El parto es un proceso natural y único en la vida de una mujer. Sin embargo, debido a la complejidad de este evento, es común que exista confusión en torno a los términos utilizados para describir diferentes tipos de parto. Y es habitual que surjan dudas sobre en qué se diferencia el parto eutócico del distócico, natural o normal.

Estos términos a menudo se utilizan indistintamente, lo que puede llevar a una comprensión errónea de su significado preciso. En el siguiente artículo trataremos de explicar en qué consiste un parto eutócico y cómo se diferencia de otros tipos de parto.
¿Qué es el parto eutócico?

Un parto eutócico se refiere a un parto normal y sin complicaciones. Es decir, un parto que comienza de forma espontánea (no hace falta inducirlo para que comience, la mujer se pone de parto sola), donde sólo está presente un bebé, que está colocado con la cabecita para abajo (en posición cefálica) y que nace entre las semanas 37 y 42 de gestación sin complicaciones.
Este tipo de parto no requiere instrumental para su finalización (es decir, no entrarían en esta categoría los fórceps, ventosas, espátulas ni cesáreas) aunque sí que incluiría aquellos partos en los que se utiliza analgesia epidural o se requiriese oxitocina.
En un parto eutócico, el cuerpo de la madre y el bebé trabajan juntos de manera sincronizada. La madre experimenta contracciones regulares del útero, que se vuelven más intensas y frecuentes con el tiempo. Estas contracciones ayudan a abrir el cuello uterino y a empujar al bebé hacia abajo a través del canal de parto.
Durante un parto eutócico, como decimos, el bebé se posiciona de manera adecuada en el canal de parto, con la cabeza hacia abajo. Esta es la posición más favorable para el nacimiento, ya que facilita el paso del pequeño a través de la pelvis de la madre. A medida que el bebé desciende por el canal de parto, el cuello uterino se dilata gradualmente hasta alcanzar los diez centímetros, lo que permite que el bebé salga. Una vez que el bebé ha nacido, la placenta también se expulsa a través del canal de parto.
Es importante destacar que el término "parto natural" se utiliza a menudo como sinónimo de parto eutócico pero, en realidad, se refiere a un tipo de parto donde no habría ningún tipo de intervención médica y resulta en un parto vaginal.
Diferencias entre parto eutócico y parto natural

En un parto natural, se permite que el proceso del parto se desarrolle de forma espontánea, sin la administración de medicamentos para acelerar las contracciones o de analgesia farmacológica para aliviar el dolor. La madre puede optar por técnicas de alivio del dolor no farmacológicas, como la respiración, el calor o el movimiento.
Es importante entender que puede ser natural y no ser normal. Por ejemplo, porque el bebé tenga menos de 37 semanas de gestación (prematuro) o porque nazca de "nalgas", es decir de forma vaginal, pero con las nalgas por delante en vez de la cabeza.
Incluso, que sea un parto natural y sin intervención sanitaria no quiere decir que no tenga atención sanitaria. La matrona o ginecólogo te acompañarían a lo largo del proceso, pese a no necesitar una intervención (como pudiera ser romper las membranas o administrar fármacos).
Diferencias entre parto eutócico y distócico

El parto distócico, por su parte, se refiere a un parto en el cual se presentan complicaciones o situaciones que dificultan la expulsión del bebé. Puede haber diferentes causas de distocia, como la posición anormal del bebé en el útero (por ejemplo, de nalgas en lugar de cabeza abajo), un tamaño desproporcionado entre el bebé y la pelvis materna, problemas con las contracciones uterinas o con el cuello uterino que no se dilata adecuadamente. O puede ser una particularidad del embarazo como un bebé prematuro o gemelar.
En un parto distócico, puede ser necesario intervenir para ayudar al bebé a nacer. Esto puede implicar el uso de fórceps o ventosas para asistir en la extracción del bebé, o incluso una cesárea si la situación lo requiere. El equipo obstétrico evaluará la situación y tomará las decisiones necesarias para asegurar la salud y el bienestar de la madre y el bebé.
En resumen, el parto eutócico es un parto normal y sin complicaciones, en el que el bebé se posiciona adecuadamente y nace sin la necesidad de instrumental. El parto natural se refiere a un parto sin intervenciones médicas innecesarias, permitiendo que el proceso se desarrolle de forma espontánea. El parto distócico puede requerir intervenciones médicas para ayudar a la madre y al bebé a superar las dificultades y lograr un parto seguro.
Cada parto es único: recuérdalo

Es importante destacar que cada parto es único y puede haber variaciones individuales. Algunas mujeres pueden tener partos eutócicos y naturales sin problemas, mientras que otras pueden necesitar intervenciones médicas para asegurar un parto seguro tanto para ellas como para el bebé. El objetivo principal es garantizar la salud y el bienestar de la madre y el bebé durante todo el proceso de parto.
Aunque es natural tener expectativas y deseos sobre cómo queremos que sea nuestro parto, es importante reconocer que el proceso de parto es único y puede ser impredecible. Aunque tengamos una idea clara de cómo queremos que sea, debemos estar abiertos a adaptarnos y flexibilizar nuestros planes. En lugar de aferrarnos a un único escenario ideal, podemos abrazar la aventura del parto y confiar en el equipo de matronas y obstetras que nos acompañan.
Recuerda que, independientemente de cómo se desarrolle, el objetivo final es dar la bienvenida a tu bebé de la manera más segura y saludable posible.
Confía en tu equipo de matronas y obstetras, están equipados con las habilidades necesarias para evaluar cuidadosamente cada situación y tomar decisiones informadas en beneficio de la madre y del bebé. Además, están comprometidos con la práctica basada en la evidencia y se mantienen actualizados con los avances y recomendaciones más recientes en el campo de la obstetricia.
No sólo te van a brindar atención médica, sino que también actuarán como un apoyo emocional y físico durante el proceso de parto. Están ahí para responder a tus preguntas, aliviar tus preocupaciones y proporcionarte la información necesaria para tomar decisiones informadas. Una comunicación fluida con todo el equipo te brindará seguridad a la hora de enfrentarte al proceso de parto.