta primera ecografía, dependido de la posición de bebé y de las condiciones maternas, se puede realizar vía vaginal o vía abdominal. De entrada siempre se va a intentar realizar por esta última por la comodidad que supone para la embarazada.
No obstante, mujeres como útero en retro versión, fetos que adoptan una mala posición para la medida o mujeres con gran panículo adiposo abdominal, por ejemplo, en mujeres obesas, se requiere realizarla vía vaginal.
¿Qué debemos estudiar en esta ecografía?
Los objetivos principales de esta ecografía del primer trimestre son la observación de la forma, la localización y el tamaño de la vesícula o saco gestacional, así como su contenido, en el que cabe destacar principalmente la medición del tamaño del embrión, la denominada CRL, la distancia que media entre el cráneo y el cóccix, el lugar de implantación placentario así como la posición del cordón umbilical, la existencia de hueso nasal y el grosor de la denominada translucencia nucal (TN), marcadores orientativos de una posible alteración cromosómica. Además, se realiza un estudio de la morfología básica del bebé.
El cribado de la malformaciones estructurales y la información que nos proporciona para descartar cromosomopatías, es quizás el punto más destacable de esta primera ecografía, sobre todo si tenemos en cuenta que la incidencia global de todas estas anomalías congénitas alcanza aproximadamente a un 4% de todas las embarazadas.
La alta resolución de los ecógrafos actuales facilitan estos diagnósticos, pero además se requiere una gran experiencia y rigurosidad por parte del ecografista en el momento de realizar la exploración del bebé.
En los últimos años se ha incluido también el estudio del riesgo de preeclampsia y alteraciones en el crecimiento de los fetos, gracias a la valoración de las arterias uterinas y ha otros parámetros ecográficos y analíticos.
Ecografía del segundo trimestre del embarazo.

En esta ecografía, también denominada ecografía morfológica, se hace un estudio exhaustivo de la morfología del bebé para detectar posibles alteraciones anatómicas o de sus órganos internos. Antes de la semana 18-20 es difícil evaluar con seguridad los órganos del bebé.
Esta ecografía debe realizarse por obstetras especializados y debe hacerse una exploración sistemática y minuciosa de todo el feto, de la placenta, cordóny líquido amniótico, además de hacer una revisión del útero y los ovarios.
La legislación permite la interrupción del embarazo antes de la semana 22 en caso de malformaciones detectadas en esta ecografía, siempre que la anomalía esté dentro de los supuestos legales.
Ecografía del tercer trimestre del embarazo.

Esta es la valoración ecográfica del crecimiento del feto normal. La ecografía del tercer trimestre se suele realizar entre las semanas 32 y 36 de embarazo.
Principalmente se utiliza para determinar la posición del bebé (si está sentado, de cabeza o en oblicuo), estimar el crecimiento del feto, valorar la cantidad de líquido amniótico, localizar la placenta para descartar placentas bajas o previas y valorar el bienestar fetal.
¿Se pueden hacer más ecografías?
El estudio ecografía apareció para mejorar el diagnóstico y seguimiento de las mujeres embarazadas.
Es una técnica sencilla, que no implica radiación ni exposición, por lo que es una práctica segura tanto para la embarazada como para el bebé. Las frecuencias de ultrasonido que se utilizan en las ecografías son muy bajas, por lo que no perjudican al feto.

El protocolo de embarazo de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) indica la realización de una ecografía por cada trimestre de embarazo, dado que el principal objetivo es ser eficientes. En el 80 por ciento de los casos son suficientes y no hace falta realizar más.
Sin embargo, en embarazo de riesgo como ocurre por ejemplo en la gestación gemelar, la hipertensión, las alteraciones del crecimiento, las hemorragias, en embarazos logrados mediante técnicas de reproducción asistida, o en casos de detección de alguna anomalía en ecografías previas, si puede requerirse realizar más de las indicadas de inicio por protocolo.
No obstante, si una pareja desea hacer un estudio en paralelo entre la seguridad social y un centro privado, no habría riesgo para el bebé.